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La pandemia recorta la recaudación de Hacienda en la Comunidad Valenciana solo un 1,6%

El IRPF sostiene la caja de la Agencia Tributaria, que cayó cinco veces más en España

Varias personas realizan la compra.

Hacienda recaudó en impuestos de los valencianos un total de 13.742 millones de euros durante 2020, lo que supone una caída de tan solo un 1,6% en comparación con el año anterior y contrasta con el descenso del 8,8% de estos ingresos públicos en el conjunto de España. El impacto de la pandemia de coronavirus ha tenido por tanto su repercusión directa en las cuentas de la Agencia Tributaria, pues hizo menos caja durante 2020 en la Comunidad Valenciana, si bien ese recorte es cinco veces menor que en la media española. En cifras absolutas, Hacienda logró 222 millones de euros menos de los valencianos que en el año 2019.

El Fisco pudo sostener los ingresos en la Comunidad Valenciana por el mantenimiento de las rentas del trabajo, reflejadas en el Impuesto sobre las Rentas de las Personas (IRPF), el tributo que más aporta a Hacienda. El IRPF tuvo un balance positivo en su recaudación (a diferencia del resto de impuestos) aumentando un 1,8% con respecto a 2019; si bien este ligero tirón se debe en gran parte a los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), al aumento de las pensiones y al incremento de los salarios de los empleados públicos. Las declaraciones de la renta aportaron 6.043 millones de euros de los contribuyentes valencianos y en toda España, 87.971 millones, un 1,2 % más que en 2019.

Continuidad de los ERTE

Sea como fuere, la continuidad de los ERTE (470.000 valencianos estuvieron implicados en algún expediente durante el pasado año) podría estar tapando en este momento la caída de las rentas salariales. Según los expertos, cuando desaparezca esta prestación, la tasa de paro se puede disparar (en la actualidad es del 16% de la población activa) y por tanto podría volver a caer el volumen de ingresos por este tributo.

A pesar del buen comportamiento del IRPF, la Agencia Tributaria recaudó menos por una fuerte caída del impuesto de Sociedades (un 7,3 % en la Comunidad Valenciana, frente a un 33,2% en toda España), debido tanto a los menores beneficios como a ajustes de pagos fraccionados. Este tributo es el que grava las ganancias de las mercantiles. Las provisiones realizadas por las compañías para prevenir posibles impactos de la pandemia también han afectado a los pagos fraccionados del impuesto de sociedades, que han caído una media del 37% entre los grupos consolidados y un 54% en el caso de las entidades financieras.

Gasto de las familias

El Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) también ha tenido un comportamiento bien diferente en la Comunidad Valenciana respecto a España. En el conjunto del Estado, el parón de la actividad y el menor gasto de familias y empresas hundieron un 11,5% los ingresos por IVA, hasta los 63.337 millones, y un 12,1% los de impuestos especiales, hasta los 18.790 millones.

Sin embargo, en la Comunidad Valenciana el tributo que afecta a los bienes de consumo como la compra de alimentos, viviendas o vehículos generó unos ingresos de 4.897 millones, un 0,8% menos; mientras que los impuestos especiales se situaron en 277,9 millones; una cifra un 1,9 % inferior a la del año 2019.

Según la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, la presentación de los datos de ejecución presupuestaria de 2020 constata que la caída de la recaudación es inferior a la prevista y se sitúa por debajo de la propia contracción económica; pues el Producto Interior Bruto (PIB) nominal cayó un 9,9 %.

El parón económico lastra un 25% la facturación de las empresas

A la hora de hacer balance, la Agencia Tributaria, en su informe, reconoce que «lógicamente el año estuvo marcado por la pandemia, que lastró la actividad económica y, con ella, los ingresos tributarios».

La tendencia de desaceleración que se heredó del año 2019 se vio alterada radicalmente en la segunda quincena de marzo al decretarse el estado de alarma y el confinamiento domiciliario. Esto provocó, indica el informe de recaudación de 2020, una brusca caída de la actividad que se tradujo, en el segundo trimestre, en la pérdida de alrededor de un 25% de la facturación que tenían un año antes las grandes empresas y pymes societarias.

Según se fueron relajando las medidas más severas, esas pérdidas se moderaron. En junio y julio la recuperación se produjo con intensidad, pero desde agosto la tendencia se estabilizó, y solo a partir de noviembre se pudieron observar nuevas mejoras, aunque insuficientes para alcanzar tasas positivas.

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