El impacto no es tan perceptible como en el caso de los locales comerciales, quizá porque para darse cuenta hay que levantar algo más la vista. Sin embargo, un simple paseo por el centro de Alicante basta para comprobar que los carteles de «se alquila» son cada vez más frecuentes en los entresuelos y primeras plantas que suelen dedicarse a oficinas en esta parte de la ciudad. Los meses de confinamiento han alterado por completo la realidad de un mercado que se ha visto impactado por los cierres de cientos de empresas, pero también por el fenómeno del teletrabajo, del que todavía nadie sabe a cierta cuáles serán sus consecuencias permanentes.
El resultado es que la pandemia ha elevado en más de 10 puntos el porcentaje de oficinas vacías, ha frenado numerosas inversiones y ha provocado una caída de los precios de alrededor del 15%, que en aquellos inmuebles que se han quedado más desfasados roza el 25%, según apuntan los expertos consultados.
Profesionales y pequeñas empresas se han marchado a casa a trabajar
Y es que, en el caso de Alicante, los efectos de la pandemia se suman al proceso de «profesionalización» que vive el sector, con el impulso de las instalaciones promovidas por Distrito Digital o los nuevos centros de negocios privados, como Panoramis, Regus o el que promueve el presidente de la CEV, Perfecto Palacio, en la carretera de Ocaña. Unas instalaciones mucho más adaptadas a las exigencias de espacios más modernos y mejor equipados que reclaman ahora las empresas como gancho para atraer talento, y que también ofrecen mayor flexibilidad para ganar o reducir metros, según la evolución del negocio.
Eso sí, todos coinciden en que el atractivo de Alicante para atraer a compañías nacionales e internacionales que buscan nuevos emplazamientos para sus delegaciones se mantiene, por lo que prevén un repunte de la demanda en los próximos meses, a medida que la vacunación y la recuperación avancen.
Menos espacio
«Se ha notado un bajón considerable. Sobre todo, estamos viendo muchas pequeñas empresas y despachos profesionales, que se han acostumbrado al teletrabajo y han dejado el local para recortar gastos», explica el responsable del área de empresa del Grupo Casamayor, Antonio Paton, que también apunta el caso de algunas compañías que se han trasladado a instalaciones más pequeñas, con el mismo objetivo, tras haber recortado personal.
Según sus cálculos, el porcentaje de oficinas vacantes en Alicante ha aumentado un 10% y el descenso de precios ronda entre el 10% y el 15%. Una caída que, por ejemplo, desde Solvia elevan hasta una cifra cercana al 25% (de una horquilla de entre 7,5 y 6,5 euros, a otra de entre 6,5 y 5 euros) en aquellos despachos con mayor necesidad de reforma.
El efecto de la pandemia se ha dejado sentir también en los espacios de coworking y centros de negocios. «El impacto inicial fue inmediato. Los usuarios del coworking son personas que ya están acostumbradas a trabajar en remoto y se adaptaron rápidamente a quedarse en casa», explica el responsable de ULab, Alfonso Rincón.
Con el aforo limitado a la mitad y la salida de muchos usuarios, la ocupación de este espacio llegó a bajar al 25%, aunque ahora ya se ha recuperado y se sitúa en el 80% del aforo que tiene abierto. En los despachos la caída fue algo menor, pero igualmente la ocupación se sitúa en el 70%. «Nunca había sido tan baja», reconoce Rincón, que calcula que más o menos la mitad de las empresas que han abandonado el centro lo han hecho por el teletrabajo, mientras que la otra mitad, simplemente, han cerrado. Ahora asegura que el interés parece que regresa, poco a poco, «pero aún hay mucha incertidumbre y las empresas no se terminan de decidir».
Despachos por horas
También han notado los efectos de la pandemia en el centro de negocios Foro Magno, en plena avenida de Maisonnave, aunque en su caso, más que la pérdida de los clientes que ya tenían -que han logrado mantener en gran parte-, lo que más acusan es la falta de nuevas contrataciones. «Para que se haga una idea, hemos hecho la mitad de presupuestos que en las mismas fechas de 2019», explica su directora, Elayne Mir.
También han notado una caída considerable del alquiler de salas para procesos de selección, antes bastante habituales, y, por el contrario, Mir señala que se está produciendo un repunte del alquiler de «despachos por horas». «Lo utilizan profesionales, muchos de ellos abogados, que trabajan en casa, pero vienen aquí para atender a los clientes», explica la responsable del centro, que tiene otro de sus fuertes en las domiciliaciones de empresas.
La caída de la demanda de alquiler también ha reducido el interés de los inversores por este tipo de inmuebles, por lo que las ventas han caído incluso en mayor proporción, según explica el director territorial de Levante de Solvia, Alfredo López. «Veníamos de un interés inversor creciente hasta 2019, siendo uno de los nichos con mayor rentabilidad, pero, con la pandemia, frenó en seco», explica el especialista.
Trabajar más cerca de casa
Fuera de la capital la situación no es muy distinta, aunque el mercado específico de oficinas suele ser más reducido. Sin embargo, en algunas poblaciones lo que se detectó fue la aparición de un nuevo tipo de demanda, protagonizada por profesionales que no disponían de espacio en su casas para teletrabajar y buscaron ubicaciones alternativas próximas a su domicilio, según apuntan desde Solvia.
Más allá de esto, López insiste en que «el potencial que tiene Alicante para poder atraer a trabajadores de otros países y otras ciudades es muy elevado por su excelente clima, servicios y comunicaciones», lo que facilitará un rápido crecimiento de la demanda en los próximos meses. Eso sí, una demanda distinta a la tradicional, como también apunta la responsable de Oficinas para la Comunidad Valenciana de CBRE España, Belén Patiño.
Así, la experta señala que la tendencia del mercado en Alicante «se dirige hacia la profesionalización y mejora de los espacios de oficinas». En este sentido, Belén Patiño asegura que «los propietarios y gestores de inmuebles terciarios son conscientes de la oportunidad que tiene la ciudad para atraer empresas tecnológicas y grandes corporaciones, y están demostrando una gran capacidad de adaptación a los cambios y exigencias del mercado».
El puerto de Alicante parece haberse convertido en la «zona cero» de esta transformación del sector, con la confluencia del cambio de uso de Panoramis -de centro comercial a centro empresarial-, el desembarco de la multinacional de los espacios de trabajo flexibles Regus en la antigua Casa del Mar, o la próxima construcción en los muelles aledaños de la nueva sede de Distrito Digital o, incluso, el futuro palacio de congresos.
En el primero de ellos, en el rebautizado como Panoramis Life & Business, ya está abierta la zona de coworking y han anunciado su desembarco la multinacional de la tecnología nautica Navico y la consultora Vector ITC, pero sus responsables prevén muchas más, aunque todavía habrá que esperar algo de tiempo. «La demanda está activa, hay interés, pero no se toman decisiones. La incertidumbre económica todavía es elevada y las empresas están esperando a que se consolide el proceso de vacunación y la recuperación de la actividad antes de firmar nuevos contratos», apunta Javier Reina, CEO de Customsuits, la firma que participa en la gestión y comercialización de este espacio. Su previsión es que a partir del mes de septiembre se disparará el negocio.
«El modelo de trabajo ha cambiado completamente. Se tenderá a combinar una parte de la jornada presencial con el teletrabajo y, además, los trabajadores cada vez demandan espacios con mayor bienestar, que incluyan también criterios de sostenibilidad. Las empresas tenderán cada vez más a este tipo de espacios flexibles», explica, por su parte, Philippe Jiménez, country manager de IWG, la multinacional detrás de la marca Regus.
Regus ya busca otro edificio
Philippe Jiménez señala que el coste por puesto de trabajo en uno de estos centros supone la mitad que en una oficina tradicional pero, sobre todo, «las empresas han descubierto en esta pandemia el enorme gasto que suponen las oficinas vacías». Una de las ventajas de estos centros es poder ganar o recortar metros y puestos de trabajo, en función de las necesidades de cada momento.
Tan convencidos están de su apuesta que, a pesar del desplome de la demanda durante la pandemia, Regus ha abierto seis centros nuevos en España en este tiempo. En el caso de Alicante, además, afirman que están a punto de cerrar el contrato para un segundo edificio y que su objetivo es tener varios más.
Aunque la ciudad de Alicante concentra el mayor volumen de oficinas de la provincia, las consecuencias de la pandemia se dejan sentir en todas las poblaciones. En el caso de Elche, uno de los grandes damnificados ha sido el proyecto de Campus Tecnológico que promueve la empresa municipal Pimesa, que tuvo la mala suerte de empezar a comercializarse poco antes del decreto del primer estado de alarma. Por entonces, cinco compañías habían mostrado su interés por adquirir espacio en el primero de los edificios que se están construyento, pero, como señala el gerente de Pimesa, Antonio Martínez, las cinco «suspendieron su decisión de invertir» con la llegada del covid. «El mercado ha estado parado, así que, de momento, no estamos haciendo promoción de los inmuebles, aunque el proceso de venta está abierto», explica Martínez. La empresa municipal también gestiona otras 26 oficinas en alquiler el parque empresarial de Elche, donde sólo han registrado dos bajas, pero en el último mes también han logrado dos nuevas contrataciones. La empresa municipal a ofrecido rebajas de la renta y moratorias a sus inquilinos para ayudarles durante este tiempo.
