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Las renuncias a herencias se disparan y las notarías de la provincia ya registran seis al día

El aumento de fallecimientos por la pandemia acelera esta práctica, que empezó a crecer a raíz del estallido de la anterior crisis económica

Un edificio con varios carteles de «se vende», en Elda. ÁXEL ÁLVAREZ

Mientras unos sueñan con heredar de algún tío rico y retirarse, para otros el legado de un familiar puede convertirse en una auténtica pesadilla. Sobre todo, si el fallecido no era demasiado hábil a la hora de manejar sus finanzas y acumulaba una considerable cantidad de deudas. Una situación que suele desembocar en la renuncia de los herederos a recibir los bienes del finado.

Lo que era una práctica casi residual hasta hace poco más de una década, empezó a crecer de forma exponencial tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, cuando los años de excesos dispararon el endeudamiento de muchos ciudadanos y la crisis complicó la venta de los inmuebles heredados para conseguir la liquidez con la que abonar esta facturas, además de los impuestos. Así, de los 286 casos que se registraban en 2007 se pasó a 1.724 en 2019, de acuerdo con los datos del Colegio Notarial de València, que abarca toda la Comunidad.

Una cifra que cayó el año pasado, cuando las restricciones por el coronavirus dificultaron realizar los trámites necesarios, pero que ahora vuelven a crecer con fuerza, en esta ocasión, espoleados por el aumento de la mortalidad provocada por la pandemia. De esta forma, junto con la mayor tramitación de herencias que también se está produciendo, en lo que va de año se ha producido un considerable incremento de las renuncias.

En concreto, las notarías alicantinas registraron 1.037 casos durante el primer semestre del año, lo que supone casi seis desistimientos diarios. Es un 62% más que el año pasado, cuando este periodo coincidió con el confinamiento, pero también casi un 13% más que en los mismos meses de 2019, el ejercicio que hasta ahora ostentaba el récord.

Al respecto, el vicedecano del Colegio Notarial de València, el alicantino Delfín Martínez, asegura que este incremento de los trámites relacionados con las herencias era esperable tras el aumento de fallecimientos que se ha producido, sobre todo si se tiene en cuenta que la legislación da a los sucesores seis meses para liquidar el Impuesto de Sucesiones y la Plusvalía Municipal, si no se quiere pagar recargo.

En cuanto a las causas de las renuncias, a pesar de la mala fama, Martínez asegura que los impuestos provocan únicamente una pequeña parte de estos desistimientos, ya que, como recuerda, en el caso de las herencias de padres a hijos los primeros 100.000 euros están exentos, en el caso del Impuesto de Sucesiones. La realidad es que en la inmensa mayoría de los casos son las deudas que acumulaba el fallecido lo que obliga a dar un paso atrás a los sucesores.

Al respecto, el vicedecano de los notarios señala que esta renuncia no siempre está justificada realmente y que muchas veces es más el temor que la realidad lo que provoca este tipo de decisiones. «Mi consejo suele ser que vayan a una inmobiliaria, que pongan a la venta la casa y que cuando tengan una oferta que valoren si les compensa heredar o no», explica Martínez.

En otras ocasiones se produce lo que el notario califica como «renuncias técnicas». Por ejemplo, cuando los hermanos se ponen de acuerdo para que sea uno de ellos el que herede la casa familiar, porque pasa por una situación de mayor necesidad o es el que ya se había hecho cargo del inmueble. De esta forma se evitan trámites.

Baja la redacción de testamentos y suben las donaciones

A pesar de que los fallecimientos que se han registrado como consecuencia de la pandemia han dejado claro a más de uno la importancia de dejar todo bien atado para evitar conflictos, lo cierto es que en el primer semestre de este año todavía se registraron en las notarías de la provincia algunos testamentos menos de los que eran habituales antes de la llegada del covid-19. En concreto, entre enero y junio 16.741 alicantinos depositaron ante algún fedatario público sus últimas voluntades, lo que supone un aumento del 53% sobre las cifras del año pasado -que se vieron afectadas por el confinamiento y la suspensión de la actividad-, pero son 260 menos que en el mismo periodo de 2019.

Por el contrario, lo que ha registrado un considerable repunte en la primera mitad de este ejercicio han sido las donaciones. De enero a junio se formalizaron 3.833, lo que supone un 64% más que el año pasado, pero también un 28% más que en el mismo periodo de 2019.

Un aumento que tiene mucho que ver con el hecho de que muchos jóvenes se hayan animado a comprarse una casa tras la pandemia, para lo que están recibiendo la ayuda de sus padres a la hora de pagar la entrada. Al aplicarse la misma exención que con las herencias, cada vez más familias prefieren formalizar estas donaciones para evitarse problemas con Hacienda. En lo que va de año, la compra de viviendas por parte del público local se ha disparado en la provincia.

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