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Samar crece un 5% por la mayor demanda de envases y roza los 200 millones de facturación

Las ventas en el extranjero ya suponen el 75% de toda la cifra de negocio del conglomerado del plástico de Vicente Sala, que consolida su presencia en Europa y Centroamérica - La compañía gana 4,3 millones de euros

El propietario de Samar, el empresario Vicente Sala, en su despacho. | INFORMACIÓN

A pesar de la caída de precios que se produjo el año pasado en el sector y de la contracción de la demanda en algunos segmentos del mercado, Samar Internacional logró aumentar un 5% su facturación consolidada, con lo que vuelve a situarse muy cerca de los 200 millones de euros. En concreto, el conglomerado de venta de resinas y polímeros para la fabricación de productos de plástico propiedad de Vicente Sala consiguió una cifra de negocio de 198,7 millones de euros el pasado ejercicio, gracias al aumento de demanda de envases para alimentación o productos de droguería que provocó la pandemia.

Así se refleja en los balances que el grupo ha depositado en el Registro Mercantil, que también muestran el aumento de las ventas internacionales, gracias a la consolidación de las nuevas filiales que la compañía abrió hace dos años en Italia, Francia y Estados Unidos, en concreto en el estado de Texas, desde donde también sirve sus productos a Centroamérica y el Caribe.

De esta forma, del total de la cifra de ingresos, hasta un 75% ya procede de sus negocios en el exterior, que, además, compensaron el retroceso en el mercado nacional. De esta forma, las ventas en España se quedaron en 49,1 millones de euros frente a los 55,7 del ejercicio anterior, mientras que la facturación en la Unión Europea creció de 15,7 a 18 millones de euros, y la que consigue en terceros países -principalmente en Sudamérica y el Norte de África- pasó de 117,7 a 131,5 millones, según consta en estos balances.

A este respecto, desde la firma apuntan que esta diversificación geográfica fue otra de las claves de la buena evolución de la compañía durante el año pasado, ya que, como recuerdan, la expansión de la pandemia tuvo un ritmo diferente en cada área, lo que les permitió ir compensando unos mercados con otros.

Algo similar ocurrió con los distintos sectores a los que sirve sus polímeros y resinas. Así, por un lado, la compañía se vio afectada por la menor demanda de plástico por parte de los proveedores del sector de la automoción, uno de los que más cayeron con el covid. Sin embargo, este descenso se vio sobradamente compensado con las mayores compras que realizaron los productores de envases para alimentación o productos de droguería, como los champús o los productos de limpieza, que incrementaron sus ventas por el desplazamiento del consumo de bares y restaurantes a los hogares.

Desde el punto de vista de los resultados, la compañía fundada por el que fuera presidente de la CAM Vicente Sala ganó 4,3 millones de euros, lo que supone un descenso del 22%. Sin embargo, la firma destaca que esta caída se produce por la menor aportación de los ingresos extraordinarios durante el pasado ejercicio y que, por el contrario, el resultado ordinario fruto de la actividad comercial de la compañía mejoró.

De cara al presente ejercicio, la compañía asegura que las perspectivas son «muy positivas» y confía en continuar consolidando su posición en las distintas geografías en las que trabaja, donde, además, espera un avance de la recuperación económica.

Aval de la banca

La buena marcha del negocio le valió a la compañía que la banca volviera a darle su aval y le concediera una nueva dispensa en la exigibilidad del crédito sindicado que tiene, a pesar de no cumplir con todos los ratios acordados. En este sentido, la firma debe 19,6 millones por las líneas de circulante que tiene concedidas y mantiene avales para garantizar otros 19,7 millones por el préstamo con el que la firma patrimonial de Vicente Sala compró su participación en el conglomerado industrial a sus hermanas, tras el fallecimiento de su madre.

El acuerdo para repartirse la herencia supuso que las tres hermanas Sala se quedaron con la firma patrimonial de la familia, que incluía las propiedades inmobiliarias, incluida la mansión de Alicante, mientras que Vicente Sala se quedó con el negocio del plástico, del que ya era su máximo responsable.

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