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EE UU da una tregua al calzado: aplaza la subida de los aranceles seis meses

La patronal FICE asegura que la prórroga permitirá salvar los pedidos de la campaña de invierno y presentar la colección del próximo verano

La feria Futurmoda, celebrada solo unos días antes de que se decretara el primer estado de alarma. | ANTONIO AMORÓS

Tregua de seis meses para el calzado español. Estados Unidos sigue adelante con su intención de imponer un arancel adicional del 25% a determinados productos españoles, entre ellos, el calzado, como represalia a la Tasa Google, pero suspende su aplicación durante 180 días, para tratar de alcanzar un acuerdo sobre fiscalidad internacional en el seno de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Se cubre, de esta forma, la reivindicación que, desde el primer momento, planteaban desde la Federación de Industrias del Calzado Español (FICE) y la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal), con su presidenta, Marián Cano, a la cabeza, y, con ello, se logra salvar los pedidos de la campaña de otoño-invierno, que se debían servir ahora, así como la presentación de la temporada de la próxima primavera-verano. No sólo eso. A falta de que las patronales analicen los pormenores, hay subpartidas de calzado español que quedarían fuera de la subida arancelaria prevista para noviembre de este año.

A finales de marzo saltaba la voz de alarma. Los fabricantes de calzado empezaban a sufrir la paralización de pedidos por parte de sus clientes de Estados Unidos. Todo después de que se conociera que el Gobierno de EE UU había abierto una investigación contra varios países europeos por los impuestos que se habían aprobado para gravar la actividad de las grandes compañías tecnológicas, la conocida como Tasa Google. El resultado: la imposición de nuevos aranceles a la entrada de determinados artículos como represalia. Una penalización que, en el caso de España, castigaba sin piedad al calzado, con una subida arancelaria de hasta 25 puntos, que se sumarían a los 10 actuales, lo que, directamente, elevaba la tasa al 35% y podía dejar fuera de los comercios norteamericanos al calzado español. Las consecuencias no se hicieron esperar. A mediados de abril, ya se habían cancelado el 30% de pedidos, e incluso en las últimas semanas algunas de las grandes cadenas de EE UU y los distribuidores habían empezado a llevarse los encargos para la próxima temporada de otoño-invierno a otros países ante la incertidumbre generada en torno a los aranceles. Sin embargo, la Administración Biden ha optado finalmente por dar algo de oxígeno.

Con el nuevo escenario que se abre, la presidenta de la patronal del calzado, Marián Cano, destaca que, «al final, para el sector es una noticia muy positiva, porque eso nos da tranquilidad para servir los pedidos y empezar a presentar las nuevas colecciones, en un momento en el que el mercado norteamericano está respondiendo bien». Además, confía en que las negociaciones en el marco de la OCDE acaben llegando a buen puerto. Todo después de que desde las organizaciones empresariales del sector hayan intensificado la presión en las últimas semanas, con reuniones a todos los niveles, para tratar de ganar tiempo mientras se negocia en el marco del club de los países ricos.

No en vano, desde la Oficina de la Representante Comercial de Estados Unidos, siguen insistiendo en que «el impuesto a los servicios digitales de España no es razonable, es discriminatorio y grava o restringe el comercio de EE UU», aunque muestran su predisposición a encontrar una «solución multilateral» a este conflicto.

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