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Altcoins, las criptomonedas alternativas a Bitcoin que atraen a cada vez más jóvenes

El auge de Bitcoin impulsa la inversión en otras divisas digitales como Ethereum. Los expertos advierten del riesgo especulativo y de ser víctimas de estafas

Altcoins, las criptomonedas alternativas a Bitcoin que atraen a cada vez más jóvenes

Seguro que has escuchado hablar de Bitcoin. En el último año, la moneda virtual más popular del mundo ha cuadruplicado su valor, llegando a un máximo histórico de 51.627 euros. Catapultada por el apoyo de grandes inversores como el magnate Elon Musk, Bitcoin se ha convertido para muchos en un sinónimo de criptomoneda. Pero la realidad es que en el mundo digital hay miles de otras divisas alternativas. Y cada vez más jóvenes invierten en ellas.

Para conocer esas criptomonedas primero hace falta entender cómo funciona Blockchain. Mediante una cadena de bloques encriptados, esta revolucionaria tecnología permite conectar a los usuarios para que puedan realizar transacciones de forma descentralizada, eso es, sin depender de bancos como intermediarios y garantizando su privacidad.

Esa red es la arquitectura básica sobre la que se sustentan todas las criptomonedas. Bitcoin se ha convertido en un referente con dos objetivos en mente. El primero es convertirse en un valor refugio similar al oro. El segundo, a largo plazo, es reemplazar las divisas actuales.

El pasado junio, el creador de contenido Pau Ninja, de 30 años, empezó a invertir en Bitcoin. Ahora ya tiene todo su patrimonio invertido en esta moneda virtual. “Las decisiones de expansión monetaria de los bancos centrales están devaluando el valor del dinero y eso hace que no tenga sentido invertir en otra cosa”, explica. “Bitcoin da respuesta al problema del sistema monetario”. Su inversión se ha transformado en beneficios de más del 80%.

Alternativas a Bitcoin

Aunque Pau descarta invertir en otras criptomonedas, hay alternativas a Bitcoin. Esas divisas, conocidas como tokens virtuales, funcionan como las acciones de un determinado proyecto empresarial. Es el caso de Ethereum, un sistema de Blockchain que puede aplicarse en campos como las monedas, pero también para desarrollar contratos inteligentes o sistemas de voto electrónico imposibles de hackear.

Las perspectivas de futuro de esa tecnología hacen que la criptomoneda Ethereum sea una inversión atractiva. Cuanto más se invierte en ellas más aumenta su valor. Un juego de apuestas que ha disparado la especulación a la estratosfera. “Es una locura que está arrastrando a los inversores y que, como la fiebre del oro, puede petar mañana”, explica Íñigo Merino, de 28 años, líder de innovación en SAP, la mayor compañía de software de Europa. Hace tiempo que invierte en bolsa, pero desde el pasado diciembre empezó a apostar en Ethereum, Litecoin Chainlink.

En muchos casos, el inflado valor de una criptomoneda está desconectado del valor del producto o tecnología que apoya, que es más una promesa que una realidad. “Lo hago por pura especulación, no creo que estas monedas sirvan a corto plazo para comprar cosas útiles de la vida diaria”, explica Manu, un malagueño de 27 años afincado en Madrid que, tras años invirtiendo mientras trabajaba de camarero, se ha puesto a estudiar finanzas.

Cotización de Bitcoin

Cotización de Bitcoin

Carlos empezó en 2017, cuando tenía 26 años. Entonces realizó pequeñas inversiones de hasta 400 euros. Aunque ahora su apuesta principal es Bitcoin, también invierte en divisas como Ethereum o Litecoin "para diversificar". En el último mes ha sacado 900 euros de beneficio y todo lo que gana lo invierte en Bitcoin como si fuese su “plan de pensiones”.

Fácil de aprender

Este tipo de inversiones se han popularizado más allá de los círculos financieros. Albert tiene 32 años y trabaja en el sector cultural. El pasado abril, en medio de una pandemia que ha lastrado su industria, decidió poner 900 euros de sus ahorros en Bitcoin y Ethereum. “Nunca había invertido en nada, pero viendo mi situación como autónomo, la falta de fondos para la jubilación y lo que nos depara el futuro a nuestra generación hay que encontrar formas de garantizar que de mayores tendremos un cojín económico”, explica. Su inversión equivale ahora a 2.500 euros.

Cotización de Ethereum

Cotización de Ethereum

Leti entró en ese mundo hace solo una semana cuando un amigo se lo recomendó. Él y su pareja han puesto 250 euros en Ethereum y otras ‘criptos’ como Cardano Polkadot. “Viendo cómo el dinero en el banco no sirve de nada decidimos jugar a esto y dejarlo invertido para ahorrar hasta que lo necesitemos”, explica esta bióloga marina de 31 años afincada en Mallorca.

Joan tiene 27 años y comparte esa visión. En enero invirtió 150 euros en Litecoin y Ethereum tras seguir los pasos de su pareja y su yerno. “Lo dejaremos allá un año. Si lo perdemos es poca cosa, pero si ganamos dinero seguramente lo aprovecharemos para ir de vacaciones”, explica.

El mundo financiero, digital y de las criptomonedas está lleno de tecnicismos y conceptos abstractos de difícil comprensión. Sin embargo, la aparición de nuevas aplicaciones sencillas y pedagógicas ha acelerado ese auge. “Vas entendiendo cómo funciona durante el proceso de invertir y sino aprendes mirando videos o leyendo artículos por Internet”, explica Albert. “De momento, sólo toco dos botones de la app”, añade Leti.

Especulación y estafas

El fenómeno de las criptomonedas se ha convertido en una burbuja. Se calcula que actualmente existen hasta 8.000 divisas virtuales. Sin embargo, como explica Pau, la mayoría de estas “no tienen mucho valor, solo se aprovechan del auge de Bitcoin”. Esas divisas se conocen popularmente como ‘shitcoins’ (monedas de mierda, en inglés) y sirven para la especulación. La más famosa de esas monedas es Dogecoin —creada como divertimento y que debe su nombre al famoso perro Shiba Inu convertido en meme—, cuyo valor se ha cuadruplicado en el último mes tras el apoyo de celebridades como Musk o Snoop Dogg. "Compré Dogecoin como broma, pero tras subir las vendí", explica Manu.

Varios expertos señalan que una mayor variedad de criptomonedas impulsa una competencia que ayuda a rebajar su coste. Esas alternativas a Bitcoin tienen un valor más bajo, lo que facilita que jóvenes amateurs inviertan en ellas y que su potencial de crecimiento sea muy grande.

Sin embargo, el riesgo de apostar por esas divisas es también mayor. Pueden crear y hundir fortunas en cuestión de horas. Una gigantesca ruleta de especulación virtual donde las estafas son una constante. En Telegram, explica Manu, hay grupos en los que inversores con mucho capital logran movilizar a mucha gente para que invierta en una ‘shitcoin’. “Cuando eso sucede aumenta la liquidez, ellos venden sus divisas haciendo mucho dinero y los otros se quedan atrapados, obligados a ver como se devalúa sin poder retirarse”, alerta. “Esto no es como invertir en una empresa donde sabes que detrás hay activos”, advierte Merino. “Con muchas criptomonedas no hay nada, solo humo y especulación”.

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