Con el fin de la pandemia ya muy próximo, el Rey Felipe VI ha advertido de la conveniencia de que la recuperación sea lo más homogénea posible, consciente de que la crisis no ha tenido el mismo impacto en todos. “Sabemos que la pandemia nos ha golpeado de manera desigual y en el momento de la recuperación seamos sensibles y atentos con quienes peor lo han pasado”, ha declarado en el acto de inauguración de la tercera edición del Foro La Toja.

Este espacio de discusión reunirá durante tres días a destacadas personalidades de la política y la economía para abordar los retos que el 2021, el “año de la vacuna”, plantea para el futuro, así como las oportunidades que se generan tras la concesión de los fondos europeos y la superación del COVID, el papel global de la nueva administración Biden y las consecuencias de la crisis en Afganistán con sus derivadas geopolíticas, la financiación autonómica, la digitalización, el reto medioambiental o los desafíos económicos que se plantean a los bancos centrales, entre otras.

Junto al monarca, en la apertura del foro ha participado también la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, el titular de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente del grupo Hotusa, Amancio López Seijas. Entre los asistentes figuran, entre otros, Felipe González, Mariano Rajoy, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sáchez Galán, o el presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet.

El Rey apenas ha tocado en sus palabras aspectos de política nacional. Se ha centrado más en los desafíos de la esfera internacional, donde el “aislacionismo” y el “unilateralismo” intentan hacer embarrancar al “multilateralismo” y al diálogo. “La comunidad internacional está siendo testigo de numerosos cambios en el orden geopolítico mundial, caracterizado desde comienzos de siglo por la aparición de nuevos actores, nuevos equilibrios de poder y nuevos escenarios que generan cada vez una mayor incertidumbre y complejidad en la gobernanza en todos los niveles, que inevitablemente están ya interconectados para siempre. Por eso, el aislacionismo o unilateralismo no son buena opción”, ha indicado.

Felipe VI ha defendido las democracias como la fórmula de avance de las sociedades, en derechos humanos, seguridad, convivencia pacífica y oportunidades, y ha alertado de estar atentos antes “cualquier amenaza que pueda poner riesgo lo que tanto costó alcanzar”.

En su intervención, Feijóo ha alertado que las democracias deben ser defendidas siempre, porque los autoritarismos y populismos no descansan. “La democracia no se defiende por sí misma, ha de ser protegida sin desmayo por su esencia. Y su esencia está en la fuerza de las ideas, no en la idea de fuerza”, ha expuesto.

“Por muy ingrato que resulte, la victoria de la democracia nunca es definitiva. Tampoco es definitiva la derrota de las corrientes autoritarias. Y los cantos de sirena del populismo no cejan en su intento de hacer naufragar la nave democrática”, ha advertido.

A su juicio, las democracias liberales están siendo sometidas actualmente a un “doble acoso”. Por un lado, están los que la tachan de ineficientes y complejas en exceso, ha indicado, mientras que por el otro hay quienes las acusan de haber partido su espíritu idealista.

En parecidos términos se ha expresado el presidente de Hotusa, al enfatizar que las democracias liberales tienen que hacer frente a retos como los totalitarismos, el cambio climático, la crisis energética o los populismos.