Aumenta el pesimismo entre los economistas de la Comunidad Valenciana, que han visto cómo los rebrotes, los problemas en la cadena de suministro y, sobre todo, el encarecimiento de la energía y las materias primas daban al traste con las previsiones de la rápida recuperación que vaticinaban hace solo seis meses. Y, lo que es peor, la mayoría de estos profesionales no cree que el actual descontrol de los precios vaya a normalizarse rápidamente. Al contrario, creen que la situación se prolongará al menos otro años más, lo que supondrá un lastre para el crecimiento. Así lo pone de manifiesto la última edición de la encuesta «Los economistas opinan», que realiza semestralmente el Consejo de Colegios de Economistas de la Comunidad Valenciana, en colaboración con el Banco Sabadell, y que ayer se presentó en Alicante. En concreto, frente a solo un 36% de los consultados que creen que la inflación volverá a bajar en los próximos meses, otro 64% considera que el encarecimiento de los factores de producción se prolongará como mínimo otro año más. Para ser exactos, un 45% cree que este problema durará entre 12 y 24 meses más, y otro 19% asegura que la situación tardará más de dos años en normalizarse, según apuntó el vicepresidente del consejo, Juan José Enríquez.
Por sectores, serán la industria y el comercio las actividades que más sufrirán las consecuencias de estas subidas, de acuerdo con el citado estudio, mientras se prevé una menor afectación en el turismo y los servicios, aunque en todos los encarecimientos de los suministros supondrán un problema. Este aumento de costes, sumado a los rebrotes que se han producido a lo largo del otoño han empeorado notablemente la opinión de los profesionales sobre la evolución de la economía, tanto de la Comunidad Valenciana como del conjunto del país. «Lo que vemos es que, por un lado, no se han cumplido las previsiones de recuperación en ‘V’ que los profesionales pronosticaban en junio, pero, además, las perspectivas para los próximos seis meses, también son más pesimistas» destacó el presidente del consejo, el alicantino Francisco Menargues. Así, en la encuesta del pasado mes de junio, los economistas preveían que la situación económica conseguiría remontar y alcanzaría un aprobado para final de año. En concreto, puntuaban con un 5,25 sobre 10 la situación que esperaban para diciembre en el conjunto de España, y con un 5,39 la de la Comunidad Valenciana. Sin embargo, seis meses después, la realidad es que estos mismos profesionales mantienen el suspenso en ambos casos y, lo que es más preocupante, prevén que tampoco se vuelva al aprobado en los próximos seis meses.
Así, sus pronósticos apuntan a que España acabará el próximo semestre con un 4,75 y la autonomía con un 4,94. «Lo que ha ocurrido es que en junio había buenas perspectivas por el avance de la vacunación, pero ahora vemos que la pandemia sigue aquí y a eso se ha sumado una serie de problemas que tienen que ver con el modelo económico deslocalizado que tenemos», señaló, por su parte, el tesorero del consejo, Jaime Querol. Sobre este tema, la encuesta también destaca que la mayor de los economistas creen que los problemas de suministro han puesto de manifiesto una excesiva dependencia de China. Al ser preguntados por los principales problemas de la economía, en el caso de la provincia de Alicante, el precio de los combustibles y la energía ya se sitúa como el factor que más preocupación genera entre los economistas, tan solo por detrás del paro. En concreto, lo citan el 39,7% de los consultados en la provincia, cuando en junio sólo lo mencionaban el 7,06%. Igualmente, la inflación, en general, es el cuarto factor de mayor preocupación, con un 34,6% de respuestas, cuando hace sólo seis meses tan sólo preocupaba al 3,53%. Por el contrario, se reducen los que consideran que la evolución de la demanda es mala, aunque siguen siendo el 37%.
