¿Para qué sirven nuestras tarjetas de débito y crédito? ¿Qué tipos hay y cuál es más recomendable para cada persona? ¿Cuáles son las innovaciones que han ido incorporando las tarjetas en los últimos años? ¿Existen «trucos» para comprar por internet de manera mucho más segura? ¿Qué coberturas tienen nuestras tarjetas? ¿Es recomendable que mi hijo, menor de edad, tenga una?

Para resolver todas estas dudas esta semana tuvo lugar el cuarto y último encuentro del ciclo «Finanzas fáciles para la economía doméstica». El foro, organizado por INFORMACIÓN y Banco Sabadell, volvió a contar con el experto Ramón Satorra, director comercial de Red Territorial Este de Banco Sabadell, para explicar de forma cercana, clara y amena todo lo que el usuario debe saber sobre las tarjetas bancarias, su uso y cómo sacarles el máximo partido.

El objetivo de este ciclo es dotar de los conocimientos necesarios a los usuarios para que aprendan a gestionar sus finanzas personales. Por ello, el periódico, junto a la entidad bancaria, ha realizado a lo largo de estos meses cuatro foros digitales sobre diferentes contenidos relacionados con la economía del día a día. Así, el primero fue «Necesidades financieras para la compra de una vivienda-hipotecas». El segundo, «Opciones financieras para la compra de un vehículo y transporte personal». El tercero llevó el título de «¿Cómo invertir más ahorros?» y el último, del que hoy vamos a hablar, es: «Medios de pago y seguridad. Compras en comercios con tarjetas y en internet». Todos ellos moderados por Toni Cabot, director del Club INFORMACIÓN.

Toni Cabot, director del Club Información y Ramón Satorra, director comercial de Red Territorial Este de Banco Sabadell en el cuarto foro de «Finanzas fáciles».

Ramon Satorra comenzó su exposición por lo más básico: explicar qué es una tarjeta y cuáles son sus principales funciones. «Una tarjeta es un instrumento de pago personal e intransferible que sirve, básicamente, para hacer dos cosas: compras (ya sean presenciales u online), y retirar dinero en efectivo de los cajeros automáticos».

¿Y cuáles son sus ventajas? El experto explicó que hacer compras con tarjeta nos aporta flexibilidad «porque no tenemos que estar pendientes cuando salimos de casa de llevar dinero en efectivo». Además, son un sistema de pago aceptado prácticamente en todas las tiendas, tanto en el territorio nacional como en el extranjero, y se trata de «un medio de pago muy seguro» en la propia transacción y en las coberturas ante posibles fraudes. «Asimismo, dado que cada vez que hago una operación queda registrada en mi cuenta o en el extracto de mi tarjeta, puedo llevar un control estricto de todo lo que gasto», afirmaba Satorra.

Por último, otra ventaja de las tarjetas, de la que nos hemos dado cuenta durante esta crisis sanitaria, es que su uso es mucho más higiénico que el del dinero en efectivo: «Las tarjetas nos han permitido no tener que estar manipulando billetes que han ido pasando de mano en mano, algo de vital importancia en plena pandemia».

Tipos de tarjeta y sus diferencias

Durante el foro digital se abordaron los diferentes tipos de tarjetas que existen en función de quién es el titular (particulares o empresas), sus gamas (clásicas, Oro, Platinum, Black...) , o según el emisor de la tarjeta (bancarias y no bancarias). Pero la clasificación más interesante para el experto se basa en la forma de pago o de liquidación. Si atendemos a este criterio podemos diferenciar tres tipos de tarjeta : las prepago, las de débito y las de crédito.

Una tarjeta prepago es aquella que sirve para hacer compras y sacar dinero del cajero, como las demás, pero el límite que podré gastarme es el dinero que previamente yo he puesto en la tarjeta. «Si he abonado 100 euros en la tarjeta podré hacer pagos hasta 100 euros, pero en el momento en que los gaste la tarjeta dejará de funcionar hasta que la vuelva a cargar. Además, no tiene por qué estar vinculada a ninguna cuenta bancaria», señalaba Satorra.

«La de débito es una tarjeta con un plus de flexibilidad, ya que está vinculada a una cuenta bancaria y puedo gastar por el importe del saldo que disponga. El cargo es instantáneo a la cuenta», continuaba.

Y por último están las de crédito. Las tarjetas de crédito no pagan al contado, es decir, podemos usarlas pero el cargo no es directo en la cuenta que tengamos asociada. El cargo se acumula y a fin de mes tendremos que pagarlo. «Estas tarjetas incorporan un componente que hay que conocer y es la posibilidad de gastarse lo que uno no tiene, y por tanto requieren de un uso responsable», advertía el experto de Banco Sabadell.

«Digamos que de alguna manera el banco ha financiado al usuario, porque le ha permitido comprar y retirar efectivo en cajeros sin tener que tocar el dinero de su cuenta, y esa financiación hasta fin de mes es gratuita». No obstante, el cliente puede, cuando llegue fin de mes, aplazar el pago en unas cuotas que le sean más cómodas, o incluso solo fraccionar alguna compra en concreto, eso sí, ya pagando ciertos intereses o comisiones. «Por tanto con una tarjeta de crédito la flexibilidad aumenta muchísimo», añadía Ramón Satorra.

Satorra explicó de forma cercana lo que el usuario debe saber sobre las tarjetas.

¿Todo el mundo puede tener una?

Durante el foro, los espectadores descubrieron que una tarjeta, al contrario de lo que se pueda pensar, puede utilizarla cualquier persona. «La cuestión es qué tipo de tarjeta es mejor para cada persona», comentaba el experto. «Debe usar una tarjeta prepago quien necesita un control estricto de su gasto. Por ejemplo, un menor de 16-17 años que quiere salir con sus amigos puede tener una tarjeta prepago donde sus padres depositen lo que consideren que tendría que gastar su hijo».

Por el contrario, si el titular de la tarjeta no requiere ese control tan estricto, sino que puede hacer un uso más flexible de la misma, podría ser adecuada una tarjeta de débito. «Es la mejor opción para personas que también quieren llevar un control de lo que gastan al verlo todo inmediatamente reflejado en la cuenta», indicaba.

En cambio, la tarjeta de crédito es para usuarios que tienen capacidad de endeudarse y que, por las circunstancias que sean, no les convienen los pagos al contado. «Siempre que el banco considere que yo tengo acceso a crédito y siempre con la recomendación de qué debe hacerse un uso responsable del mismo».

Servicios y coberturas

En general, los servicios y coberturas que incluye una tarjeta suelen ir muy vinculados a cuestiones de accidentes o percances en viajes, y hasta el extremo de repatriación del cuerpo en caso de fallecimiento en el extranjero. «Así, una parte de estos gastos los cubre la tarjeta, siempre y cuando la hayamos utilizado para pagar nuestro viaje».

Sin embargo, también hay otro tipo de servicios que incluyen las tarjetas y que aportan seguridad a este instrumento de pago. «Servicios tan importantes y a los que estamos tan habituados que no les damos relevancia, como que cada vez que uso la tarjeta me llegue un mensaje al móvil», expresaba Ramón Satorra, «igualmente las tarjetas ofrecen un servicio 24 horas para poder hacer frente a posibles robos o pérdidas y así evitar lo antes posible que se produzca un fraude. Y, por supuesto, también cuentan con un servicio de cobertura en caso de fraude», concluía el experto.

Máxima seguridad en tus compras online

Este foro supuso el marco idóneo para hablar de las últimas innovaciones en métodos de pagos y de seguridad en las compras online. «Las novedades que han ido incorporando las tarjetas en los últimos años se han basado en aumentar la seguridad y la usabilidad. De la banda magnética pasamos al chip, y con él ganamos en seguridad. Hoy hemos avanzado hasta el contactless, la tecnología que nos permite hacer lo que hacemos ahora: acercamos la tarjeta al datáfono, pita y ya hemos pagado. Es un método aún más seguro e infinitamente más rápido... Pero es que hemos llegado hasta el punto en que podemos pagar con nuestros móviles o relojes inteligentes sin necesidad de llevar la tarjeta encima; y por no hablar del Bizum: una aplicación que permite hacer pagos instantáneos y es infinitamente útil en círculos sociales...» relataba Ramón Satorra, director comercial de Red Territorial Este de Banco Sabadell.

No obstante, el experto señalaba que, sobre todo, en seguridad, hemos vivido unos cambios muy importantes desde mediados del 2019, y muy especialmente, desde el año 2020. «Y eso ha sido a raíz de una normativa europea que se conoce con el nombre de PSD2 y cuyo objetivo es intentar disminuir al máximo el fraude en compras online con tarjeta».

Esta regulación de seguridad dice que en cada transacción online deben tenerse en cuenta tres factores para verificar que quien hace la compra es el titular de la tarjeta: Preguntarle al titular una cosa que solo sabe él. Pedir al titular que demuestre que es el propietario de esa tarjeta (por ejemplo con un PIN a través de la app del banco instalada en su teléfono), y la tercera, que ya es la definitiva es pedir una huella dactilar o un reconocimiento facial. «Estos pasos reducen al mínimo la posibilidad de que una persona realice transacciones fraudulentas con mis tarjetas. Y con esto, que se está implantando cada vez más en los comercios virtuales, se gana la máxima seguridad», indicaba Satorra.

No obstante, el experto quiso recalcar que estas medidas de seguridad no pueden entorpecernos el día a día, y de ahí que los bancos no pidan tanta verificación para pequeñas transacciones. «En este sentido, a pesar de que las tarjetas incorporan muchas medidas de seguridad, también tienen la agilidad que necesitamos para nuestras compras diarias».

Sin duda, la seguridad es la clave de este medio de pago. Como señalaba el experto: «Me podrán robar el móvil, pero no podrán acceder a mis datos bancarios si no conocen mi PIN, sin mi huella o sin mi cara. Perder el móvil sí, pero perder el dinero nunca».

Algunas tiendas online tienen sellos de confianza que aportan un plus de seguridad al comprador.

7 tips para comprar por internet sin preocupaciones

  • Activar y desactivar la opción de compras online en la app de tu banco. Las tarjetas pueden activarse y desactivarse a través de la aplicación bancaria para compras por internet o en extranjero. Por tanto, podría ser muy recomendable hacerlo: ¿Voy a comprar algo en una tienda online? Pues accedo a la app o a la página web del banco y le doy a Activar compras online. Cuando acabe la transacción puedo darle a Desactivar compras online y bloquearla para este uso hasta que yo quiera.
  • Investiga más sobre la tienda virtual donde quieres comprar. A la hora de realizar compras en comercios electrónicos es importante que antes nos interesemos por conocer esa tienda: las condiciones de compra y devolución, consultar en foros si tiene buenas o malas opiniones, saber si es fiable...
  • Fijarnos en el «https» y en el candado que aparece junto a la dirección web. Cuando entremos en una página web para hacer una compra online debemos fijarnos en dos cosas: que la dirección web empiece por «https» (la «S» es de «Security» y que el candado que aparezca siempre sea de color verde o blanco. Si es rojo o amarillo mejor no comprar en esa página web porque no cumple los requisitos de seguridad.
  • Tiendas con sello de confianza. Algunas tiendas online tienen sellos de confianza que aportan un plus de seguridad al comprador. En ese caso, si yo tuviera algún problema con una compra, respondería el comercio donde la he realizado y, si tiene un sello de confianza, la empresa que le ha dado ese distintivo. Por tanto, tendríamos doble garantía. Los distintos sellos de confianza que existen en España se pueden consultar a través de la página web del Instituto Nacional de Ciberseguridad.
  • No usar redes Wi-fi públicas. Es fundamental no utilizar nunca para compras online una red Wi-fi que no sea la de nuestra casa o un lugar de confianza. Son menos seguras, nos pueden identificar y robar los datos. Así que olvidémonos de comprar con el Wi-fi de la biblioteca o de una cafetería.
  • Nunca dar nuestros datos bancarios. Parece obvio, pero las técnicas para engañar al usuario cada vez son más sofisticadas. Nunca debemos dar nuestros datos bancarios o de acceso a la app del banco si nos los solicitan por un mensaje de móvil o un correo electrónico.
  • Claves de acceso complejas. Importantísimo contar con una clave de acceso difícil, tanto para nuestro móvil como para la app del Banco: nunca pongas tu año de nacimiento. Hoy en día existen apps que nos suministran claves infranqueables.