El nuevo consejero delegado del Sabadell, César González-Bueno, no ha perdido ni un minuto para empezar con los cambios que quiere introducir en la entidad, con el objetivo de mejorar su rentabilidad y garantizar su viabilidad en solitario, tras el fiasco de la fusión con BBVA. Después de que el consejo de administración ratificara este jueves su nombramiento en sustitución de Jaume Guardiola, el ejecutivo ha anunciado una reordenación del negocio en España, que supondrá la división de su estructura en tres grandes áreas, que deberán responder por separado de sus resultados. Además, la venta de la filial británica del grupo, el TSB, queda aparcada a la espera de ver cómo evoluciona la situación.
El objetivo de los cambios, según recalcan desde la entidad, es poner un «mayor foco en el cliente y el aumento de la rentabilidad». Para ello, se opta por separar la actividad en España, que hasta ahora estaba unificada bajo la dirección de Carlos Ventura, en tres unidades separadas: la de Particulares, de la que de momento se encargará el provisionalmente el propio González-Bueno; la de Empresas, que seguirá en manos de Ventura; y la de Banca Corporativa, al mando de otro ejecutivo de la casa, José Nieto.
La intención es que cada una de ellas funcione como una especie de «mini banco» con su propia autonomía y, sobre todo, con la responsabilidad de presentar sus propios resultados.
Junto a esta estructura, habrá una Dirección Financiera, a cargo del ex Bankia Leopoldo Alvear -el único fichaje externo que ha realizado el nuevo CEO, hasta el momento-; una Dirección de Riesgos, que ocupa Xavier Comerma; y otra de Organización y Recursos, con Miquel Montes al frente. Siguen en sus responsabilidades María José García Beato (secretaria general), Marc Prat (gabinete del CEO) y Gabriel Martínez (comunicación).
Igualmente, se mantiene al frente de la filial de México Francisco Lira, y Debbie Crosbie, en el caso del TSB, el banco británico que adquirió el Sabadell con el objetivo de potenciar su expansión internacional en 2015 y que luego tantos dolores de cabeza le ha ocasionado. A pesar de ello, y de que en diciembre anunció que buscaba comprador, ahora la entidad recalca «que no se va a iniciar ningún proceso de venta en un futuro próximo».
El organigrama se completa con David Vegara al frente de la Comisión de Riesgos, y Nuria Lázaro en la de Auditoría.
La transición en la entidad se completará el próximo viernes, cuando la junta de accionistas, que se celebrará en el Auditorio de la Diputación de Alicante, apruebe su nueva forma de gobierno corporativo, que supondrá la cesión de las competencias ejecutivas por parte del presidente de la entidad, Josep Oliu, que pasará a ejercer una presidencia más institucional, según la fórmula que prefiere el Banco Central Europeo. De esta forma, el nuevo CEO será el nuevo hombre fuerte del banco, al acumular las mayores atribuciones.
Una dirección propia para potenciar el área digital
Una de las novedades más destacadas del nuevo organigrama es la creación de una dirección específica de Operaciones y Tecnología, que hasta ahora se incluía en la de Organización y Recursos. Un cambio con el que el banco deja clara su apuesta por la transformación digital como uno de sus grandes ejes estratégicos de cara al futuro. Al frente de esta división se sitúa Marc Armengol, que ya era el responsable del área.
