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La falta de compradores foráneos prorroga la agonía del sector inmobiliario

La venta de viviendas cae un 17% en la provincia durante el mes de febrero y sigue alejada de las cifras anteriores a la pandemia de covid

Urbanizaciones de viviendas turísticas en Orihuela.

El sector inmobiliario alicantino tiene muy complicado remontar el vuelo mientras las condiciones sanitarias no permitan regresar a los compradores foráneos, ya sean extranjeros o de otras partes del país que buscan una segunda residencia en la provincia. Así lo aseguran los profesionales del sector y así lo corroboraron ayer, de nuevo, los datos del Instituto Nacional de Estadísticas sobre compraventas de viviendas registradas en el mes de febrero. Unos datos que siguen mostrando en el caso de la provincia un descenso más que considerable, superior al 17%, frente a la moderación de la caída que se ha producido en el conjunto del país, donde las ventas ya sólo son un 4,3% inferiores a las del año pasado, según las mismas fuentes. 

En total, durante el segundo mes del año, se inscribieron en el Registro de la Propiedad 2.563 operaciones frente a las 3.098 de febrero de 2020, antes de que estallara la pandemia. Se trata de una caída del 17,3%, algo inferior a la contracción del 23% que se contabilizó en el conjunto del año pasado, pero, aún así, muy significativa. Sobre todo si se compara con la evolución nacional, donde ya se atisba cierta estabilización del mercado. 

«La diferencia está en el peso de los compradores extranjeros y de otras provincias, que ahora mismo siguen desaparecidos en Alicante», señala la presidenta del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de la provincia, Marifé Esteso. «Estamos funcionando sólo con el mercado local, que tampoco está al 100%, y eso se tiene que notar», asegura la experta, que recuerda que los clientes foráneos suponen más de la mitad del negocio en el conjunto de la provincia. 

«La gente llama porque ve una casa que le gusta en un anuncio, pero con la Comunidad cerrada no pueden venir. Algunos se escapan, pero para comprar una vivienda hacen falta varios viajes y las operaciones se van postergando», señala Esteso. 

No es un problema exclusivo de la provincia. Si se miran los datos del resto de autonomías, todas las que tienen un importante peso del turismo residencial siguen en números rojos. Así, en Canarias las ventas cayeron en febrero un 16,2% y en Baleares, un 15,9%. También Cataluña registra una caída del 6,7% y el conjunto de la Comunidad Valenciana, un 12,8%. Por el contrario, el mercado ya sube en aquellas regiones donde la evolución depende por completo del comprador local, como en el País Vasco (+10,9%) o en La Rioja (+13,7%).

La obra nueva aguanta mejor

Por segmentos, la buena noticia es que las ventas de viviendas de obra nueva han recuperado en febrero el nivel que tenían en este mismo mes del año pasado, con un total de 467 operaciones registradas en la provincia -una más que en 2020- que, eso sí, apenas suponen el 18% del total. Por el contrario, las transacciones de viviendas de segunda mano siguen con un fuerte retroceso, con 2.096 compraventas registradas, un 21% menos que en febrero del año pasado, cuando todavía no había estallado la pandemia de coronavirus, aunque ya se veían sus primeros efectos. La vivienda nueva siempre tarda más en reaccionar a los cambios de coyuntura, ya que gran parte de las operaciones se hace sobre plano, por lo que se compran meses y años antes de escriturar la operación en el Registro.

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