Naturgy quiere crecer y ser un actor relevante de la transición energética. Después de su plan 2018-2022 que tenía como objetivo simplificar la compañía y su portfolio, la energética lanza su nuevo plan estratégico para los próximos cinco años con una inversión de 14.000 millones de euros hasta 2025 para crecer con el foco puesto en las energías renovables (8.400 millones) y las redes de distribución (4.100 millones), según ha anunciado el presidente de la compañía energética, Francisco Reynés, en una rueda de prensa. Durante el periodo, la compañía prevé repartir unos 5.900 millones de euros en dividendos entre sus accionistas, con una retribución anual de 1,2 euros por título.

El plan fue aprobado este martes por "unanimidad" del Consejo de Administración de la empresa, sin esperar a conocer la liquidación de la oferta del fondo de pensiones IFM. Naturgy ha defendido que el plan se retrasó (se iba a presentar en diciembre primero y en febrero después) por las complicaciones en el mercado (precios de la energía) y que finalmente se ha presentado ahora porque la "compañía necesita un plan" y no puede estar a expensas de decisiones externas.

"Una compañía que pretende invertir 14000 millones de euros en los próximos cinco años no puede acometer estas inversiones sin saber a dónde va y una compañía necesita un plan para toda su plantilla, para alinear las motivaciones y el compromiso, para ver el futuro, para captar, retener y ponenciar el talento y no podemos estar pendientes en resoluciones externas a nosotros. La oferta de IFM es lícita pero no solicitada por la compañía y no podemos obviar nuestras responsabilidades como gestores de una compañía", ha defendido Reynés, quien ha añadido que en caso de la entrada del fondo de pensiones australiana en el consejo no cambiaría el sentido de esta estrategia pues ha sido aprobada por los representantes del 65% de los accionistas.

En renovables, Naturgy prevé poner en operación 9,4 gigavatios más de energías renovables hasta el final del periodo para alcanzar una capacidad de potencia operativa de 14 gigavatios en cuatro geografías principales, Europa (mayoritariamente en España), Australia, Estados Unidos y Chile, con el objetivo, además, de revalancear al final del periodo la cartera con una mayor presencia de energía fotovoltaica para que represente casi la mitad de la producción operativa. No incluye en estas previsiones la compañía los fondos Next Generation con los que prevé dar un buen impulso a los gases de origen renovables como el biogás o el hidrógeno en los que está muy activa la compañía.

En redes de distribución de energía, en electricidad la apuesta pasa por la digitalización y la mejora del nivel de servicio y operaciones, mientras que en cuanto a las redes de gas todo lo que tiene que ver mejora de la distribución para "poner a disposición las redes existentes no solo para ser distribuidor de gas natural sino también distribuidor de los gases de futuro como biogás o hidrogeno", ha expresado Reynés. Además, la compañía prevé mantener la "calidad, garantía y seguridad" de sus instalaciones de redes en América.

Además, el objetivo de este quinquenio pasa por reducir el riesgo de portfolio en la gestión de la energía (mercados mayoristas, gestión de GNL y generación térmica) más que la inversión, mientras que en el ámbito de la comercialización, la compañía quiere implantar nuevos cambios tecnológicos para acercarse al cliente, como están haciendo el resto de compañías a través de herramientas de gestión de datos. Con todo, la compañía pretender asegurar un crecimiento del Ebitda o beneficio bruto de explotación estos cinco años superior al 5% anual, en comparación con la base del año 2020, y un beneficio neto ordinario que crezca un 12%. El cash flow que se va a generar en el periodo asciende a 16.700 millones de euros, según la compañía.