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Ganadería

La 'guerra de la leche' se centra ahora en la industria y los grandes mayoristas

Los productores denuncian que el alza de precios en las tiendas no ha elevado los ingresos de los ganaderos | El sector reclama la aprobación urgente de la ley de la cadena alimentaria

Más de 1.000 personas y 22 tractores participan en una tractorada en Lugo para exigir mejor precio de la leche.

La guerra de la leche se reactiva en España, pero cambia de objetivo. Si durante el verano se orquestó una campaña ganadera por parte de Unió de Pagesos contra Mercadona para elevar el precio mínimo de venta en el supermercado, en esta ocasión todas las organizaciones agrarias españolas han anunciado movilizaciones contra la industria y los grandes intermediarios. La cuestión es que el alza de precios en las tiendas no se ha traducido en mayores ingresos para los ganaderos. Las subidas de costes ahogan a unos profesionales del campo incapaces de lograr mejores precios de venta a los mayoristas, que siguen pagando entre 0,28 euros y 0,36 euros el litro cuando el precio mínimo de coste ha pasado de 0,38 euros a al menos 0,40 euros el litro. Protestas de leche derramada se esperan este mes de noviembre. 

Para Rosa Pruna, presidenta de Asaja de Barcelona, buena parte de la culpa de esta situación la tiene el actual Gobierno, que no ha logrado aprobar la ley de la cadena alimentaria. Esta ley deberá ser la encargada de imponer multas a la industria que no pague al ganadero por encima de los costes. Actualmente, está pendiente de la aprobación del Senado. Mientras tanto, grandes industrias y mayoristas del sector mantienen el control del mercado con precios de compra de la leche bajos. Cada ganadero negocia por su cuenta. Firmas como Lactalis, Capsa, Danone y Pascual aplican precios inaceptables, según fuentes consultadas y la tensión aumenta. 

Un producto, precios diversos

El precio de la leche varía mucho entre el aplicado por la distribución y los fabricantes, con diferencias del 100% pese a que el producto sale en muchas ocasiones del mismo grifo. Y son precisamente las marcas las más reacias a elevar los precios al ganadero, según las organizaciones agrarias. 

Sobre la protesta orquestada contra Mercadona el pasado verano, en el sector confiesan que existieron razones personales y luchas internas en el mundo cooperativista que buscaron en la cadena valenciana el instrumento propicio. El origen del conflicto se remonta a la salida de la cooperativa lechera de Campllong de Llet Nostra, un proyecto en el que formaba parte desde los inicios como socio fundador, para pasar a producir exclusivamente para Hacendado, la marca blanca de Mercadona. Finalmente se ha demostrado que la subida de precios en el lineal de los supermercados hasta los 0,60 euros por litro que impulsó Mercadona no ha servido para beneficiar a los ganaderos, que venden a la industria no a la distribución. 

"Si los ganaderos no firman los contratos no pueden vender la leche. Por eso están atados de pies y manos por la industria y las embotelladoras. Y el Ministerio de Agricultura no hace nada", explica Pruna. Critica que firmas como Danone pagan más a los ganaderos franceses (en torno a 0,45 euros el litro) mientras son cicateros con los productores catalanes. 

Movilización permanente

Para Lorenzo Ramos, secretario general de Unión de Pequeños Agricultores (UPA), la situación es crítica, lo que va a llevar a "una movilización permanente dirigida contra la industria, que no es solidaria con los ganaderos". El frente común del campo en el sector de la leche amenaza con extenderse a todo el sector primario, asfixiado por el alza de los costes. También a los agricultores. Según datos de UPA, para una instalación de ordeño de un centenar de vacas, el incremento de los costes en el último año ha sido de unos 42.000 euros, el 23% más, lo que supone 4,2 céntimos más por litro de leche vendida. 

El Ministerio de Agricultura ha tenido un papel tibio por el momento en un conflicto que le desagrada especialmente, por enfrentar a industria y ganaderos. La posición institucional habitual es defender que los ganaderos se diversifiquen hacia productos de mayor valor añadido como el queso o los yogures, por ejemplo. Pero esa transformación del ganadero en pequeño industrial o la transición a la venta directa no siempre es posible y nunca es fácil. "Podemos criticar a las grandes superficies y denunciarlas si venden a precios más bajos de los costes de compra, pero eso no sucede. El problema lo generan las empresas mayoristas y la industria", concluye Pruna.

Las grandes superficies y las cadenas de supermercados comparten con los ganaderos la necesidad de modificar la ley de la cadena alimentaria para establecer un marco legal adecuado para que el sector lechero no se vea inmerso en una crisis que soporta desde la entrada en la Unión Europea, cuando se fijaron cuotas de producción sin tener en cuenta el número de cabezas de ganado que existía en realidad en España. 

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