El comercio es una de las actividades económicas más importantes de la provincia. Este sector, que incluye tanto la venta al por mayor como al por menor, así como la venta y reparación de vehículos, participaba directa o indirectamente en la generación de un tercio del empleo de la provincia en el año 2019. El impacto de la crisis, sin embargo, ha hundido la situación de las tiendas locales y ha llevado a la desaparición de cerca de 7.000 empresas en todo el territorio, según datos de Facpyme.

Y es que el comercio de proximidad no está pudiendo beneficiarse de la mejoría de datos generalizada en los últimos meses y del aumento del turismo, algo que sí están pudiendo aprovechar la hostelería y los alojamientos turísticos. El motivo, sobre todo en verano, es la baja presencia del turismo internacional, cuyos viajeros suelen ser los protagonistas de las compras en el comercio tradicional.

Según los datos que maneja Facpyme y a pesar de haber aumentado las ventas entre un 15 % y un 20% en verano, «los datos están muy lejos de los registros de 2019», a lo que hay que sumar una campaña de rebajas que tampoco está cumpliendo las expectativas generadas por el sector.

De ahí la necesidad urgente de fomentar la compra más cercana y de poner en marcha iniciativas fiscales para garantizar el mantenimiento de los miles de profesionales que dependen de esta actividad.

Una de las últimas medidas de apoyo al sector la ha tomado la Diputación de Alicante al rebajar el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) al 10% en 2021, al 5% en 2022 y situarlo en el 0% en 2023.

En esta línea de impuestos, Facpyme también ha pedido a la Generalitat que apruebe rebajas en los impuestos que gestiona y que afectan a la actividad económica para dar un respiro a miles de pequeñas y medianas empresas, autónomos y establecimientos comerciales.

Además, y dentro de la urgencia en la que está el comercio, también reclaman a la Generalitat que desatasque la gestión de las ayudas prometidas y agilice el proceso burocrático para que no se pierdan millones de euros vitales para la viabilidad del sector.

Los comercios de venta de textil, calzado o el equipamiento personal han tenido una bajada de ingresos por encima del 50 por ciento, cifra que aumenta hasta el 80 por ciento en los establecimientos que trabajan con productos para eventos y ceremonias.