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Industria

El azulejo de Castellón vive sus horas más convulsas sin ayudas a la vista

El sector necesita respaldo para mantenerse, pero no hay respuesta

Interior de una fábrica cerámica.

Las turbulencias en la economía no afectan a todos por igual. El sector cerámico de Castellón lo sabe bien. Después de un periodo de relativa tranquilidad, la irrupción del coronavirus, hace ahora dos años, trastocó su día a día. Los números globales muestran que la recuperación de la pandemia fue rápida, aunque algunas compañías no lograron volver a los niveles del 2019. Ahora, las fábricas se enfrentan a problemas que ponen en apuros su supervivencia mientras la respuesta del Gobierno, a diferencia de otros sectores, no aporta alivio a situaciones como la escalada energética iniciada en el segundo semestre del 2021 y a las circunstancias que rodean a la guerra desatada en Ucrania.

Un ejemplo de estas circunstancias ya se dio a finales del pasado año, cuando el precio del gas natural se multiplicó por cinco en apenas unos meses. Ahora ya cuesta diez veces más. La subida de la luz tuvo como respuesta la disminución del IVA en la factura eléctrica. No fue así en el caso de los consumidores de gas natural, ni los domésticos ni los que utilizan esta fuente de manera intensiva, como los hornos cerámicos.

Las electrointensivas sí se tienen en cuenta

Una muestra de la soledad en la que se ha quedado el azulejo es la comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado miércoles en el Congreso de los Diputados. La única medida que podría beneficiar al sector es la flexibilidad para los contratos de abastecimiento de gas. Esto significa que, en el caso de tener que reducir producción o parar durante unos días, como ocurrió en las pasadas fiestas navideñas, las empresas no deberían pagar penalizaciones por cambiar las condiciones acordadas con las suministradoras. Era una solicitud del sector, pero no la más importante de su paquete de propuestas. Además, ya estaba en vigor desde hacía unos meses. Simplemente se prorroga hasta el 30 de junio.

En cambio, la industria electrointensiva tendrá una rebaja de los peajes del 80% a lo largo de todo este año, cosa que no ocurre con los grandes consumidores de gas. El Ministerio de Transición Ecológica, que coordina las políticas energéticas del Ejecutivo, mencionó que los presupuestos de este año "ya contemplan ayudas por 470 millones de euros. Son 270 millones por reducción de cargos eléctricos (91 millones) y compensación de los costes indirectos por CO2 repercutidos en la electricidad (179 millones), a los que se añaden otros 200 millones para coberturas del Fondo Español de Reserva para Garantías de Entidades Electrointensivas".

En cambio, no hay decisiones parecidas para tipos de empresas como la cerámica. La presidenta de GasIndustrial, Verónica Rivière, recuerda que en los últimos contactos mantenidos con el ministerio "seguimos solicitando medidas como la reducción del IVA y la fiscalidad,o el reconocimiento del estatuto del consumidor gasintensivo". Siguen sin tener respuesta, mientras el precio del gas se ha multiplicado por 10 en solo un año. Empresarios del azulejo expresan que con el mantenimiento del IVA al 10%, "el dinero de más recaudado por el Gobierno por este concepto llega a niveles increíbles".

Un subidón postcovid con luces y sombras

Los grandes números del sector muestran una recuperación asombrosa tras el periodo de confinamiento de hace dos años. El 2020 acabó con una disminución de la producción del 5% y un nuevo récord de exportaciones, al vender por valor de 3.842 millones. Mientras sectores como el turismo aún están lejos de alcanzar el nivel previo a la pandemia, la cerámica se repuso rápidamente, y fue puesta como ejemplo de recuperación ante la crisis. Una visión que el presidente de la patronal, Vicente Nomdedeu, compartía con cautelas: "Los datos de crecimiento son desiguales según las empresas, y los beneficios se redujeron para el 38% de compañías", expuso el pasado mayo.

Por otro lado, recordó que muchas industrias tuvieron que recurrir a los créditos ICO, un dinero que había que devolver en medio de la incertidumbre generada por las olas del covid.

El viento a favor se mantuvo durante buena parte del 2021, con crecimientos de dos dígitos y un boom de las exportaciones, mientras el mercado doméstico comenzó a repuntar. La buena andadura comenzó a truncarse en verano, con el incremento de los costes de transporte marítimo, debido a unos desajustes derivados de la pandemia mundial que aún no se han restablecido.

El dilema: Fabricar a pérdidas o parar las máquinas

Con un escaso respaldo institucional, la cerámica lucha por sobrevivir. La demanda sigue fuerte, pero los empresarios saben que no pueden aplicar en sus precios todos los sobrecostes sufridos en los últimos meses, lo que reduce los márgenes de beneficio. En algunos casos, hasta llegar a las pérdidas.

Por eso, ya se plantea una nueva oleada de parones en la producción, como los de las navidades pasadas. En algunos casos se podría solventar la situación con adelantos de vacaciones, pero la alternativa de los ERTE suena cada vez con una fuerza mayor.

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