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Enric Nomdedéu i Biosca Secretario Autonómico de Empleo y director general de Labora

«La jornada de 32 horas mejora la competividad»

Enric Nomdedéu i Biosca

¿En qué se basa la propuesta del Consell para implantar la jornada de 4 días?

La propuesta tiene su razón de ser en las recomendaciones de la ONU para conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para el año 2030. Tenemos que avanzar urgentemente en diferentes frentes, por un lado en la lucha contra el cambio climático y por otro en la mejora de la sostenibilidad de la economía y la calidad de vida de las personas. En España y en la Comunidad Valenciana trabajamos de media muchas más horas que nuestros colegas europeos de referencia y a pesar de esto somos mucho menos productivos. Además, cada vez que hay una crisis vemos como somos más vulnerables que otras economías. Es evidente que aquí hay algo que no acaba de encajar y una buena manera de empezar a cambiar esto es replantearse la forma como trabajamos. Muchas empresas están apostando desde hace años por modelos más eficientes que permiten trabajar durante menos tiempo y hacerlo de una mejor forma y con mejores resultados en términos económicos, sociales y medioambientales. Así pues, lo que pretendemos hacer desde el Consell es apoyar a las empresas que voluntariamente emprendan estas iniciativas.

¿Cómo afectará a la productividad de las empresas esta medida?

Toda la evidencia empírica de que disponemos indica que dedicar más horas al trabajo no implica necesariamente obtener una mayor producción. De hecho, los países más productivos de Europa, como Alemania o los países nórdicos, trabajan muchas menos horas de media que España y aún así nos ganan por goleada en todos los índices de productividad. La clave aquí es el modelo productivo, como competimos en el mercado y como organizamos el trabajo en las empresas. Siempre hablamos de la innovación como si fuera únicamente una cuestión de inventar nuevos cacharros, pero cambiar la forma como trabajamos también es innovar. Cuidando a nuestros trabajadores y haciéndolos participes de las empresas podemos mejorar, y mucho, la productividad.

¿Cuáles son los objetivos que busca con su implantación?

El objetivo principal es impulsar el cambio de modelo productivo, este es un discurso que se viene repitiendo desde hace mucho tiempo. Pasemos a la acción. Se trata de ser capaces de generar mayor valor añadido en las empresas y hacerlo de una manera que sea compatible con la vida y con la sostenibilidad ambiental. Reducir el tiempo de trabajo nos permite alimentar un circulo virtuoso que puede ayudar a mejorar la productividad en las empresas, ganar calidad de vida y luchar contra el cambio climático.

¿Cómo han respondido las organizaciones empresariales? ¿Cree que están dispuestas a asumir el coste?

La respuesta ha sido en general muy positiva. De hecho, nuestra iniciativa no pretende otra cosa que apoyar aquello que voluntariamente ya están haciendo muchas empresas. No estamos inventando nada. Es verdad que hay grandes diferencias según el sector y la dimensión de cada empresa. No es lo mismo implementar esta medida en una gran empresa tecnológica que en un pequeño negocio de hostelería. Los problemas y las necesidades son distintas, pero modestamente aquí es donde pensamos que podemos ayudar desde lo público. Estamos convencidos, como ya lo están muchas empresas, que reducir el tiempo de trabajo no es un coste, sino una inversión.

¿Está el empresariado valenciano preparado para este cambio?

Cambiar siempre cuesta, es más cómodo seguir haciendo lo mismo. Pero no es necesariamente lo mejor. Tenemos ciertamente una buena parte del tejido empresarial valenciano que es muy dinámico y innovador, pero no nos engañemos, hay también muchos otros segmentos del mercado con estrategias competitivas claramente obsoletas y con graves problemas de formación entre las personas empresarias. La propiedad es hereditaria, el talento empresarial no necesariamente. Tenemos que acompañar a las empresas en este proceso, ayudarles económicamente y sobre todo proveerles recursos que les permitan desarrollarse e implementar nuevas metodologías de trabajo que sean mejores para sus cuentas de resultados, pero también para las personas y para el planeta.

¿Hay empresas que ya la implantan?

 Si, tanto en la Comunidad Valenciana, como en otros lugares del mundo. Grandes empresas de referencia, como Telefónica o Desigual en España, o Unilever en Nueva Zelanda, han anunciado o están llevando a cabo pruebas piloto y otras muchas más pequeñas, como Sofware del Sol en Jaén o Zataca Systems en Elche, ya llevan implementando la jornada de cuatro días o 32 horas semanales desde hace tiempo.

¿Qué beneficios puede aportar tanto para el personal como para las empresas?

Las personas trabajadoras ganan bienestar y calidad de vida, puesto que pueden conciliar mejor su vida familiar y personal, con su vida profesional. Y no sólo eso, tener tiempo disponible es un requisito indispensable para poder tener una vida más plena y también más sostenible. Si tenemos tiempo para prepararnos la comida o pasear tranquilamente con nuestra pareja, no necesitamos comprar comida preparada o viajar en avión a todos lados. Además, si reducimos el tiempo de trabajo podemos ayudar a mitigar la epidemia de enfermedades mentales que estamos sufriendo y que también tienen un coste económico importante en forma de bajas laborales. Las empresas, como decía antes, ganarán en productividad y podrán competir mejor en una economía que cada vez más se basa en el conocimiento y la innovación.

¿No es necesario antes un cambio de cultura y de hábitos?

Para avanzar en el cambio hay que empezar a caminar. Esto es lo importante. Es evidente que tenemos que dejar atrás el presencialismo y apostar por una racionalización general de los horarios, también de las horas que comemos, los programas de la televisión etc. Hace falta un cambio grande de hábitos, entender que el tiempo es una variable importantísima para poder desarrollar satisfactoriamente nuestras vidas. Cabe recordar que les Corts han presentado ya las conclusiones de la Comissió especial d’estudi sobre els usos de temps per a impulsar polítiques concretes de racionalització dels horaris. A esa Comissió hicimos nuestras aportaciones, y una de las conclusiones ha sido el apoyo a la medida de reducción de jornada laboral. Medida que viene de ser ratificada en les Corts en el reciente debate de política general.

¿Cómo lo va a fomentar desde Labora y desde la Secretaria Autonómica de Empleo?

Vamos a poner en marcha para 2022 un programa integral de apoyo a la transición a la jornada laboral de cuatro días o 32 horas semanales. Este va a consistir principalmente en ayudas decrecientes durante un periodo de tres años para las empresas que reduzcan el tiempo de trabajo y mejoren su productividad. Además, también vamos a proveer a las empresas de recursos formativos y de ayudas a la contratación.

¿Los salarios del personal no se verán afectadas?

Un requisito indispensable para el acceso a las ayudas va a ser el mantenimiento del salario y de la plantilla. Apostamos por esta medida con la convicción de que la mejora de la productividad compensará en el medio y largo plazo el eventual incremento de los costes salariales. Se trata de una inversión, que revertirá en trabajadores más sanos y felices y en empresas más competitivas social y ambientalmente.

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