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El nuevo impuesto para envases plásticos pone en pie de guerra al sector

Las empresas de la provincia denuncian que encarecerá el producto y que da una mala imagen de la industria cuando más apuesta por el reciclaje

Fabricación de envases de plástico en una empresa de Ibi. | JUANI RUZ

El sector del plástico se encuentra situado permanentemente en el ojo del huracán. Al fuerte encarecimiento de las materias primas, que ha dejado contra las cuerdas a las empresas, se le ha unido ahora el nuevo impuesto para los envases de un solo uso, lo que ha acabado de poner a esta industria en pie de guerra. Los fabricantes de la provincia denuncian que esta medida del Gobierno central va a encarecer el producto y que, además, contribuirá a ofrecer una mala imagen de este sector, justo cuando más está apostando por el reciclaje y la sostenibilidad.

El Gobierno presentaba recientemente la futura Ley de Residuos y Suelos Contaminados, que contempla la implantación de dos nuevos impuestos. El primero de ellos va dirigido a los envases de plástico no reutilizables, a razón de 0,45 euros por kilo, y el segundo al depósito en vertedero, que oscilará entre 1,5 y 40 euros por cada tonelada métrica. Entre los plásticos de un solo uso afectados se encuentran los vasos para bebidas y los recipientes alimentarios, cuya comercialización tiene que reducirse un 50% entre 2022 y 2026 y un 70% para 2030.

El Gobierno central pretende reducir un 70% la comercialización de recipientes de un solo uso para 2030

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¿Y cómo le ha sentado al sector esta medida fiscal? Pues a la vista de las reacciones, de manera muy negativa. En la provincia son alrededor de 350 las empresas dedicadas a la transformación de plástico, la mayor parte en la zona de la Foia de Castalla. El presidente de la asociación de empresarios de la comarca, Héctor Torrente, señala, de entrada, que «los márgenes de ganancias no son lo suficientemente amplios para que las empresas puedan asumir estos impuestos, por lo que no van a tener otro remedio que repercutirlo en los precios. Así que, al final, como siempre, lo acabará pagando el consumidor».

Torrente, además, lamenta que esta medida llegue en un momento en el que la industria está apostando cada vez más por el reciclaje. «El sector -asegura- está concienciado y avanza de forma imparable hacia la economía circular, por lo que estos impuestos no van a hacer otra cosa que dañar su imagen justo cuando menos sentido tiene». El responsable empresarial, con todo, confía en que la recaudación «se destine a educar al consumidor, porque el problema no está en la industria, sino en el uso que se hace de los artículos y dónde se depositan. Los plásticos, de hecho, se pueden reciclar de forma indefinida».

Los jugueteros critican que cada país de la UE esté elaborando una normativa diferente en esta materia

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Por su parte, Joan Oriola, responsable de la empresa Envaplast, de Benimarfull, explica que la medida les ha llenado de incertidumbre, teniendo en cuenta que se dedican a la fabricación de envases para mercancías peligrosas. «No sabemos -lamenta- si nos va a afectar directamente, porque nuestros envases están preparados para ser reutilizados, pero no proceden de plásticos reciclados, porque técnicamente es imposible». Reconoce que «aparecen plásticos en el mar y en otros sitios indebidos, pero no es culpa nuestra. De hecho, el plástico es lo más versátil que hay, porque se puede reutilizar hasta el infinito».

Al sector juguetero los impuestos no les afectan directamente en sus productos, aunque sí en los envasados. Cristina Miró, secretaria técnica de la patronal nacional, señala que «lo que más nos preocupa es que cada país de la Unión Europea esté desarrollando normativas diferentes en la materia, lo que complica la fabricación y el control, y encarece los costes para los que cumplen».

La patronal nacional asegura que la medida es discriminatoria

Los fabricantes dicen que se está forzando un cambio hacia materiales más pesados y menos eficientes

La Asociación Española de Industriales de Plásticos (Anaip) ha calificado la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados de discriminatoria y poco beneficiosa para el medio ambiente, al entender que provocará un cambio hacia envases y productos de otros materiales menos eficientes y más pesados.

La entidad, dirigida por Luis Cediel, destaca que esta iniciativa legislativa incluye «medidas discriminatorias y desproporcionadas que van en contra del propio objetivo general de la norma». En concreto, destaca que «no previene la generación de residuos y puede poner trabas a la implantación de la economía circular en el sector, que está volcado en fabricar artículos más reciclables, en incorporar cada vez más material reutilizado a sus productos y en innovar en modernos procesos de reciclado». De igual forma, lamenta que el impuesto a los envases no reutilizables solo se fije en los recipientes de plástico, «y no de otros materiales, que también son susceptibles de acabar con el medio ambiente».

Lo que sí considera positivo Anaip es el impuesto para erradicar el depósito en el vertedero de aquellos residuos que no han pasado por un proceso de reciclaje finalista. «Esto -señalan desde la entidad- es lo que debe penalizarse, en lugar del uso de un material concreto para los envases no reutilizables, ya que es lo que frena la economía circular y supone un desperdicio de plásticos u otros materiales que podrían volver al ciclo de producción».

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