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La economía alicantina cerró 2020 con una caída del 17,6%

La pandemia acaba con siete años de crecimiento ininterrumpido del PIB provincial, según la Cámara de Comercio - El descenso fue 7,6 puntos superior a la media nacional por el peso del turismo

La economía alicantina cerró 2020 con una caída del 17,6%.

El desplome histórico que sufrió la economía española el año pasado fue mucho más intenso en la provincia. El elevado peso de actividades como el turismo o la hostelería, pero también una industria muy focalizada en productos de consumo, provocaron que las restricciones para frenar la pandemia tuvieran un impacto mucho mayor en el tejido productivo alicantino y que la caída del PIB fuera mucho más acusada.

En concreto, según el Indicador Sintético que elaboran la Cámara de Comercio y el Banco Sabadell, la economía alicantina se contrajo el año pasado un 17,6% a precios corrientes, frente al 10% que retrocedió la media nacional con el mismo criterio. Una caída que pone fin a siete años de crecimiento ininterrumpido de la provincia, que inició la recuperación tras la anterior crisis en 2013, un año antes que el conjunto del país.

Precisamente, lo mismo que entonces permitió que la actividad empezara a remontar antes que en otras partes de España -es decir, el turismo- es lo que ahora ha lastrado en mayor medida la actividad de la zona. Y no es para menos. Según los cálculos del Gabinete de Estudios de la Cámara, si la caída de la economía provincial fue de ese 17,6%, la del comercio y la hostelería alcanzó nada menos que el 41,4%, más del doble. Algo lógico, por otra parte, si se tiene en cuenta que estos sectores han sido los más afectados por los cierres forzosos para frenar los contagios, y también los más perjudicados por la ausencia de visitantes foráneos.

A este respecto, desde la institución cameral recuerdan que la provincia perdió el año pasado 4,5 millones de turistas extranjeros, que dejaron de gastar más de 5.000 millones de euros en la provincia. Unas cifras a las que hay que sumar también el descenso de los visitantes nacionales, que fueron un 46,7% menos sólo hasta septiembre, con lo que se perdieron otros 750 millones de ingresos.

En cuanto al resto de sectores, la actividad de los otros servicios experimentó una contracción del 8,9%, mientras que la industria retrocedió un 5%, en parte lastrada por las menores exportaciones, un problema que afectó especialmente a sectores tradicionales como el calzado, el mármol, el mueble o el juguete. Por su parte, la construcción cayó un 4,4%, una cifra relativamente moderada que se logró gracias a que los promotores tenían gran parte de sus proyectos vendidos con anterioridad, lo que permitió que su construcción siguiera. El problema llegará cuando estos proyectos finalicen, ya que no están empezando nuevas promociones.

Por último, el único sector que vio mejorar sus cifras fue la agricultura, que cerró 2020 con un volumen de negocio un 4,9% superior al de 2019, gracias al aumento de demanda de productos de alimentación que se registró en toda Europa.

Evolución

Por lo que respecta a la evolución por trimestres, los datos de la Cámara reflejan que entre enero y marzo la economía provincial ya cayó un 7,5%, con el primer envite del covid. En el segundo trimestre, el del confinamiento, la contracción llegó al 28,7%, una cifra que se recuperó hasta el -19,4% durante el verano. De esta forma, todo hacía pensar que el año acabaría con una caída más moderada, pero la recuperación se frenó en el cuarto trimestre, con los rebrotes, y entre octubre y diciembre el descenso fue del 18,7%

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