Ya hay mesa, falta comenzar con la negociación. El sector provincial de la hostelería se reunió este miércoles en Benidorm para constituir la mesa negociadora del convenio colectivo que regula las condiciones laborales de más de 40.000 trabajadores en la provincia de Alicante. El documento, vigente desde el 1 de enero de 2017, caduca el próximo 31 de diciembre después de que patronal y sindicatos acordaran una prórroga en 2020 como consecuencia de la pandemia de covid-19, lo que se tradujo en una congelación salarial y de otras condiciones que la parte social ya ha anunciado que peleará en el nuevo convenio.

La sede del Instituto Valenciano de Tecnologías Turísticas (Invattur) fue el escenario donde patronal y sindicatos acordaron la composición de la mesa, en la que la parte empresarial estará representada por cuatro asociaciones: Hosbec, que tendrá un 70% de la representatividad, mientras que el resto se reparte al 10% entre la Asociación de Hoteles de Alicante (APHA), los empresarios de hostelería y turismo de la Marina Alta (AEHTMA) y la asociación provincial de Hostelería (APEHA). Por lo que respecta a los sindicatos, UGT y Comisiones Obreras se dividirán su participación al 60y al 40%, respectivamente, atendiendo a la presencia de ambos dentro de los comités y otros órganos de representación en hoteles y otras empresas del sector.

Como ya avanzó semanas atrás este diario, los sindicatos denunciaron formalmente el convenio el pasado 8 de octubre, dando así el primer paso necesario para poner el contador de la negociación a cero. Tras la composición de la mesa, no obstante, ambas partes se han emplazado al mes de enero para una próxima reunión donde comenzar a presentar sus plataformas y primeras propuestas, al entender que «ahora mismo hay dos causas que complican enormemente la negociación», según reconocieron fuentes consultadas.

Por un lado, la evolución de la pandemia no está haciendo nada fácil la organización de reuniones de este tipo, como la de este miércoles, en la que participaron 26 personas, todas ellas vocales o suplentes de las diferentes organizaciones con voz y voto en la negociación. Fuentes de la mesa indicaron que la escalada de contagios que se registra en la provincia, unido a la aplicación de medidas preventivas contra el coronavirus, como la distancia o el uso de la mascarilla en espacios cerrados, «condiciona mucho la negociación», a lo que se suma la incertidumbre ante la posibilidad de que se pudieran implantar nuevas restricciones que afecten directamente a este sector, como ya ocurrió en anteriores oleadas.

La segunda causa es la derogación de la reforma laboral anunciada por el Gobierno de Pedro Sánchez, que aún sigue sin concretarse. Según las primeras pinceladas que se han ido conociendo, la nueva reforma podría afectar directamente tanto a los convenios en sí como a algunas prácticas muy extendidas en este sector, como por ejemplo la externalización de trabajadores a través de ETT, una medida que podría quedar ahora muy limitada. Desde la mesa indican que los cambios que finalmente acuerde el Gobierno central condicionarán enormemente el resultado de la negociación del convenio, por lo que se ha creído conveniente esperar, al menos, hasta que finalice el periodo de vigencia del actual documento para no empezar a negociar «a ciegas».

Un sector golpeado por cierres, ERTE y con salarios congelados desde 2019

Más de 40.000 empleados de la provincia recuperarán poder adquisitivo con el nuevo documento

Si hay algo que los sindicatos consideran tremendamente urgente de cara a la negociación del nuevo convenio es la actualización de salarios, que permitirá que más de 40.000 trabajadores de la provincia pueda recuperar parte del poder adquisitivo que han perdido desde que estalló la pandemia. Por eso, tanto CC OO como UGT reclamarán un notable incremento en los sueldos que recoge el convenio para adaptarlos tanto a la subida del IPC, que se sitúa en el 5,5%, como a otras condiciones que se han dado en el último año y medio, y que han acabado por empobrecer el bolsillo de camareros, recepcionistas, cocineros, kellys, monitores de comedor escolar, técnicos de mantenimiento, empleados de empresas de catering y un sinfín más de categorías laborales, que mantienen los mismos sueldos desde 2019.

La congelación de salarios no ha sido el único «enemigo» del sector durante este tiempo. Los cierres motivados por las restricciones impuestas para combatir la pandemia y los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) presentados por fuerza mayor también han lastrado la capacidad económica de los trabajadores sector en esta última etapa.