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La falta de obreros aboca al "robo" de personal entre empresas de construcción

Trabajadores del sector de la construcción en una obra .

Poco tiene de casual que las paredes de la calle olívica de Rosalía de Castro aparecieran empapeladas por doquier con carteles anunciando que una firma constructora necesitaba albañiles y encofradores para trabajar en el País Vasco. “Se ofrecen buenas condiciones económicas y contrato indefinido”, reza el folio impreso, firmado con dos números de teléfono a modo de despedida e invitando al contacto. Colocados, estratégicamente, anuncios homólogos se presentan como reclamo para los trabajadores que están llevando a cabo la humanización de la vía viguesa. “Ya pueden pagar muy bien para irte tan lejos”, comenta un observador fortuito. Por si las moscas, la empresa responsable de la humanización de Rosalía de Castro se ha lanzado a retirar casi todos los anuncios.

La movilidad se dispara y provoca subidas salariales del 20% | El sector cifra en 6.000 los efectivos que precisa en dos años | Solo el 25% de los profesionales es menor de 25 años

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Porque tras este cartel hay una firma constructora en busca de trabajadores. Y, tras esta estrategia, una práctica que se está convirtiendo en habitual en el sector: que unas empresas pesquen trabajadores en otras. El problema subyacente es más grave de lo que pueda parecer a simple vista: la falta de profesionales de la construcción. Una lacra que aviva la competencia por captar albañiles, peones, encofradores, fontaneros electricistas y casi todos los oficios vinculados a la construcción.

El problema, en última instancia, está obligando a muchas compañías del sector a rechazar proyectos porque no tienen empleados para llevarlos a cabo. “Están optando por decir que no a obras. Prefieren no crecer, a crecer de forma desordenada. Se aprendió de la crisis del 2008 que no es bueno ese modelo de crecimiento, así que se presentan menos a licitaciones. En el área metropolitana de Vigo y A Coruña, ya tardan más de un año en comenzar una obra de rehabilitación”, expone Fernando García Novo, gerente de la Fundación Laboral de la Construcción de Galicia, la coyuntura del sector.

“Con los fondos europeos, la actividad constructiva tendrá un papel importante”

Fernando García - Fundación laboral

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La construcción podría necesitar en los próximos años hasta 6.000 profesionales, según refieren las estimaciones de la Fundación Laboral y de la Construcción de Galicia.

Y en tal escenario de voracidad competitiva, las constructoras han hecho de los salarios y las condiciones alicientes con los que incrementar su captación de trabajadores. “Los sueldos han aumentado un 20% en lo que va de año”, comentan fuentes del sector.

Las mismas que advierten de una posible escalada las condiciones que bien podrían aproximar un escenario parejo a los ejercicios previos a la crisis del 2008.

“Esto impulsará los costes al alza, porque si a mí me roban un profesional por 1.800 euros al mes (brutos), otro tendrá que robarlo por 2.000 euros”

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“Un albañil autónomo, que se defienda medianamente, y que gane en función del metro de plaqueta colocada podría llegar a ganar entre 6.000 y 8.000 euros al mes. Acabará generando un ajuste al alza”.

Son múltiples los motivos tras esta coyuntura profesional. Algunos son problemas estructurales, como el hecho de que sólo el 25% de los trabajadores de la construcción en Galicia tengan menos de 35 años. “Falta relevo generacional”, cuenta Javier Carballeda, gerente de la Asociación de Constructores de Pontevedra. Tiene que ver en la ecuación la crisis del ladrillo, que provocó una diáspora de trabajadores hacia la industria o la hostelería. “La rueda que alimentaba la incorporación de nuevos profesionales se paró durante 8 o 9 años”, analiza García. La mayoría de los profesionales de la obra antes de la burbuja inmobiliaria, adquiría su experiencia trabajando, no se formaba, de ahí que los jóvenes fueran los primeros en abandonar el sector, asegura el gerente de la Fundación Laboral de la Construcción de Galicia.

1-Escalada en las condiciones

Las empresas de construcción tratan de captar trabajadores en otras compañías ofreciéndoles mejor remuneración.

2-Falta de relevo generacional

El sector acusa la falta de perfiles jóvenes por el escaso interés en las profesiones de oficios en favor de las tecnológicas y sanitarias.

3-Un problema estructural

La crisis del ladrillo propició la fuga de trabajadores al sector industrial y servicios. Las empresas rechazan obras por la falta de profesionales.


Faltan todo tipo de profesionales. Al final los datos estadísticos están ahí: 80.000 trabajadores afiliados en el sector a cierre de septiembre, recuerda el portavoz de la Fundación Laboral de la Construcción de Galicia. Según la Encuesta de Población Activa, ese mismo mes el paro del sector ascendía a 3.200 personas, de las cuales 2.000 llevaban menos de tres meses en paro, apostilla García, porque se trata de un sector “con rotación y genera paro estructural”, dice García.

La actual es “una reactivación moderada. Ha crecido mucho la rehabilitación y a esto hay que sumar que, tras la crisis del COVID, vienen los fondos europeos donde la actividad constructiva tendrá un papel importante”, recuerda García. El problema es grave porque falta mano de obra cualificada. Los ciclos de formación profesional no absorben tantos candidatos como necesita el mercado. El efecto llamada a las nuevas generaciones es complicado por la pérdida de atractivo de los oficios tradicionales en favor de profesiones más tecnológicas o sanitarias, analizan los expertos. Y las generaciones jóvenes, no sólo tienen en cuenta en salario, si no que contemplan variables como la conciliación familiar o la flexibilidad de horarios. En la obra, los trabajadores cuentan diez horas de jornada con contratos en los que figuran ocho, se quejan. 

Anuncios en las obras

Apareció la calle Rosalía de Castro empapelada con carteles para captar profesionales de la construcción. También otras zonas de Vigo, como porta do Sol (en la foto).

Anuncio buscando encofradores en las obras de la calle Rosalía de Castro

Tras ellos está la constructora santiaguesa Uncisa, que tiene entre manos varios proyectos en el País Vasco. Ofrece contrato indefinido, salario según el convenio, alojamiento y dietas. Busca disponibilidad para empezar en enero.

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