Para ello, Flores inició su relato con su experiencia previa en una multinacional, donde le pidieron que lanzara un modelo de venta online. «Les presenté no solo un modelo de venta online sino todo un concepto de negocio diferente. Presenté una idea que era que básicamente podíamos fabricar con materiales reciclados; podíamos fabricar en Europa, donde se respetaban los derechos humanos y los derechos de los trabajadores; al fabricar en Europa estábamos más cerca del punto de venta con lo que la huella de carbono era aún menor; y todo esto se hacía a través de sistemas informáticos interconectados y que funcionaba respondiendo a la demanda que el mercado nos pedía», explicó. «Cuando terminé aquella presentación, el CEO me miró y me dijo ‘Juan, lanza una tienda online’… y me dijo algo que me marcó, me dijo ‘sigue soñando, esto no va a suceder’», prosiguió. 

«Les hice caso en eso: seguí soñando. Y seguí soñando hasta que de tanto hacer y deshacer la maleta me inventé HangFold, la única percha que se convierte en plantilla y te permite doblar las camisas alrededor de la percha sin sacarla, meterla en la maleta y cuando llegas al destino, tiras el gancho y la cuelgas en el armario. Y me di cuenta de que con esto se puede implementar mi modelo de negocio, ese que me rechazaron, que puedo hacerlo fabricando en Europa, puedo hacerlo con materiales reciclados, puedo realmente traer todo esto a un mundo en el que cubramos la necesidad y la petición del cliente de comprar online y de tener un sistema interconectado», explicó.

Para continuar el proyecto, lo validó a través del crowdfunding, el micromecenazgo. «Nos fuimos a un modelo de preventa, es decir, lo que hicimos fue lanzar un producto y venderlo con una oferta de hasta un 45 % de descuento. Tuvimos 8.300 participantes con una inversión en una campaña de publicidad de solo 5.000 euros. Tuvimos visitantes de 145 países. Nos validaron la estrategia. Esto no solo se podía vender, sino que se podía vender a nivel global, y compraron desde 20 países diferentes, lo que nos volvió a validar el producto, pero más importante, nos dijo dónde teníamos que presentar las patentes, dónde nos teníamos que proteger. Tuvimos un 2,73 % de conversión, lo que es una burrada, cuando normalmente tienes entre 1 y 1,5», reveló. 

«Así que soñamos en el modelo de negocio, soñamos en el producto y soñamos en la validación, y el sueño se hizo aún mayor porque lanzamos una nota de prensa y medios tan importantes como MarketWatch se hicieron eco de ella, pero las redes sociales también se hicieron eco de lo que estábamos haciendo y nos hicieron trending topic con hashtags como #innovation, #sustainability y #crowdfunding, y empezamos a recibir llamadas de gente que quería ser distribuidor del producto desde Sudáfrica, Japón, Emiratos Árabes, Alemania… Y unas semanas después, nos sacan durante un minuto de televisión nacional», continuó. 

«Todo esto comenzamos soñándolo y es como lo debemos hacer, porque cuando hablamos de transformación digital realmente hablamos de una transformación de negocio, y cuando hablamos de ello es porque queremos mejorar los procesos y porque queremos hacer las cosas mas ágiles, y para mejorar los procesos queremos innovar, y esa innovación es la que comienza con los sueños, así que empezamos soñando. Nosotros soñamos y luego actuamos, y es como tenemos que hacerlo. Soñar no es malo, lo que es malo es no intentar cumplir los sueños», concluyó.