El futuro de la movilidad, en plena era de la descarbonización y la lucha contra el cambio climático, pasa ineludiblemente por los vehículos eléctricos, pero ese futuro no podrá convertirse en realidad mientras no haya donde enchufarlos. Y eso es lo que han querido poner en evidencia los fabricantes de coches y concesionarios, que reclaman al Gobierno el despliegue progresivo hasta el año 2030 de 340.000 puntos de recarga de acceso público en el conjunto del país, de los que 11.000 tendrían que situarse en la provincia de Alicante, donde solo hay 500. El objetivo no es otro que impulsar la demanda de este tipo de vehículos y cumplir al mismo tiempo con los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima.
La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) y la patronal de los concesionarios (Faconauto) han presentado el mapa de despliegue de puntos de recarga de acceso público para vehículos eléctricos. Con esta iniciativa planteada al Gobierno, las asociaciones quieren otorgarle un empuje al mercado de los vehículos eléctricos de batería e híbridos enchufables, con la finalidad de alcanzar el parque de tres millones de turismos de este tipo en España que exige para 2030 el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima.
Para establecer el indicador sobre los puntos necesarios y su distribución a lo largo del territorio, se ha partido de la previsión de cuota de parque de vehículos electrificados en cada provincia hasta 2030, la cuota de población motorizable y la cuota de PIB, para posteriormente aplicar una distribución cualitativa en base a tres ratios: un punto de más de 50 kW por cada 100 vehículos eléctricos puros, y uno de más de 150 kW y otro de más de 250 kW por cada 1.000 vehículos del mismo tipo. Este análisis se complementa con un estudio de la necesidad de infraestructura de alta potencia, por encima de los 250 kW, en los principales corredores de la red de carreteras del Estado. También se han tenido en cuenta las intensidades medias diarias por tramo de vía y provincia, una distribución mínima de un punto por cada 150 kilómetros de vía y que el tiempo de espera para recargar no sea superior al de un vehículo que ya esté cargando.
Así, la propuesta para la provincia de Alicante pasa por que en 2030 haya 11.044 puntos de recarga públicos, frente a los apenas 500 de la actualidad. La metodología lleva a una red mínima de 2.153 puntos en 2023, otra de 3.476 en 2025, y la de 11.044 en el horizonte final del plan.
Se trata de una iniciativa, destacan desde ambas patronales, que tiene como objetivo contribuir a acelerar la electrificación en España, de manera que no se quede rezagada respecto a los países líderes en la Unión Europea. Con una cuota de mercado en el primer semestre de este año del 2% para los turismos eléctricos y un 4,2% para los híbridos enchufables, claramente insuficiente, Anfac y Faconauto apuestan por un impulso adicional de las infraestructuras públicas de recarga para fomentar la demanda que ve, en este aspecto, una de las principales inseguridades a la hora de adquirir un vehículo de esta tecnología.
Para José López-Tafall, director general de Anfac, «el sector tiene un fuerte compromiso con la descarbonización y ya está poniendo en el mercado una amplia oferta de vehículos electrificados. Pero nos enfrentamos a unos, cada vez más, exigentes objetivos en materia de reducción de emisiones y, por tanto, es necesario establecer herramientas a la altura que aceleren la transición».
En la misma línea, Marta Blázquez, vicepresidenta ejecutiva de Faconauto, señala que «eliminar las barreras de entrada de los ciudadanos al vehículo eléctrico ha de ser una prioridad para los sectores que estamos involucrados en su impulso y también para las Administraciones».
El presidente de la Asociación de Talleres de Automóviles de la Provincia de Alicante (Atayapa), Guillermo Moreno, señala por su parte que «la gente es reacia a los vehículos eléctricos porque, efectivamente, no hay suficientes puntos de recarga. Yo incluso sería más ambicioso y reduciría los plazos propuestos».
Jordi Vega, gerente del Grupo Sala-Seat en Alicante, también coincide con que «no hay suficientes puntos de recarga ni lo suficientemente rápidos, sobre todo si te planteas hacer un viaje largo. Es algo que está frenando la venta de este tipo de coches».
