Los directivos españoles vieron caer por primera vez en un lustro sus salarios fruto de la pandemia. La congelación de los beneficios o las pérdidas registradas por un buen número de empresas durante el primer año covid provocó que muchos de sus ejecutivos no cobrarán las primas por resultados o rendimientos de explotación, lo que se tradujo en una merma de sus ingresos. Hasta el punto de que las remuneraciones de los directivos cayeron durante el 2021 casi siete veces más que las de los trabajadores, para los que el año pasado tampoco fue un buen año, según constata el informe publicado este miércoles por la escuela de negocios EADA. El problema es que si bien los primeros acumulan una década mayoritariamente de bonanza, los segundos todavía no han recuperado el poder adquisitivo perdido desde la crisis financiera.

El salario medio de un directivo se situó en 2021 en los 82.719 euros brutos al año, prácticamente el doble que un cargo intermedio (42.247 euros) y casi cuatro veces más que un empleado 'raso' (23.400 euros). Pese a las diferencias, el denominador común entre los diferentes estratos laborales es que la pandemia no ha sido positiva para los bolsillos de nadie. Los trabajadores han sido la que menos la han sufrido y de media les ha costado 131 euros menos al año.

Desde EADA explican esa menor afectación debido a que la mayoría de sus salarios están regulados de manera más hermética por los convenios colectivos y estos, por inercia, tardan más en dolerse de crisis tan bruscas como la del covid. No obstante, la pérdida de poder adquisitivo de los afectados por ERTE se ha notado en la estadística. Cae poco, pero llueve sobre mojado, pues el vigor salarial de los últimos años ha sido más bien tenue para el bolsillo de la mayoría de asalariados de 'a pie' y son, según los datos de EADA, los únicos que no han recuperado el poder adquisitvo que tenían antes de la crisis del 2008.

La pandemia, en este sentido, se ha cebado con los trabajadores de las pequeñas empresas, pues sus trabajadores han perdido 4,5 veces más salario que sus homólogos de las grandes. Según los datos de EADA, los empleados de las pequeñas empresas han perdido 685 euros de un año a otro, con una caída del 3,2%; frente a una reducción menor del 0,7% en los salarios de la gran empresa.