Los economistas rebajan al 5% el crecimiento para este año. Tras dar a conocer el Instituto Nacional de Estadística (INE) un incremento trimestral del producto interior bruto (PIB) del 2%, inferior al previsto (3%), y la tasa internual en el 2,7%, el Observatorio Financiero del Consejo General de Economistas ha revisado a la baja las previsiones para este año, pero mantiene el alza del 6% para 2022.

La caída del consumo en el tercer trimestre, -0,3%, y fundamentalmente el consumo de los hogares (-0,5% frente al 6,6% del trimestre anterior), no estaba prevista porque se esperaba un incremento de ingresos del turismo en verano. Y ese elemento ha hecho que se revisen las estimaciones. Además es "preocupante" la tendencia alcista de la inflación, que se disparó en octubre hasta una tasa interanual del 5,5%, afirman. Por su parte, la tasa de variación anual de la inflación subyacente ha aumentado cuatro décimas hasta el 1,4%, lo que indica que el aumento de los precios de la energía se está trasladando a otros productos de consumo.

La previsiones de los economistas es que los precios de la energía y las materias primas cederán en el primer semestre 2022, por cierta ralentización en el crecimiento que se puede producir por las circunstancias adversas que se dan en la actualidad y sobre todo por la normalización de la demanda, que se vio exacerbada tras los éxitos de la vacuna. Sin embargo, "persistirá la problemática del aprovisionamiento de suministros y el bloqueo de los contenedores, que pueden alargar su solución hasta principios del 2023".

Normalización de la actividad

Como consecuencia de estas incertidumbres, el PIB crecerá el 5%. En cambio, para 2022 mantienen la estimación de crecimiento hasta el 6%, "por la normalización de la actividad, la estabilización de los precios y, sobre todo, por el efecto de la aplicación de las ayudas europeas; aunque, por otra parte, hay una cierta preocupación por la efectividad para hacer realidad un porcentaje aceptable de las mismas".

A su vez, los economistas prevén que la deuda pública, situada en el 122,25% del PIB, se vaya moderando para situarse a final de año entorno al 121%, en tanto que el déficit público se prevé que se sitúe en 2021 en una horquilla de entre el 8% y el 9%.

Por su parte, la encuesta de población activa (EPA) correspondiente al tercer trimestre ha situado el número de ocupados en 20.031.000 (359.300 personas más que el trimestre anterior y 854.100 personas más –un 4,45%– que en el tercer trimestre de 2020). El número de desempleados ha bajado este trimestre en 127.100 personas y se sitúa en 3.416.700. Por el contrario, el número de activos ha aumentado en 232.200 personas, hasta 23.447.700, situando la tasa de paro en el 14,57%, 69 centésimas menos que en el trimestre anterior, y 1,69 puntos menos que hace un año.

Esta evolución positiva del empleo ha provocado que revisen a la baja la previsión de la tasa de paro, rebajándola un punto, hasta el 14,5% para final de este año. No obstante, dependiendo de la evolución de las incertidumbres sobre el crecimiento de nuestra economía en el último trimestre, en el que, como se ha indicado, se vislumbra cierta desaceleración, podría variar nuestra previsión. Para 2022, considerando que la economía crezca el 6%, los economistas estiman que la tasa de paro se situará en el 14% frente al 14,9% de la anterior previsión.