El que fuera buque insignia del calzado deportivo de la provincia, Kelme, vuelve a tener problemas. O, al menos, lo que queda en España de la compañía que en su día fundaron los hermanos Diego y José Quiles. La actual responsable de la distribución de los productos de la firma en el mercado nacional, la mercantil New Millennium Sports, ha solicitado al juzgado mercantil número 3 de Alicante, con sede en Elche, la declaración del concurso voluntario de acreedores, después que una sentencia de la Audiencia Provincial le haya condenado a abonar 3,2 millones de euros a su antiguo licenciatario en Panamá.

Una sentencia que se suma a la fuerte caída de facturación que la firma registró el año pasado, cuando sus ventas se desplomaron de 12 a 6 millones de euros como consecuencia de la pandemia, según reconocía ayer la propia compañía, y también a la importante deuda que acumulaba la mercantil desde su creación en 2008, como parte del rescate de la marca que idearon la Generalitat y el fondo Tirant, controlado por la gestora catalana Riva & García.

Así, el pasivo de la compañía ascendería a unos 10 millones de euros, a los que habría que sumar los 3,2 millones de la sentencia -que la compañía considera contingentes porque ha recurrido el fallo ante el Supremo-, por lo que la deuda total se situaría en unos 13 millones de euros. 

Entre los acreedores se encuentra el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), al que New Millennium Sports debe un préstamo de 5,5 millones más intereses, según confirmaron desde el banco público de la Generalitat. La lista también incluye a la Seguridad Social o un fondo de inversión que adquirió la deuda de 1,4 millones que la mercantil tenía con la Sociedad de Garantía Recíproca, entre otros. 

En este sentido, cabe destacar que la sociedad que solicita el concurso ya sólo se encargaba de la distribución de los productos de la compañía en España, después de que hace un par de años la marca, las licencias y la distribución internacional pasaran a manos de otra mercantil, Kelme Sports, propiedad mayoritaria del grupo chino Yuanxiang. Esta última también es la responsable de los patrocinios que la marca de la garra mantiene con clubs deportivos como el Español o el Baskonia-Alavés. 

La firma aseguró ayer que ha solicitado el concurso de forma «preventiva» y que su intención es alcanzar lo antes posible un acuerdo con sus acreedores que garantice la viabilidad de la firma, que cuenta actualmente con 35 empleados. La dificultad estriba en que la compañía tan solo cuenta en su activo con el stock de productos y su cartera de clientes en España, puesto que las propiedades que tenía ya fueron traspasadas en su día para saldar otras deudas y las instalaciones que ocupa en el Parque Empresarial de Elche son de alquiler. 

Tras haber alcanzado la cima de la industria del calzado deportivo en España en los ochenta y los noventa -cuando contaba con su propio equipo ciclista y llegó a vestir al Real Madrid-, los problemas de Kelme empezaron a saltar a la luz a principios de los años 2000, debido a la enorme deuda que arrastraba. 

La Generalitat, entonces controlada por el PP, acudió por primera vez en su rescate en 2002, con un crédito de nueve millones por el que exigió la profesionalización de la firma y la incorporación de un director general externo. No fue suficiente y en 2008 se produjo un segundo rescate, mucho más complejo y que ya ha costado a las arcas públicas alrededor de 39 millones. 

Para salvar la marca, el Ejecutivo autonómico creó dos sociedades. Una de ellas, Desarrollos Urbanísticos Aguamarga, en la que participaron el IVF, la CAM y Bancaja, compró a la mercantil unos terrenos en el entorno del saladar de Agua Amarga, en Alicante, lo que permitió cancelar el grueso de la deuda que tenía la compañía. El suelo estaba protegido y nunca se recalificó ni tampoco se produjo la compensación por otros terrenos en el municipio que en su día los responsables políticos prometieron. El resultado es que los herederos de estas cajas, Bankia y el Sabadell, exigieron que se ejecutara la opción de venta que contemplaba el acuerdo, por lo que el IVF acabó quedándose el 100% de la compañía, tras desembolsar los citados 39 millones

Por otra parte, todo el negocio industrial y de comercialización de calzado y prendas deportivas se traspasó a New Millennium Sports, a través del fondo Tirant, que constituyeron la gestora Riva & García y el IVF, con una participación minoritaria. Esta nueva sociedad asumió una deuda de unos 20 millones, que posteriormente logró reducir en 2014 mediante una dación en pago de las instalaciones que tenía. Sin embargo, el crédito de 5,5 millones con el IVF quedó pendiente de pago. 

La venta de la marca al grupo chino pareció dar algo de oxígeno a la firma, pero la situación se complicó con el covid y la puntilla ha sido la sentencia de la Audiencia Provincial. El caso se refiere a la demanda que presentó el distribuidor de Kelme en Panamá por la infracción del contrato de licencia de la marca en 2007. El demandante llegó a pedir 12 millones de euros, que el fallo ha reducido a 3,2 millones. Aún así, una cantidad inasumible para la firma, que ya ha presentado recurso ante el Tribunal Supremo.