El cambio en la era digital también ha llegado al desarrollo geográfico con un gran impacto económico. Y esto lo tienen muy en cuenta los gestores a la hora de realizar inversiones inmobiliarias, como nos cuenta Inés del Molino, directora de cuentas de Schroders que ha creado el fondo Schroder ISF Global Cities

¿Por qué invertir en ciudades inteligentes y por qué ahora?

Desde un punto de vista macroeconómico, la urbanización es un tema potente con proyección para varias décadas. Saber qué ciudades y qué sectores se beneficiarán de este cambio demográfico será la clave para identificar las mejores oportunidades. Actualmente nos encontramos en un momento particularmente interesante para la inversión inmobiliaria, pues ahora que empezamos a ver serias amenazas de inflación, este tipo de inversión ofrece protección frente a la misma, ya que los alquileres suelen subir en línea con ella.

¿Cuál es la estrategia del fondo Schroder ISF Global Cities?

El objetivo del fondo es hacer un escrutinio de cuáles son las ciudades que serán las ganadoras del futuro. Analizamos cuales están mejores preparadas en cuanto a sostenibilidad (eficiencia energética, almacenamiento energético, centros logísticos, comunicaciones, universidades, etc) y en cuanto a criterios financieros (renta per cápita, gasto en consumo, crecimiento económico y demográfico, etc). Dentro de la clasificación resultante, analizamos las mejores compañías inmobiliarias cotizadas para incluirlas en la cartera.

¿A qué riesgos se enfrenta este sector?

El sector inmobiliario cotizado no es ajeno al ciclo económico y por tanto a los movimientos en los tipos de interés. Nuestras estimaciones nos arrojan datos que suponen que en el 2035

el 65% de la población vivirá en zonas urbanizadas y en el 2100 será el 90% de los 9.800 millones que habitaremos el planeta. Las ciudades tienen un importante reto de futuro para

dar cabida a toda la población, eso si, de forma sostenible.

¿Cómo pueden las ciudades impulsar la transición energética como inversión?

El desarrollo que experimentarán algunas ciudades bajo la lucha contra el calentamiento del planeta exige un compromiso público y privado para que se haga de forma eficiente y sostenible. Redes de comunicaciones eficientes, centros de almacenamiento energético, centros logísticos de distribución... Tanto el sector público como el privado tendrán que dar servicio a los ciudadanos, bajo un prisma de energía eficiente y sostenible