Personas, familias y empresas están sometidas a unas condiciones y recursos económicos concretos. Pese a ello, no son pocas las veces que estos están sujetos a una gestión deficiente. Expresiones como «no llego a fin de mes» o «qué difícil es ahorrar» se repiten, en este punto, de forma incesante otorgando, más valor si cabe, a conceptos tan relevantes como la economía doméstica o la salud financiera. Aspectos, además, especialmente significantes tras la crisis sanitaria, económica y social del coronavirus.

Así, tener una visión global de la economía de cada particular no solo permite planificar el gasto a largo plazo, sino también adecuar las decisiones para rentabilizar cada céntimo. Es una de las principales conclusiones extraídas del encuentro digital celebrado entre INFORMACIÓN, Levante-EMV y Mediterráneo y junto a BBVA, que reunió a destacados expertos en una mesa de debate que estuvo moderada por Silvia Tomás, directora de Levante TV.

De este modo, el webinar contó con la participación de Alberto Guillén, responsable de Productos Digitales de BBVA en España; Fernando Castelló, economista, investigador y profesor de ESIC; Isabel Giménez, directora general de la Fundación Estudios Bursátiles y Financieros; y, por último, Carlos Aguado, uno de los ganadores del hackathon «Beyond Barriers» organizado por BBVA y ESIC.

De la teoría a la práctica

Salud financiera es, como coincidieron en señalar de forma unánime los contertulios del encuentro telemático, «la tranquilidad de poder contar con los recursos suficientes a lo largo de las diferentes etapas de la vida», al mismo que tiempo que un concepto, aunque cada vez más frecuente, todavía de difícil comprensión e integración por parte de los agentes sociales.

«Dedicamos más tiempo a hablar de fútbol que a gestionar nuestras finanzas, falta planificación a largo plazo de nuestra economía. Nos da reparo mencionar inversiones, dinero y ahorro», lamentó Isabel Giménez. En esta misma línea se expresó Castelló, quien apuntó que «tenemos una concepción denostada del ahorro y del dinero», así como que «huimos de esta perspectiva de previsión en lugar de incidir en el paralelismo con la salud que nos permita sortear cualquier variación temporal».

De este modo, planificación y ahorro son dos términos vinculados, indivisiblemente, a la salud financiera y al proceso de gestión consciente de los recursos económicos. No obstante, el profesor e investigador de ESIC añadió una tercera acepción: el hábito. «Tomar la costumbre», incidió, de «ahorrar de forma sistemática».

«Es necesario romper el paradigma y cuestionarnos si ahorramos cuando ya hemos acabado de consumir o si, por el contrario, gastamos lo que nos queda después de ahorrar». Una asignatura todavía pendiente para el gran grueso de los valencianos.

Herramientas de ahorro

Ayudar a los clientes en la gestión de su salud financiera es una de las seis prioridades estratégicas de BBVA, por lo que la entidad bancaria ha renovado de forma integral esta experiencia a través de su «App». Así, pone en manos de sus usuarios un servicio que destaca por ser más completo, personalizado y adaptado, así como por posibilitar la concepción global de la economía de cada persona.

«No es necesario tener unos ingresos o fondos elevados, el ahorro empieza por tener un buen equilibrio entre tus ingresos y tus gastos, conocer muy bien el gasto por categoría», explicó Alberto Guillén. En este sentido, la aplicación de BBVA dispone de una sección especializada a través de la que los clientes pueden, entre otras opciones, tomar conciencia de cuáles son los suministros y las suscripciones —gastos fijos prescindibles—, de gran relevancia en el gasto.

Conscientes de la dificultad y, a su vez, necesariedad de tan importante acometido, en BBVA disponen de las herramientas digitales para facilitar dicha tarea y consolidarla como hábito. Desde la creación de una cuenta meta de ahorro automatizada o de la aplicación de reglas como el redondeo, muy útil para la población más joven, hasta la planificación económica: cuándo es buen momento para invertir, de qué forma y con qué riesgo.

Se trata de una «App» muy intuitiva y fácil de usar, tanto para clientes de la entidad como para usuarios no adscritos. Asimismo, es capaz de anticipar movimientos relevantes y sugerir planes de acción, como detalló el responsable de Productos Digitales de BBVA, y alejada del paternalismo. «Todos tenemos un contexto determinado y un estilo de vida específico, por eso la atención que prestamos es tan personalizada».

Es la personalización, además, uno de los dos ejes estructurales que centrará la acción de BBVA a futuro. De forma paralela a este «empoderamiento del cliente», desde el grupo bancario también se incidirá en cómo contribuir a su planificación económica a través de novedosos servicios como la visión del patrimonio. En definitiva, la herramienta digital de BBVA permite «tomar decisiones hoy para vivir mejor mañana».

Proactividad y hábito

La herramienta digital de BBVA permite gestionar los recursos económicos de los clientes. ED

Para gestionar la economía el primer paso es conocerla y, según Isabel Giménez, ser proactivos. «Existe un problema de lenguaje y comunicación. Lo que se ha contado históricamente es que las finanzas las gestionan las personas expertas, no los ciudadanos». Lejos de esa distopía, la directora de la Fundación Estudios Bursátiles y Financieros reivindicó que «lo único que requiere la proactividad es tiempo y hábitos». «Vivimos cada vez más años, pero eso solo es una buena noticia si existe una planificación financiera a largo plazo», argumentó.

En esta línea, defendió que las personas son dueñas de sus propios gastos, pero no de sus ingresos, sujetos a variables indeterminadas, y trazó una diferenciación entre los denominados «gastos hormiga» —las suscripciones mencionadas anteriormente por Alberto Guillén— y los «gastos cigarra», sujetos a la ya recurrente planificación.

«Consumir sin medir el gasto es una actitud reactiva, debemos poner el foco en el ahorro», exclamó. Además, denunció que los tipos de interés bajos, aupados por la coyuntura reciente, son contraproducentes para este fin. En contraposición, la educación financiera y herramientas como la ofrecida por BBVA son la llave que abre la puerta de un horizonte en el que poder «dormir tranquilo» y «tener una relación saludable con tus finanzas».

Para ello, quiso puntualizar Fernando Castelló, resulta vital «tener disposición mental y percibir los riesgos y ventajas». Así, aludió al «crecimiento a déficit» generalizado del que toman referencia las nuevas generaciones y que conduce, en su opinión, al error de creer que el mercado es sinónimo de endeudamiento. «Somos Quijotes luchando contra molinos, no se puede crecer en un entorno endeudado, como los organismos públicos. No es un problema del Gobierno, sino del sistema económico. La deuda no es buena por definición, solo cuando es pagable», lamentó.

Liderar el futuro

Las generaciones jóvenes que nos suceden se enfrentan al importante reto de consolidar el cambio de paradigma tan reclamado por los tres expertos participantes en el foro telemático. Cuentan, a su favor, con múltiples dispositivos y herramientas tecnológicas, así como con un alto grado de formación y especialización. ¿En su contra? Paradójicamente, el desconocimiento. Así lo denunció Carlos Aguado, un joven valenciano que ganó, junto a un nutrido equipo de compañeros, el hackathon «Beyond Barriers» entre diversas candidaturas a nivel mundial gracias a un proyecto de gestión eficiente de recursos económicos.

«Existe una alienación respecto a la salud financiera. Los jóvenes hallamos en nuestros padres un colchón de seguridad constante y permanente, dependemos económicamente de ellos y no controlamos nuestra economía», expuso. «Por A o por B no nos llega el mensaje, nadie nos habla de la importancia del ahorro y no es que no tengamos dinero, es que no sabemos gestionarlo. La salud financiera pone fin a este problema», desarrolló, «muchas veces nos adentramos en un bucle de gasto y aspiramos a tener una buena retribución para poder gastar más».

Para revertir esta tendencia, los expertos lo tienen claro. Hay que premiar al ahorrador y castigar a quien se endeuda, y no viceversa, hacer del ahorro un eje estructural en el desarrollo familiar e involucrar en ese proceso a todos los miembros y, por último, promover la educación financiera para poder invertir en aquello que se entiende. Así, aplicaciones como las de BBVA son muy interesante porque «otorgan instrumentos para retener recursos», concluyeron.