La agricultura constituye un sector estratégico en España que aporta un gran valor económico, social, territorial y medioambiental. En euros, la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca produjeron 35.196 millones en 2020, la cantidad más elevada desde que hay registros. La agricultura, además, terminó el año 2020 con 1,15 millones de afiliados a la Seguridad Social, unos 7.000 más que un año antes. En comparación con Europa, España es el país con mayor proporción de PIB agrario de la UE.

Unas cifras que cobran más importancia si se analizan zonas concretas como es el caso del sureste español donde su peso en el PIB se incrementa. Para analizar la actualidad del sector agrario y los desafíos más apremiantes a los que se enfrenta esta industria, el periódico INFORMACIÓN y BBVA organizaron ayer la jornada titulada «Los retos de futuro del sector agro» donde representantes y profesionales del sector dieron su punto de vista sobre las tendencias que van a marcar su futuro más inmediato.

Al respecto, los participantes coincidieron en señalar cinco grandes desafíos: profesionalizar el sector, modernizar infraestructuras y regadíos, digitalizar las empresas, apostar por la sostenibilidad y conseguir el relevo generacional. Y, además, convinieron en que es necesario establecer una estrategia nacional que dependa del Estado en materia hídrica para luchar con los problemas hídricos de diferentes zonas de España como es el caso de la provincia de Alicante.

Alberto Carretón, director de pymes de la dirección territorial Este de BBVA; Alfredo Sogorb Pérez, presidente de la Cooperativa El Mañán; Antonio López Galvañ, gerente de Retse Alimentaria y Retse Ecológica; David Torres, director general de desarrollo rural de la Generalitat Valenciana; Hugo Quintanilla, gerente de Señoríos de Relleu; José Vicente Andreu, vicepresidente Asaja Alicante y agricultor de cítricos ecológicos en la Vega Baja; Pablo Mas, responsable segmento Agro BBVA; y Ramón Espinosa, secretario técnico de Asaja Alicante fueron los participantes en este evento.

La jornada organizada por INFORMACIÓN y BBVA reúne a representantes de un sector en transformación

La sostenibilidad agraria tuvo un papel protagonista en el evento. Una sostenibilidad entendida desde un punto de vista global y que tiene que influir tanto en la cuenta de resultados de las empresas como en el medio ambiente. Sobre este punto y las últimas noticias del trasvase Tajo-Segura que vislumbran una reducción de los envíos a la provincia, los asistentes estuvieron de acuerdo en que el agua desalada en estos momentos no es una solución para la agricultura.

«El problema actual del agua desalada es la rentabilidad. Formará parte de la solución desde una perspectiva de futuro y siendo conscientes de los costes elevados que tiene esa agua y para los que las administraciones podremos ayudar en su uso agrario. Pero en estos momentos el agua desalada no es una solución», apuntó David Torres, mientras que el vicepresidente Asaja Alicante José Vicente Andreu aseguró que «regar con agua desalada no es viable».

Desafíos para conseguir una agricultura más sostenible y tecnológica

Desafíos para conseguir una agricultura más sostenible y tecnológica

Por ello, los participantes defendieron que la gestión hídrica debe ser realizada por el Estado y no por cada comunidad autónoma. Hugo Quintanilla consideró necesario «centralizar todas las competencias ‘a nivel Estado’ como se hace en Francia» y recordó que la llegada de los fondos europeos para la reconstrucción es una oportunidad para mejorar las infraestructuras hídricas de aquellas regiones donde es posible mejorar la depuración de las aguas residuales.

Sobre la modernización de las infraestructuras y los fondos del programa Next Generation EU, Pablo Mas, de BBVA, recordó que en torno a 500 millones de euros irán destinados a la modernización de sistemas de regadíos, por lo que «tenemos que unir estos fondos con los privados y los que vamos a facilitar las entidades financieras para aprovechar la oportunidad de seguir avanzando en mejorar y lograr un uso eficiente de un bien escaso como el del agua».

La ayuda de la digitalización

La digitalización del sector agrario es también uno de los desafíos más importantes del sector. Antonio López Galvañ consideró crucial esta inversión dentro de la industria y explicó que en su compañía ya están incorporando la tecnología que permite conocer las necesidades de la plantación en cada momento, así como los sistemas que permiten mantener la instalación en funcionamiento de forma autónoma y sin estar conectada a la electricidad. «Además, todos los residuos que generamos se reutilizan y se llevan a una segunda vida», destacó el gerente de Retse Alimentaria y Retse Ecológica.

Hugo Quintanilla también apuntó que en su empresa han apostado por todo lo que está en sintonía con la transición energética y «contamos con una bomba de riego que funciona con energía solar». Sobre esta inversión, lamentó que requiere aún «una amortización a largo plazo» por lo que «todavía hay que mejorar en este punto». En la misma línea se pronunció Alfredo Sogorb al afirmar que en la cooperativa El Mañán también están instalando en los techos de sus empresas placas solares fotovoltaicas.

Asimismo, Hugo Quintanilla señaló que cada vez va a tener más importancia la certificación de la contaminación que genera cada explotación por lo que sería conveniente acceder a algún tipo de sello de ámbito nacional o internacional, algo que en estos momentos depende sobre todo de la iniciativa privada.

La tecnología afecta a la producción energética, a la ciberseguridad, a la maquinaria y posibilitará hacer predicciones

Los representantes de BBVA en el encuentro, Alberto Carretón, director de pymes de la dirección territorial Este de BBVA, y Pablo Mas, responsable segmento Agro BBVA, recordaron que la entidad financiera ha firmado un acuerdo de colaboración con la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Energéticos (ANESE) gracias al que ayuda a las empresas a tomar las medidas de ahorro energético que les permitan reducir costes y disminuir el impacto medioambiental de su actividad, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático.

Además, BBVA también ayuda a las empresas agrarias a financiar estos proyectos y a buscar subvenciones gracias al acuerdo de colaboración con Ateinsa, líder en el servicio de gestión de ayudas en el ámbito energético, facilitando así la gestión de subvenciones públicas orientadas a la mejora energética de sus negocios.

Profesionalizar el sector

Ramón Espinosa, secretario técnico de Asaja Alicante, volvió a incidir en la necesidad de digitalizar las empresas agrarias. «Si no te digitalizas ahora no vas a ser competitivo en un par de años», opinó, al tiempo que previó que esta transición tecnológica afectará al regadío, a la maquinaria, a la ciberseguridad, al uso de herramientas predictivas. «La tecnología va a jugar un papel fundamental en el próximo decenio y tenemos que empezar a trabajar en esta línea».

Además, defendió que el sector tiene que dar un paso en busca de la profesionalización. «Tenemos que llevar a cabo la transformación del agricultor tradicional al empresario agrícola. Este es el principal reto», subrayó. De este modo, el sector podrá ofrecer una agricultura sostenible desde un punto de vista económico (lograr rentabilidad) y también medioambientalmente. «Sin embargo tenemos el hándicap del agua», lamentó.

Y destacó la aprobación del Decreto 5/2020 que obliga a cada operador a abonar un precio igual o superior al coste de producción para evitar que el operador no pueda repercutir el precio en alguno de los eslabones anteriores e impedir a los agricultores vender con pérdidas.

La rentabilidad de los productos ecológicos

La agricultura ecológica también estuvo presente en el encuentro de ayer. David Torres señaló que con la puesta en marcha del I Plan Valenciano de Agricultura Ecológica (2016-2020) se ha impulsado el crecimiento de la superficie certificada en un 81,2% y de los operadores en un 51,1% en los últimos años.

En cuanto a inversión, recordó que se han dedicado 41 millones de euros de ayudas directas para la conversión y el mantenimiento de la agricultura ecológica, 11,8 millones destinados a 308 jóvenes agricultores para su primera explotación de producción ecológica. Además, se han invertido 1,5 millones de euros a proyectos de innovación tecnológica y otros 1,3 millones para la certificación de la que se han beneficiado ya 1.500 productores.

Sobre la agricultura ecológica, Alfredo Sogorb, presidente de la Cooperativa El Mañán, opinió que «vamos a un futuro en el que la agricultura y la alimentación va a ser cada vez más ecológica y más sana» y consideró que «tenemos que diferenciar nuestros productos frente a los que llegan exterior y para hacerlo los productos ecológicos es una apuesta fundamental».

De similar forma se pronunciaron el resto de participantes al indicar que estos productos tienen un precio de venta más elevado y es el que justifica la inversión en su producción en zonas donde su cultivo no sería rentable. «La agricultura ecológica cumple una función social y medioambiental, por lo que recomendaría a cualquier agricultor a que se atreva a dar el salto a este tipo de producción», conminó Alfredo Sogorb. Y Ramón Espinosa señaló que hay un nicho de mercado importante al haber cada vez más gente que solicita productos ecológicos.