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El Grupo Amaro presenta un nuevo ERE y renegocia la deuda con sus acreedores

Los trabajadores denuncian que la compañía no les ha pagado la indemnización por falta de liquidez

Las instalaciones del Grupo Amaro RAFA ARJONES

Nuevo proceso de reestructuración en la firma de distribución alimentaria Grupo Amaro. Apenas un año después del último ERE ejecutado por la compañía, los propietarios de la grupo -el fondo Acadia Capital- han puesto en marcha un nuevo recorte de personal que afectará a la mayor parte de la plantilla. Además, la firma ha iniciado el proceso para tratar de renegociar la deuda que mantiene con sus acreedores y busca un nuevo inversor para tratar de reflotar el negocio.

Una situación complicada que reconocía ayer el propio administrador de la compañía, Luis Miguel Romero, que atribuyó la situación a la crisis derivada del covid. «Grupo Amaro centra su actividad en el canal Horeca -hoteles, restaurantes y catering- y los constantes cierres de nuestros clientes, debido a la pandemia, han imposibilitado el cumplimiento del plan de negocio establecido inicialmente», señaló ayer el ejecutivo. Un plan que, como recordó, «se diseñó con una primera reestructuración que se llevó acabo en julio de 2020 y en la que el grupo llegó a un acuerdo con sus acreedores -incluidas las entidades financieras- y que fue homologado judicialmente por el juzgado Mercantil número 1 de Alicante». «Las nuevas circunstancias que estamos viviendo han obligado al Grupo Amaro a solicitar la modificación y renegociación de este acuerdo de refinanciación», apuntó Romero.

Como suele ocurrir en estos procesos, la peor parte se la ha llevado la plantilla. La empresa ha puesto en marcha un ERE que ya ha supuesto la salida a principios de este mes de 18 de sus 55 trabajadores, aunque el número total de afectados superará los 40, según apuntó José Alemañ, uno de los representantes sindicales en la compañía y afectado por los despidos.

En este sentido, Alemañ denuncia que la empresa no ha abonado las correspondientes indemnizaciones a los trabajadores, con el argumento de que carece de tesorería, y que también debe la nómina de junio y la paga extra de julio. Además, para los trabajadores que seguirán en la firma, la dirección ha registrado una modificación sustancial de las condiciones de trabajo para rebajar los sueldos. «Desde que los nuevos responsables llegaron la empresa, no se ha invertido nada», se lamentaba ayer el trabajador.

Desde Acadia no respondieron ayer a las preguntas sobre la falta de pago de las indemnizaciones, pero señalaron que en los últimos meses se encuentran en conversaciones con diferentes grupo inversores para garantizar la viabilidad de la firma. Los anteriores propietarios de la firma mantienen un pleito con el fondo para tratar de anular la venta, aunque el juez rechazó adoptar medidas cautelares.

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