El proceso continuo de recortes en el que lleva instalado el sector financiero desde el año 2008 no parece tener fin. Primero fue la necesidad de ajustar y corregir los excesos cometidos durante los años de expansión de la burbuja inmobiliaria, cuyo estallido se llevó por delante buena parte del sector, y ahora es la caída de la rentabilidad y el impulso de la digitalización lo que está provocando que las entidades no dejen de poner sobre la mesa nuevos ajustes en sus redes y en sus plantillas.

De esta forma, sólo durante el último año los bancos han cerrado en la provincia de Alicante 89 sucursales, es decir, una cada cuatro días, según los últimos datos oficiales del Banco de España referidos al pasado mes de marzo. Un recorte que deja la red total en tan sólo 739 oficinas operativas, lo que supone la cifra más baja desde junio de 1978, cuando la provincia contaba con casi 800.000 habitantes menos y un volumen de actividad económica muy inferior.

Una cifra que, además, en breve se verá recortada de nuevo, con los ERE de BBVA y CaixaBank y con las reducciones de red continuadas que también prevén el resto de entidades y que nadie se atreve a pronosticar cuándo finalizarán.

De momento, el balance es contundente. Desde el año 2008 ya han bajado la persiana 1.031 sucursales en la provincia, el 58% de todas las que existían en el momento de mayor expansión de las redes, cuando el ladrillo obraba el milagro de que todas dieran beneficio.

Por su parte, el número de trabajadores del sector de banca y seguros también se ha recortado en más de 5.400 personas, al pasar de las 13.398 que contabilizaba la Seguridad Social en el último año antes de la Gran Recesión, a las 7.974 del pasado mes de mayo. En el último año el descenso ha sido de casi 400 personas.

«De momento, todo apunta a que la tendencia va a ser la misma y va a seguir el recorte de capacidad. La rentabilidad del sector sigue siendo baja, pero es algo que va más allá. Estamos ante un cambio de modelo de negocio, no centrado ya en la oficina, sino en el cliente y los servicios digitales», apunta la profesora del departamento de Análisis Económico Aplicado de la UA y experta en el sector financiero, Gloria Pardo.

Además, la también miembro del Instituto Interuniversitario de Economía Internacional recuerda que estos recortes en las redes no han ido parejos a una caída similar de los costes debido a los mayores costes regulatorios que ahora afrontan las entidades y a las fuertes inversiones en tecnología que deben realizar para competir frente a los nuevos operadores que han surgido en el mercado, en el ámbito de internet.

A la espera de lo que ocurra con el ERE, la fusión de CaixaBank y Bankia ha desbancado al Sabadell como entidad con mayor volumen de oficinas en la provincia. En concreto, el banco dirigido por Gonzalo Gortázar contaba al cierre de marzo con 186 sucursales en Alicante, según los registros del Banco de España. Una cifra que, eso sí, son 18 menos de las que tenían por separado las dos entidades fusionadas un año atrás. Por su parte, el Sabadell mantenía abiertas 160 delegaciones, tras haber clausurado 38 en el último año, según las mismas fuentes. El banco con sede en Alicante aprovechó la pandemia para acelerar los planes de recorte de red. El podio lo completa el BBVA, con 89 sucursales abiertas, seis menos en que marzo de 2020; mientras que Santander tenía 78, tras cerrar una veintena en el último año. El Grupo Cajamar sumaba otras 69; Caja Rural Central, 50; y Bankinter, 26. En estos tres casos, las mismas que un año atrás.

De cajeros a comerciales para vender productos

La sensación de vivir constantemente en la cuerda floja ha pasado factura a las plantillas de las entidades, que en los últimos años también han sufrido un cambio radical en las tareas que realizan. Si antes gran parte del personal se focalizaba en la atención en los puntos de caja, ahora son las labores comerciales las más importantes. «Lo que esperamos es que la situación se estabilice en algún momento y que los trabajadores que queden, lo hagan con buenas condiciones económicas», señala la responsable del sector financiero en UGT en la provincia, Laura García, que lamenta el empeoramiento de las condiciones laborales en el sector.