Las empresas familiares constituyen un fuerte, sólido y valioso ecosistema empresarial que nos permite sostener el estado de bienestar en nuestra sociedad. Las raíces de estas empresas se asientan profundamente en sus valores que impulsados, desde la innovación y el emprendimiento, hacen posible la creación y conservación de miles y miles de puestos de empleo en los entornos donde habitan. Su importancia es vital, claramente decisiva, para la buena marcha de nuestra economía y su consecuente recuperación.

Las empresas familiares suponen el 92% del tejido empresarial de la provincia de Alicante y mantienen más del 85% del empleo privado, posicionándolas como un motor de desarrollo estratégico para la economía alicantina e igualmente para nuestra sociedad. Las empresas familiares han sido golpeadas por la crisis, pero a pesar de ese golpe han sido capaces de mantener su actividad e incluso, en algunos casos, de aumentar su plantilla, tal y como reflejan los datos anunciados durante la Asamblea General del IEF celebrada esta semana.

Si en nuestra provincia los datos de representatividad de la empresa familiar son considerables, en el marco nacional y europeo no lo son menos. De ahí, que la UE haya declarado a la empresa familiar como un bien a preservar.

Y se debe preservar por varios motivos. El primero, por el compromiso que la empresa familiar siempre muestra con la sociedad, por su estrecha vinculación con los proyectos solidarios. La empresa familiar se debe a su entorno, y por eso ayuda siempre . Lo hemos visto, una vez más, con la última pandemia. Las empresas familiares de la provincia han participado y siguen haciéndolo en diversos proyectos de carácter solidario para apoyar a los colectivos sociales más necesitados. 

El segundo motivo es el económico, porque sin la empresa familiar sencillamente no existiría la economía alicantina. Somos ese engranaje indispensable que mueve y cohesiona las piezas del entramado económico. Desde AEFA somos conscientes del papel que desempeñan en la conservación del estado de bienestar, de ahí que centremos nuestros esfuerzos en trabajar para que estos modelos de negocio perduren en el tiempo y con ellos miles de puestos de empleo que producen.

De ahí, que no nos cansemos de reclamar la implementación de políticas activas que aporten certidumbre a la situación económica que vivimos y faciliten la actividad de la empresa familiar, tanto en su día a día como en el proceso de sucesión. Necesitamos que se cumpla con el calendario de vacunación nacional, que se favorezca la movilidad de los ciudadanos entre países y que España sea visto como un país seguro para que atraiga la llegada de visitantes, dinamizando así la economía de nuestro país y aquellos sectores que más han sufrido las consecuencias de esta pandemia.

Con motivo de su XXV aniversario, AEFA vuelve a retomar las actividades presenciales.

Una agenda para dejar atrás la incertidumbre

Encaramos estos próximos meses con ilusión y optimismo confiando en que, poco a poco, la luz se haga fuerte en medio de toda esta tempestad para que podamos dejar atrás la incertidumbre desencadenada por la pandemia. Con motivo del XXV aniversario de AEFA volvemos a retomar las actividades presenciales, con las medidas de seguridad oportunas, acercándonos a esa normalidad que tanto anhelamos todos. 

Dentro de nuestra agenda, la primera gran cita presencial que hemos preparado será la realización del acto de entrega de la XXV edición de los Premios AEFA, que tendrá lugar a principios del mes de junio en Elche. A este evento, le seguirán otros como la Gala del XXV aniversario en el mes de julio, además de diversos encuentros formativos para abordar las temáticas que más afectan a la gestión de las empresas familiares.