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La xylella se ensaña con la provincia: 560 toneladas menos de almendras

La destrucción de árboles acarrea unas pérdidas para el sector cercanas a los dos millones de euros

Un agricultor de Fageca contempla almendros arrancados para combatir la bacteria Juani Ruz

La plaga de la xylella está teniendo consecuencias devastadoras para el sector de la almendra en la provincia de Alicante. Más allá del perjuicio para los agricultores afectados, la destrucción de arbolado está teniendo también un impacto más que significativo sobre la producción, que se ha reducido alrededor de 560 toneladas. Teniendo en cuenta los precios actuales, que se mueven en índices bajos, las pérdidas económicas rondan los 2 millones de euros. Y todo ello con las comarcas del norte como epicentro, ya que es donde se concentra la bacteria y la zona en la que se están acometiendo las medidas para evitar que se extienda.

El último informe relacionado con la xylella fastidiosa, el decimoquinto desde que hace casi cinco años se detectara la bacteria en almendros de la provincia, cuantificaba en 135.305 las hectáreas que configuran el área demarcada. En total, según esa actualización, son 74 los municipios de la Marina Baixa, la Marina Alta, El Comtat, l'Alcoià y l'Alacantí que se encuentran afectados, 46 de ellos totalmente y los 28 restantes de manera parcial. A todos ellos hay que añadir otros dos pertenecientes a la comarca valenciana de la Safor.

Durante todo este tiempo, la Conselleria de Agricultura ha llevado a cabo diferentes actuaciones con la finalidad de hacer frente a la plaga, destacando en ese sentido la trituración de 2.086 hectáreas con 140.000 almendros. No se trata de una cifra ni mucho menos menor, sobre todo si se tiene en cuenta que supone un descenso en la producción de alrededor de 560 toneladas para una cosecha que, en condiciones normales, ronda en la provincia de Alicante las 4.000. A nivel económico, teniendo en cuenta los actuales bajos precios, esta merma supone unos 2 millones de euros menos de ingresos.

El impacto, por otro lado, podría haber sido mucho mayor de haberse mantenido las directrices iniciales de las autoridades comunitarias, que exigían arrancar todos los almendros situados a un centenar de metros alrededor de los ejemplares afectados. Desde la Consellera de Agricultura se recuerdan las presiones ejercidas para reducir a la mitad el radio de erradicación, lo que ha permitido salvar 200.000 árboles y, por consiguiente, 800 toneladas de almendras. También se han habilitado ayudas para la replantación de las zonas en las que se han arrancado los almendros. El departamento autonómico, asimismo, defiende que la plaga está contenida después de las distintas actuaciones llevadas a cabo, entre las que también figuran tratamientos.

Aún así, los agricultores siguen reclamando que se pase del actual plan de erradicación a un plan de contención que solo contemple la destrucción de los almendros directamente infectados, y no de los que se encuentran alrededor. Así lo defienden el presidente de la asociación de afectados, Francisco Molines, y también la organización agraria Asaja, quienes consideran que la bacteria ha llegado para quedarse, a la vista de que también ha echado raíces en otras especies vegetales, la mayoría arbustivas.

De este punto de vista, en cambio, discrepan en La Unió, cuyo representante sectorial, Juan Pastor, considera que se debe actuar con mano firme para evitar que la xylella siga propagándose por los territorios limítrofes. Reivindica, eso sí, que los agricultores afectados reciban indemnizaciones adecuadas y que puedan proseguir su actividad con especies rentables y resistentes.


Temor a las heladas

El sector de la almendra anda preocupado por los factores meteorológicos y climáticos que se están registrando, y que podrían dar al traste con la próxima campaña de almendra en la provincia de Alicante. El representante sectorial de La Unió, Juan Pastor, destaca que la floración se está registrando con casi tres semanas de adelanto, debido a temperaturas más elevadas de lo normal, lo que acentúa el peligro de pérdidas en caso de que se produzcan heladas. También la escasez de lluvias es un elemento muy a tener en cuenta, toda vez que, de continuar con esta situación, "los campos de secano apenas tendrán productividad y los de regadío dependerán del agua, que es insuficiente y con precios por las nubes a causa del encarecimiento de la electricidad". La cotización de las almendras, por su parte, continúa por los suelos, alrededor de los 3,6 euros el kilo, cuando para que resulte mínimamente rentable se tendrían que pagar 4,5.


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