A pesar del año tan complicado que se vivió en el aspecto sanitario, la concesionaria del segundo hospital de Elche consiguió capear la pandemia con unos resultados más que aceptables en el terreno económico. Tanto es así que su beneficio sólo se vio recortado por la ausencia de los ingresos extraordinarios que registró en 2019, cuando la compañía cobró casi 2,5 millones en intereses de demora por los retrasos de la Generalitat en pagarle.

De esta forma, de acuerdo con los balance depositados en el Registro Mercantil, Elche-Crevillente Salud SA -más conocida como Vinalopó Salud- consiguió cerrar el ejercicio con una facturación de 129,7 millones, un 2,8% más que el año anterior. Un aumento que, según explican desde la firma, se corresponde con la subida del pago per cápita -la cantidad que la Conselleria de Sanidad debe abonar por cada residente en el área de salud que cubre la compañía-, que se actualiza anualmente en función del IPC y del incremento del gasto público en sanidad, de acuerdo con los baremos establecidos en el pliego de concesión.

Este aumento de los pagos tasados permitió compensar las caídas que se registraron como consecuencia de la pandemia en otras partidas, como los ingresos que también recibe la compañía de las aseguradoras privadas por la atención a las personas que han sufrido accidentes, o por los servicios de libre elección, es decir, por los pacientes de otros departamentos que solicitan operarse o recibir alguna atención en el hospital del Vinalopó.

En la misma línea, desde la concesionaria recuerdan que las primeras olas del covid -que son las que se corresponden con el ejercicio de 2020- tuvieron incidencia relativamente en su área de cobertura, lo que atenuó el impacto de la pandemia en sus servicios. A pesar de ello, la firma no pudo impedir el aumento de costes que supuso la compra del material de protección y la puesta en marcha de las medidas de seguridad necesarias para hacer frente al covid, que también se han traducido en un incremento de la plantilla. En concreto, la compañía acabó el año con 1.475 trabajadores frente a los 1.401 del ejercicio anterior, por los refuerzos que se incorporaron, que elevaron en más de 2,5 millones el gasto de personal, hasta los 62 millones.

En cualquier caso, la firma también logró recortar otros gastos gracias a la negociación con sus proveedores y la puesta en marcha de medidas de ahorro, lo que unido al aumento global de la facturación se tradujo en un incremento del 1,9% en el ebitda.

Sin embargo, el resultado final se redujo en casi un 18%, por la ausencia de los ingresos extraordinarios que la empresa contabilizó en 2019, cuando la Generalitat le abonó 2,5 millones en concepto de intereses de demora, tras una sentencia del TSJ. Aún así, Vinalopó Salud ganó 3,4 millones de euros, en lo que supone su cuarto ejercicio consecutivo con ganancias.

Por otro lado, la compañía mantiene vivo su conflicto con la Generalitat para exigirle una compensación por los menores ingresos y los mayores gastos que, según defiende, le han ocasionado algunos cambios introducidos por la Generalitat en la concesión. Tanto el TSJ de la Comunidad como el Tribunal Supremo han rechazado las pretensiones de la compañía, que ahora ha presentado un incidente de nulidad ante este último tribunal, como último recurso. La del Vinalopó es la única concesión sanitaria de la provincia donde la Generalitat aún no ha iniciado los trámites para su reversión.