Acelerar la vacunación, reparar los daños a los sectores que se han visto más seriamente golpeados por las restricciones derivadas de la pandemia y hacer un uso «inteligente y eficiente» de la avalancha de fondos europeos que se prevé para resolver los problemas estructurales que arrastra la economía alicantina. Esas son las prioridades que, a juicio del presidente de Ineca, Rafael Ballester, deben guiar la política económica y la actuación de las administraciones y empresas en los próximos meses, con el objetivo de conseguir que la provincia no sólo recupere el nivel de riqueza que tenía antes de la pandemia, sino también que convierta la actual situación en una oportunidad para mejorar.
Así lo señaló Ballester durante su intervención en la asamblea general que el instituto de estudios celebró ayer en las instalaciones de la escuela de negocios Fundesem, que se encargó de clausurar el economista José Carlos Díez con una ponencia sobre la coyuntura internacional y cómo puede afecta a la provincia.
Antes de la conferencia, el presidente de Ineca realizó su propio análisis de la situación, en el que destacó que se empieza a ver la «luz al final del túnel», pero también reconoció que siguen existiendo muchas «incógnitas» e «incertidumbres». Con este panorama, Ballester señaló que lo primero es «seguir reforzando la vacunación», incluso sin restricciones de edad, para conseguir la tan ansiada normalidad que permita la reactivación económica.
Sobre esta última, señaló que la diversificación del tejido económico alicantino ha permitido atenuar el golpe, gracias a la presencia de sectores como el agroalimentario, el logístico, la industria textil o los servicios tecnológicos o de consultoría. Pero también recordó que el turismo y todo el entramado de proveedores que lo rodea ha afrontado una «situación durísima». Por eso, señaló que «la reparación de los daños a aquellos sectores que más seriamente se han visto afectados por las decisiones administrativas y sanitarias debe ser una prioridad para los gobiernos locales, autonómico y nacional».
En cuanto a la oportunidad que supone la llegada masiva de fondos europeos, Ballester señaló que es «fundamental que la gestión del dinero público sea inteligente y eficiente», para que contribuya a solventar los problemas estructurales que arrastra la economía provincial. «El boom anterior a 2008 no sirvió para resolver los problemas estructurales que teníamos, como se vio luego. Ahora vamos a tener otro ‘superboom’ en forma de inyección económica. Aprendamos la lección y no repitamos errores», señaló el también abogado.
Así, Ballester apuntó que esos fondos deben contribuir «a mejorar la calidad de vida de las personas y del territorio». Algo que, como apuntó, en el caso de Alicante significa «reducir el paro, especialmente el juvenil, incrementar las rentas de las personas y comunidades, además de fortalecer el tejido productivo empresarial (especialmente aumentando el tamaño de las empresas), y aumentar la integridad solvencia de las arcas públicas».
El riesgo de la inflación y la austeridad fiscal
En su ponencia, el economista José Carlos Díez señaló que, a pesar del optimismo que parece invadir a las principales economías, no hay que perder de vista el riesgo de inflación que supone el actual alza de materias primas o de determinados servicios. Aunque señaló que en Europa es menos probable, también recordó que, asociado a este riesgo, también está una posible vuelta a la exigencia de mayor austeridad por parte de los socios europeos.
