Una de cal y otra de arena para Aludium, la empresas propietaria de la fábrica de aluminio de Alicante. La compañía del fondo Atlas Holding vio caer el año pasado más de un 22% su facturación debido a la contracción de la demanda provocada por la pandemia, pero, al mismo tiempo, consiguió recortar cerca un 40% las pérdidas del ejercicio anterior gracias a la reducción del gasto de personal que supuso el ERTE que aplicó a la plantilla y, sobre todo, a los menores costes de aprovisionamiento por el aumento de la materia prima obtenida en sus fundiciones.
Así se recoge en las cuentas que la compañía ha depositado en el Registro Mercantil y que refleja las cifras de las plantas de Alicante y de Amorebieta, sin incluir la que el grupo también tiene en Castelsarrasin, en Francia. De esta forma, la cifra de negocio de la firma cayó de los 515,9 millones de 2019, a 400,8 millones, una disminución del 22,3% que, eso sí, podría haber sido mayor. Al respecto, la propia Aludium señala que la buena evolución de algunos de sus mercados permitieron atenuar este descenso y, en concreto, destaca el «incremento de récord en la demanda en el mercado de tapones para vinos y licores», que compensó las menores ventas del segmento de la distribución (el aluminio que se vende a almacenes que, a su vez, suministran a pequeñas empresas y negocios).
En cuanto a la producción, las cuentas del grupo reflejan un descenso del 17% en el material que salió de la planta de Amorebieta, hasta las 112.791 toneladas; y del 13% en el caso de Alicante, donde se produjeron 64.173 toneladas de aluminio laminado.
En cuanto a los resultados, la compañía cerró el ejercicio en números rojos por tercer año consecutivo, al registrar unas pérdidas de 11,8 millones de euros. Sin embargo, lo propios responsables del grupo califican esta cifra de un «gran éxito» en su informe de gestión, ya que supone un 38% menos que los 19,3 millones que perdieron el año anterior, a pesar de todas las complicaciones generadas por la pandemia.
En el apartado de gastos, los de personal caen 2,2 millones de euros, entre otras cosas por el ERTE que aplicó la compañía y que afectó a 531 de los 836 trabajadores que tiene la firma entre el País Vasco y Alicante. Pero, sobre todo, la compañía logró un importante ahorro en los gastos de aprovisionamiento gracias a su decisión de impulsar la fundición de chatarra para sustituir la materia prima que compra de otros proveedores. De esta forma, el 69% de las placas de aluminio que consumió la empresa ya fueron producidas por sus propias fundiciones, según recoge el documento.