Residir en la Comunidad Valenciana puede ser un buen negocio para los contribuyentes de rentas medias -aquellos que declaran alrededor de 20.000 ó 30.000 euros anuales-, pero resulta especialmente oneroso para los que tienen ingresos elevados. Al menos así se desprende del informe Panorama de la Fiscalidad Autonómica y Foral 2021, que ayer se presentó durante un webinar organizado por el Consejo de Colegios de Economistas de la Comunidad, que destaca no sólo el hecho de que la Generalitat aplique el tipo marginal del IRPF más alto de todo el país -un 54% frente al 45,5% de Madrid-, sino también el elevado coste que tienen las herencias o el Impuesto de Patrimonio para los más pudientes de la región.

Así, aunque curiosamente la Comunidad esté algo por encima de la media en el tramo más bajo, la escala autonómica del IRPF beneficia a las rentas medias. De acuerdo con las simulaciones incluidas en el estudio, un contribuyente soltero, menor de 65 años que cobre 20.000 euros pagará 2.329 euros en la autonomía frente a los 2.510 que abonan los catalanes -los que soportan el mayor gravamen en este tramo-, lo que la sitúa como la séptima autonomía con menores impuestos a este colectivo. Y lo mismo ocurre para quienes ingresan 30.000 euros anuales, donde la cuota resultante en la Comunidad sería de 4.924 euros frente a los 5.102 de Cataluña.

Sin embargo, la situación cambia a medida que se sube de peldaño y la Comunidad Valenciana se convierte en la más cara de todas las autonomías cuando los ingresos anuales superan los 140.000 euros. Al respecto, cabe recordar que la Generalitat aplica desde este año dos nuevos tramos en el IRPF, que han supuesto un aumento de dos puntos del tipo a aplicar a partir de esa cantidad, y de cuatro a partir de los 175.000 euros.

Si a ello se le suma la subida que el Gobierno central a aplicado al tramo estatal para los ingresos superiores a los 300.000 euros, el resultado es que una persona que declare semejante nivel renta en la Comunidad deberá pagar a Hacienda hasta el 54% de lo que gane, frente al 45,5% que pagaría si viviera en Madrid.

Del mismo modo, el estudio también destaca que la Comunidad está, igualmente, entre las más caras en el Impuesto de Patrimonio y en el de Sucesiones y Donaciones. En el primer caso, la Generalitat acaba de rebajar de 600.000 a 500.000 euros el límite exento a partir del cual debe pagarse este tributo, lo que añadirá unos 2.000 contribuyentes a los aproximadamente 23.000 que deben abonarlo en la actualidad. Además, la tarifa también está entre las más elevadas, lo que, según el presidente de los economistas de la autonomía, Francisco Menargues, puede tener como consecuencia que se desincentive el ahorro, ya que los ciudadanos ven duplicarse la tributación por sus bienes.

La Comunidad también es la tercera donde más se paga por las herencias, siempre que estas sean abultadas, ya que, en el caso de los hijos, los primeros 100.000 euros no tributan, lo que abarca la mayor parte de los casos. Sin embargo, para los grandes patrimonios la situación es muy distinta. Por ejemplo, en el caso de un soltero de 30 años que reciba 800.000 euros en herencia, de los que 200.000 correspondan a la vivienda del fallecido, deberá pagar hasta 63.193 euros si reside en la autonomía, una cantidad que solo superan en Asturias, con 103.135 euros, y Castilla y León, con 81.193. Por el contrario, si este heredero reside en Galicia, Andalucía o Cantabria no pagará absolutamente nada. Si lo hace en Murcia, abonará 1.640 euros, y si vive en Madrid, deberá pagar 1.586. En esta última autonomía no se paga nada de Impuesto de Patrimonio, de ahí que algunas grandes fortunas haya optado por fijar su residencia fiscal en la capital, aunque si el traslado no es real puede conllevar sanciones. De hecho, es una de las líneas de actuación preferente de la Agencia Valenciana Tributaria.

La directora de este organismo, Sonia Díaz, participó ayer en el webinar y defendió la escala del IRPF que aplica el Consell. «No me importa estar en el podio porque eso muestra la progresividad del impuesto (que paguen más los que más ingresan) que es lo que marca la Constitución Española», aseguró.

El canon de agua aporta el 92% de los tributos propios

Más allá de su participación en los tributos estatales, la Generalitat ingresa otros 298 millones por impuestos propios, aunque en realidad la mayoría de ellos procede de una única figura: el canon de saneamiento. Este recargo en el recibo del agua supone el 92% de los ingresos por tributos propios del Consell. Por eso, los economistas abogan por simplificar la normativa, ya que muchos de los impuestos autonómicos apenas recaudan y supone una carga administrativa.