Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La escasez de vehículos dispara las tarifas de los rent-a-car para el verano

La paralización de las fábricas de automóviles por la falta de chips impide a las compañías reforzar sus flotas, tras el recorte del año pasado - Algunos estudios sitúan el aumento medio de precios en el 140%, aunque el sector lo limita al 40%

La zona de mostradores de los rent-a-car en el aeropuerto de El Altet. | MATÍAS SEGARRA

Los turistas que lleguen este verano lo van a tener bastante más difícil para alquilar un coche y, sobre todo, van a tener que gastarse bastante más dinero. Los recortes en la producción que se han visto obligados a acometer muchos fabricantes de automóviles por la falta de chips ha impedido a las compañías de rent-a-car reforzar sus flotas de cara a la temporada alta, como suelen hacer habitualmente. Un problema que llega, además, en el peor momento posible, después de que muchas de estas compañías se desprendieran de una parte considerable de sus vehículos a lo largo del año pasado -en algunos casos se vendió hasta el 75% de la flota- con el objetivo de conseguir la liquidez necesaria para sobrevivir a la falta de ingresos provocada por la pandemia.

El resultado es que la disponibilidad de coches de alquiler se ha reducido considerablemente, a pesar de que la demanda también es menor que otros años, lo que ha disparado las tarifas y anticipa problemas de desabastecimiento para este verano. Así lo reconoce el presidente de la Asociación de Empresas de Alquiler de Vehículos de la Comunidad Valenciana y Murcia (Aecoval), Mauro Derqui: «El problema es que no hay disponibilidad. Si vas ahora al concesionario, te dicen que es imposible que te sirvan nada antes de octubre», señala el empresario, que pone el ejemplo de su propia compañía, que este año deberá conformarse con operar unos 20 vehículos cuando lo habitual es que en verano dispusiera de entre 80 y 100 coches.

«Todos los días nos llegan prerreservas y todos los días tenemos que decir que no hay coches, porque para julio y agosto -sobre todo para el primero- estamos ya prácticamente al 100%. Quitando algún hueco de dos o tres días, todo lo demás lo tenemos cogido», reconoce también el gerente de Luzcars, Juan Alberto Sánchez, que señala que, a falta de británicos, son belgas, alemanes, franceses y españoles los que más están tirando del sector en la provincia en este momento. «Como se reactive la demanda británica, no sé qué va a pasar», se pregunta el empresario, que cuenta con dos establecimientos en Torrevieja y en Cabo Roig, en la costa de Orihuela.

La consecuencia es que los precios se han disparado. Una reciente información de Bloomberg, que citaba un estudio del comparador alemán Check24, cifraba en un 140% el aumento medio de las tarifas del rent-a-car en España este año con respecto a 2019, una cifra que en algunos casos como los de Ibiza se disparaba hasta el 229%.

Desde Aecoval reducen el aumento a un 40%. «Estamos hablando de que en 2019 una semana podía costar 220 euros y ahora serán unos 300 euros», señala Mauro Derqui que, eso sí, reconoce que estos precios suelen ser los de los operadores pequeños, alrededor de un centenar de empresas en la provincia, que acostumbran a trabajar con clientes fijos.

En el caso de las grandes compañías el precio depende mucho más de la oferta y la demanda, como reconoce Tobías Zisik, director general de Europcar en España, la compañía que hace unos años se hizo con la alicantina Goldcar. «El mercado en estos momentos es supervolátil. El mejor consejo que podemos dar a los clientes es que adelanten cuanto antes sus reservas para asegurarse el precio», señala el ejecutivo, que reconoce que la tendencia de este año es justo la contraria. Es decir, que la incertidumbre sobre la situación sanitaria está llevando a que las reservas se realicen a última hora. Una incertidumbre que aún es más extrema en el caso del mercado británico, que aún no se sabe si podrá venir este verano.

Otros grandes operadores como Centauro, propiedad de Mutua Madrileña, asegura que la escasez de vehículos les afectará «en menor medida que al resto», ya que anticiparon sus compras «con base en las previsiones internas que apuntaban a un repunte de la demanda gracias al levantamiento de la restricciones a la movilidad». Son la excepción, ya que la mayoría de operadores hizo lo contrario, posponerlo más de lo habitual al no saber cómo evolucionaría la pandemia. En cualquier caso, los ejecutivos consultados señalan que el problema es la falta de disponibilidad: «Todas las marcas están cancelando miles de entregas», insiste el director de Ventas de Leasys Rent, Martin Hall.

En el caso de los pequeños, a la falta de vehículos se suma la falta de crédito, ya que los bancos han endurecido las condiciones a las empresas relacionadas con el sector turístico, a lo que se añade el aumento de la deuda que arrastran muchos operadores por los créditos ICO.

Un sistema de fijación de precios como el de las aerolíneas

Como señala el director general de Europcar en España, Tobias Zisik, las compañías de rent-a-car suelen utilizar un sistema de fijación de precios «dinámico», como el que también emplean las aerolíneas, lo que significa que el precio fluctúa en función de la oferta y la demanda que se registre en cada momento y que, en general, encarece los alquileres a medida que se reduce la cifra de vehículos disponibles. Esto provoca que en una situación como la actual, en la que la mayoría de reservas se produce a última hora, los precios puedan dispararse. En el caso de Baleares, por ejemplo, llegaron a producirse picos de más de un 300% de aumento en Semana Santa, cuando se permitió la llegada de alemanes y se disparó la demanda. La situación puede repetirse este verano en la Costa Blanca, sobre todo si se produce alguna flexibilización de las restricciones en Reino Unido. Aún así, el sector calcula que este año apenas facturará la mitad de las cifras que registraba antes de la pandemia.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats