La actividad en la Comunidad Valenciana podría crecer un 5,9% en 2021 y un 6,6% en 2022, según las previsiones que maneja BBVA Research. Esta mejora se apoyará en el avance de la vacunación, la recuperación de la demanda europea, el mayor dinamismo del consumo de los hogares valencianos, el mayor aprovechamiento de la capacidad productiva instalada tanto en la industria como, sobre todo, en los servicios, y el impulso que permitirán los fondos europeos Next Generation EU (NGEU). De cumplirse estas previsiones, la economía valenciana crearía unos 77.000 nuevos empleos en el periodo 2019-2022. En todo caso, la incertidumbre es elevada, en particular en lo referente al proceso de vacunación, la evolución de la pandemia y el reparto de los fondos europeos, lo que podría condicionar la velocidad de la recuperación.

Según el último informe ‘Situación Comunidad Valenciana’, presentado hoy por Rafael Doménech, responsable de Análisis Económico de BBVA Research, y David Conde, director de la Territorial Este de BBVA, el PIB de la Comunidad Valenciana se habría reducido en 2020 un 10,7%, lo que supone un impacto de la crisis levemente menor que el esperado para el conjunto de la economía española (-11%).

Diversos factores explicarían un comportamiento algo mejor de la economía valenciana. Aunque el consumo social tiene un peso relevante en la actividad regional, el consumo interno se contrajo menos que la media nacional. Esto se debe a la menor incidencia sanitaria y una caída menos acusada de los servicios turísticos, porque el turismo nacional (que se contrajo menos que el extranjero) tiene un mayor peso en la comunidad. Por su parte, las exportaciones valencianas de bienes mostraron una mayor fortaleza y habrían superado, en la segunda mitad de 2020, el nivel alcanzado a finales de 2019. El aumento de las ventas al exterior de alimentos y semimanufacturas, así como las ventas a la eurozona y Asia, apoyaron la recuperación de la demanda externa valenciana, a pesar de la mayor debilidad del sector automotriz. Asimismo, la inversión inmobiliaria y el sector industrial valenciano mostraron una evolución más favorable que la del conjunto de España.