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La otra cara

Así es el trabajo de los repartidores de Amazon en centros logísticos como el que abrirán en Alicante

El gigante del comercio electrónico, con naves en muchos puntos de España, ofrece salarios muy ajustados y largas jornadas de reparto

Furgonetas de Amazon hacen cola para cargar los paquetes.

Cuando la ciudad todavía duerme, se despereza tímidamente un leve trajín en las arterias de sus extremidades. Y cuando los rayos del sol dibujan los tempranos rosados en las nubes, el páramo que sucumbe a las instalaciones de Amazon en Porriño (Vigo) advierte el goteo de furgonetas de reparto. Este centro es similar al que la multinacional construye en el polígono del Llano del Espartal en Alicante, en el que trabajarán unas 60 personas y se prevé también la creación de 300 puestos de trabajo indirectos. La compañía ya busca repartidores en la ciudad.

Los trabajadores de otras naves del gigante del comercio electrónico explican cómo se trabaja distribuyendo paquetes de Amazon. El día aún no cuenta las ocho horas y, aun así, en los aledaños de la entrada principal del centro logístico vigués del gigante estadounidense se arremolinan las furgonetas de reparto, con sendos repartidores aguardando en su interior. Móvil en mano, eso siempre, pendientes de esa señal en la aplicación que resuelva que hoy tendrán faena. Los primeros, aguardan dentro del vehículo. Cuando ya se cuentan diez, algunos bajan. Se saludan con ese cabeceo que, de tan habitual, desvela costumbre al ojo extraño: “a mí hace tiempo que no me llaman”, comenta una de las repartidoras.

Y en quince minutos está todo el pescado vendido. Los repartidores que esperaban en las explanadas adyacentes acceden, uno tras otro, a las instalaciones del centro logístico. Entran por el gran portal, se disponen en filas. Se entremezclan con el otro río fluido de furgonetas de reparto que van llegando y, sin espera ni dilación, acceden a las instalaciones. Así, hasta formar las tres hileras y sumar una veintena de furgonetas que darán servicio “prime”. Bueno, así casi todos, salvo un vehículo que espera aún delante del bar de la esquina.

No es hasta que la mercancía se ha cargado y se dispone a abandonar las instalaciones que comienza la cuenta de las ocho horas de jornada. Ellos, los transportistas del puerta a puerta, cobran el salario mínimo: 950 euros en 14 pagas. Sin domingos ni festivos.  Cada uno, contará unas 150 entregas diarias en jornadas de ocho horas que, a la hora de la verdad, se extienden hasta las 12, según denuncia el sindicato UGT. Estas entregas las gestionan tres compañías subcontratadas por Amazon, las mismas que emplean a estos repartidores: Tipsa, Checkpoint y Kebel Logistic.

Cada uno, contará unas 150 entregas diarias en jornadas de ocho horas que, a la hora de la verdad, se extienden hasta las 12

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La compañía de comercio electrónico vigila al transportista a través de la aplicación. A cambio de su nombre, se le asigna un número. Tal identificación le acompañará en toda su relación de proveedor de Amazon. “Siempre estará vinculado a esa persona. Te puede cerrar puertas a trabajar en el círculo de actividades vinculadas a Amazon, especialmente subcontratas”, revela Bernárdez. Ese número y esa aplicación permiten a Amazon conocer en todo momento cuánto tiempo le queda a un paquete para ser entregado. Si el repartidor llega a la puerta y el destinatario no está, ya puede tener a bien cambiar su ruta de entrega para cumplir con su cometido “sino será penalizado”, relata Bernárdez. Penalizado por no cumplir con la política de calidad de Amazon. Y el almuerzo siembra de furgonetas las calles entre la una y las tres de la tarde, a tiempo para apurar un táper y continuar la ruta.

Una imagen de cómo será el futuro centro logístico de Amazon en Alicante.

Lo suyo sería que el contrato de estos trabajadores de empresas de logística subcontratadas por Amazon estuviera regido por el Convenio Colectivo de Transporte de Mercancías de Pontevedra, que estipula un salario que supera los 1.100 euros y dos pagas extraordinarias por una jornada de 40 horas semanales. Como no es así, UGT ha presentado varias denuncias ante Inspección de Trabajo en Vigo por la precarización del sector. “Estas empresas no aplican el convenio del transporte”, advierte Bernárdez.

Al estilo Uber

Si con estas tres empresas subcontratadas Amazon no da abasto con sus entregas, recurre al modelo de Amazon Flex. No hay que bucear mucho para dar con ofertas en las que la compañía de comercio electrónico ofrece a autónomos slots de dos o cuatro horas para realizar su reparto. Un trabajo para el que cada transportista utilizará su vehículo particular. Todo pese a que la legislación española establece que el transporte de mercancía debe realizarse en vehículos habilitados para ello, recuerda Bernárdez.

A razón de 56 euros por cuatro horas, esta es una opción muy socorrida por los riders de las aplicaciones de comida a domicilio. Los meses de octubre a diciembre, con el Prime Day y Navidades, recogieron los frutos de la elevada demanda de Amazon. 

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