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Los empleados del metal cumplen su amenaza: salen a la calle para presionar por la subida salarial

Sindicatos y patronal discrepan de manera radical sobre el seguimiento de la huelga, con estimaciones que oscilan entre el 95% y el 11,2% de un total de 36.000 trabajadores - Los piquetes cortan viales e impiden operaciones de carga y descarga en Alicante y en Ibi

Activistas sindicales impidiendo a un camión realizar una operación de carga en el polígono Alfaç de Ibi. | JUANI RUZ

En pleno conflicto del metal en Cádiz, con barricadas y enfrentamientos entre manifestantes y agentes policiales, la provincia de Alicante también ha vivido su particular movilización del sector, aunque de una manera mucho más pacífica. La huelga, a la que estaban llamados este jueves 36.000 trabajadores por diferencias salariales, ha sido un éxito casi total, según los sindicatos, y poco menos que un fracaso, según la patronal. De hecho, las estimaciones de seguimiento oscilan entre el 95% que calcula UGT, y el 11,2% que proclaman los empresarios. La actividad de los piquetes se concentró sobre todo en el polígono del Pla de la Vallonga, en Alicante, y en el Alfaç, de Ibi, donde cortaron calles e impidieron operaciones de carga y descarga.

El origen de la conflictividad en Cádiz y Alicante es muy similar, toda vez que se centra en las reivindicaciones sindicales para evitar que los trabajadores pierdan poder adquisitivo en un momento como el actual, en el que la inflación anda disparada. En el caso concreto de la provincia alicantina, tanto CC OO como UGT han venido reclamando en las últimas semanas a la patronal una cláusula de revisión salarial que califican de solidaria, de manera que las empresas asuman la mitad del incremento del IPC y los trabajadores la otra mitad.

La Federación de Empresas del Metal de la Provincia de Alicante (Fempa), sin embargo, cifra ese incremento en un 5%, lo que considera completamente inasumible en la actual situación en la que se encuentra el sector, todavía sin haber alcanzado la recuperación total tras el impacto de la pandemia. El miércoles por la noche hubo un último intento de acercamiento, con una propuesta de la patronal que, sin embargo, resultó ser del todo insuficiente para los sindicatos.

Así las cosas, y pese a que Fempa presentó un escrito ante la Conselleria de Economía denunciando presuntas irregularidades en la convocatoria, la huelga en la provincia salió adelante, aunque sin el clima de tensión que se está viviendo en las tierras gaditanas. Piquetes de ambos sindicatos recorrieron distintos polígonos de la provincia en los que se encuentran ubicadas empresas del metal, si bien la principal actividad se concentró en el Pla de la Vallonga, de Alicante, y el Alfaç, de Ibi, donde procedieron a cortar algunas calles y a impedir las operaciones de carga y descarga de camiones. Todo ello en presencia de agentes policiales y de la Guardia Civil, para evitar que se pudieran producir incidentes de una mayor gravedad. Un grupo de sindicalistas también acudió a la sede de Fempa para gritar consignas, llegando incluso a entrar en las instalaciones, aunque sin que la cosa llegara a más.

El problema llegó a la hora de las valoraciones. Y es que ninguno de los protagonistas se puso de acuerdo. Mientras UGT cifraba el seguimiento de la huelga en un 95%, CC OO lo situaba en el 80%. Mucho más lejos se situó la estimación de Fempa, que rebajó el porcentaje hasta el 11,2%. Todos coincidían, eso sí, en que fue en el municipio de Ibi donde más trabajadores secundaron la movilización. De no mediar un acuerdo, ya hay convocada una nueva jornada de huelga para el próximo martes día 23.

El secretario general de Industria de CC OO en la Comunidad Valenciana, Juan José Picazo, calificaba de «éxito» la jornada de huelga, expresando su confianza en que «sean los propios empresarios los que le trasladen a la patronal que esto no puede seguir así y que hay que llegar a un acuerdo. Ya hemos demostrado lo que podemos hacer, y no dudaremos en volverlo a demostrar».

En parecidos términos se expresó Daniel Pino, también secretario general de Industria, pero por UGT, quien denunciaba «la escasa voluntad de acuerdo por parte de los empresarios, ante unos planteamientos por parte de los sindicatos que son totalmente razonables».

Por su parte, Luis Rodríguez, secretario general de Fempa, lamentaba la «ocupación sufrida por nuestra sede», al tiempo que enfatizaba «el escaso eco que ha tenido la convocatoria entre los trabajadores del sector». En este sentido, insistía en calificar de «inasumibles» las pretensiones sindicales «en un momento tan complicado como este».

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