La pandemia ha acelerado el esfuerzo de la banca española por reducir costes y mejorar su eficiencia, lo que ha llevado a las entidades, inmersas o no en fusiones, a plantear ya casi 19.000 despidos, lo que además aviva el debate público sobre la actuación del sector.

Buena parte de ese ajuste vendrá por CaixaBank, que ha expuesto este martes a los sindicatos su idea de reducir 8.291 empleos, el 18,7% de su plantilla en España, tras la fusión con Bankia.

Aunque el grupo ha mostrado su compromiso de poner en marcha un plan de recolocación que permita encontrar trabajo a todas las personas que salgan del banco, las críticas hacia la entidad, en la que el Estado posee más del 16%, no han tardado en llegar.

La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, la misma que impulsó la fusión de CaixaBank y Bankia, pidió a los bancos "responsabilidad" para buscar todas las alternativas que minimicen el impacto negativo sobre el empleo de las fusiones, especialmente cuando se producen al tiempo que se pagan sueldos y bonus "inaceptables" a los directivos.

Aun así, apenas dos días después del anuncio histórico de CaixaBank, BBVA ha trasladado este jueves su intención de reducir su plantilla en España en 3.800 empleados, el 16,3% de sus 23.300 trabajadores en el país, y por encima también de las previsiones de muchos analistas.

De este modo, sólo CaixaBank y BBVA estarían suprimiendo casi 12.100 puestos de trabajo este año de su red y sus servicios centrales en España, a los que habría que sumar unas 1.500 salidas tras la fusión de Unicaja Banco y Liberbank.

Es decir, los recortes de plantilla irían ya por los 13.600 y alcanzarían los 18.975 trabajadores si se tienen en cuenta los más de 3.500 empleados que se verán afectados por el ERE acordado a finales del pasado año por el Banco Santander y los sindicatos, y los 1.875 del ajuste previsto por el Banco Sabadell.

Bankinter es el único de los grandes bancos españoles que se desmarca y garantiza que mantendrá la estabilidad del 100 % de sus trabajadores, tras años aumentando su plantilla, pues no se plantea ni ahora ni en el futuro ningún ajuste.

A pesar de las cifras de despidos y el debate público, la patronal bancaria ha avisado esta misma semana de que hay margen para llevar a cabo más ajustes, pues España sigue siendo de los países con más sucursales por habitantes.

El sector está haciendo frente a un cambio tecnológico, con un menor uso del efectivo y de un mayor uso de canales electrónicos, por lo que los bancos, no sólo en España, afrontan un proceso de racionalización de sus estructuras, explicó este martes el presidente de la Asociación Española de Banca, José María Roldán.

Desde 2015, en Alemania han cerrado 9.000 oficinas bancarias y en Italia 6.000, por encima en ambos casos de las 5.000 que se han clausurado en España, que sigue siendo de los países con más sucursales por habitantes, "el doble o incluso más", aseguró.