Ni siquiera una pandemia que obligó a cerrar los establecimientos durante meses y a limitar los aforos el resto del tiempo consiguió destronar a los camareros como la profesión que más contratos acumula en la provincia. A pesar de que las medidas para frenar el covid redujeron a menos de la mitad las cifras del año anterior, lo cierto es que estos profesionales de la hostelería coparon prácticamente uno de cada diez empleos que se formalizaron en Alicante, según los datos del Informe del Mercado de Trabajo de Alicante, que elabora anualmente el Observatorio de las Ocupaciones del Sepe.
Un documento que vuelve a poner de relevancia la poca cualificación de la mayoría de los puestos de trabajo que se crean en la provincia, a pesar de los intentos de las administraciones por fomentar un cambio en el modelo productivo. De hecho, apenas un 6,5% de los puestos ocupados durante el año pasado requirieron de formación universitaria, frente a un 51,3% donde sólo era necesario tener estudios primarios.
El impacto de las medidas para frenar el covid queda patente en la caída del 30,4% que sufrió el volumen total de contratos, que quedó en 474.375 frente a los más de 683.000 del año anterior. La evolución fue muy distinta según el sector, aunque no lo suficiente como para alterar sustancialmente la clasificación de la profesiones más contratadas.
El caso más llamativo es el de los camareros que, a pesar de registrar menos de la mitad de contratos que en 2019 -46.858 frente a 104.820-, se mantiene en la primera posición y, de hecho, copan una de cada diez altas registradas el año pasado. Eso sí, hay que tener en cuenta que la mayoría de estos contratos son de muy corta duración.
En segunda posición se mantienen los peones de industrias manufactureras, con 35.057 contratos y una caída mucho menor, del 17,6%, debido al impacto más reducido que tuvo la pandemia en este sector. Uno de los pocos cambios en la clasificación se produce en el tercer puesto, donde los peones agrícolas (33.700) superan a los dependientes de comercio (25.196) como tercera profesión más demandada en Alicante. Algo lógico si se tienen en cuenta las restricciones que sufrieron las tiendas y la caída del consumo. Por el contrario, el sector primario resistió mucho mejor y, de hecho, son dos las profesiones del campo que se sitúan entre las diez más contratadas, ya que en el sexto puesto vuelven a aparecer los peones agrícolas, pero en este caso los especializados en invernaderos y huertas, con otros 19.871 contratos, uno de las pocos epígrafes que registró un aumento absoluto el año pasado.
Los primeros diez puestos se completan con el personal de limpieza (23.769 contrataciones), los albañiles (16.016), peones del transporte y descargadores (14.305), los ayudantes de cocina (10.530) y sólo en la décima posición aparece un puesto que reclama cierta titulación, como son los administrativos con tareas de atención al público, que suman 10.047 contratos.
«Lo que demuestran estos datos es que el mercado laboral de la provincia sigue dependiendo mucho de los servicios y el turismo, y que hay que hacer un mayor esfuerzo por diversificar la actividad», asegura la secretaria general de UGT en l’Alacantí y la Marina, Yaissel Sánchez, que también muestra su preocupación por la elevada rotación que significan estas cifras. Dicho de otra forma, por el hecho de que haya muchos trabajadores encadenando contratos de muy corta duración.
«No hay una baja cualificación de los trabajadores, son los empleos que se crean en la provincia los que son de baja cualificación», insiste también el secretario general de CC OO en l’Alacantí-les Marines, Francisco García, que señala que en muchos sectores «se ha particionado el empleo» y, para cubrir un mismo puesto a lo largo del tiempo, se firman infinidad de contratos.
Por su parte, el presidente de CEV Alicante, Perfecto Palacio, recuerda los esfuerzos que se están realizando para atraer empresas innovadoras que generen puestos de alta cualificación, pero también apunta que lo más importante es apoyar la modernización de los sectores tradicionales de la zona, que son muy intensivos en mano de obra y, por tanto, los que sostienen el empleo. Además, señala que en estos momentos «lo que realmente importa es que se genere empleo».
La Marina Baixa, donde más cayó la demanda de trabajadores
Aunque la contratación cayó una media del 30% en el conjunto de la provincia, la situación fue muy distinta dependiendo de las comarcas y de la actividad predominante en cada una de ellas. Así, la Marina Baixa, donde el turismo es casi un monocultivo, sufrió el mayor golpe, con una caída del 47% en el número de empleos formalizados durante 2020, de acuerdo con los datos recogidos en la memoria del Comité Económico y Social de la Comunidad Valenciana, que ayer se entregó al presidente de la Generalitat, Ximo Puig. Por el contrario, la menor contracción se produjo en las comarcas del interior, en concreto, en el Alto Vinalopó, donde sólo cayó un 22,1%, y el Medio Vinalopó, donde bajó un 22,5%. El descenso también fue menor a la media en l’Alcoià(-23,7%), la Vega Baja (-25%), la Marina Alta (-29,7%) y el Baix Vinalopó (-29,8%). Por el contrario, fue mayor en l’Alacantí, con un descenso del 31,1% sobre las cifras de 2019, y en El Comtat, con una caída del 31,7%. A nivel autonómico, la contracción fue del 25,6%.
