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Los ERTE se multiplican en el textil y arruinan su camino hacia la recuperación

Ocho empresas tramitan expedientes por el encarecimiento de la energía. El sector había vuelto a las cifras de 2019, aunque con menos firmas y empleos

Corte de piezas en una empresa textil de El Comtat. JUANI RUZ

Se las prometía felices el sector textil, tras un último año en el que, tras el azote de la pandemia, había conseguido volver a las cifras de 2019, aunque, eso sí, con un leve descenso tanto del número de empresas como de trabajadores. Sin embargo, la nueva crisis generada por el conflicto bélico de Ucrania ha dado al traste con esta progresión, hasta el punto que los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) por el encarecimiento de la energía empiezan a multiplicarse. En la actualidad son al menos ocho los que están siendo tramitados en la provincia de Alicante, la mayoría pertenecientes al subsector de los acabados, en una tendencia que tiene toda la pinta de ir a más si se mantiene la irrefrenable escalada de los precios.

El textil de la Comunidad, concentrado en su mayor parte en el clúster formado por las comarcas alicantinas de l'Alcoià y El Comtat, así como en la valenciana de la Vall d'Albaida, había logrado cerrar 2021 con una cifra de negocio de 2.010 millones de euros, lo que suponía situarse en números prácticamente idénticos a los de 2019, antes de que irrumpiera el coronavirus. Y todo ello gracias, sobre todo, al buen comportamiento de las exportaciones, cifradas en 1.041 millones de euros, por encima de los 916 de antes de la pandemia.

La única nota negativa hay que buscarla en el número de empresas, un total de 1.458, lo que supone 26 menos que hace dos años, y en el empleo, toda vez que los 21.760 trabajadores representan una caída de 1.054 con relación al mismo período. Desde el sector, en cualquier caso, se le resta importancia a estos dos últimos datos, toda vez que se vinculan con compañías que hayan podido cambiar de actividad y con jubilaciones que, en algunos casos, no han encontrado relevo generacional por falta de mano de obra especializada.

Hasta aquí, por tanto, todo evolucionaba de manera positiva, salvo por una cuestión: el encarecimiento tanto de las materias primas como, sobre todo, de la energía. Y es que la tendencia al alza que se venía registrando en los últimos meses ha sufrido un empujón súbito y desorbitado con el estallido de la guerra de Ucrania, que lo está echando todo a perder. Y es que los fuertes incrementos de precios del gas y la electricidad están causando estragos, en particular, en el subsector de los acabados, hasta el punto de que en estos momentos hay al menos ocho empresas de la provincia de Alicante, concentradas en l'Alcoià y El Comtat, que se han visto obligadas a tramitar ERTE.

Así lo reconoce el presidente de la Asociación de Empresarios Textiles de la Comunidad Valenciana (Ateval), Pepe Serna, quien destaca que se trata de empresas con un alto consumo de energía, que trabajan para terceros y que no están pudiendo repercutir estos encarecimientos en lo que les cobran a sus clientes. "La situación -destaca- es complicada para estas firmas, pero también para el conjunto del sector, ya que nos enfrentamos a un panorama marcado por una enorme incertidumbre".

Según el representante del sector, "las empresas se están enfrentando a problemas de suministros y a una subida de costes sin precedentes que no se puede trasladar tal cual, porque hay que buscar el equilibrio entre los márgenes de ganancias y el mantenimiento de los clientes. Además, con una inflación tan exagerada, es más que probable que el consumo se resienta, y nuestros artículos no son de primera necesidad".

Los empresarios lo están viviendo en primera persona. Francisco Jover, gerente del grupo del mismo nombre, señala que el actual contexto de problema de suministros le está dando la razón a la filosofía de su compañía, en el sentido de apostar por la fabricación local. Sin embargo, alerta del impacto negativo que está teniendo el aumento de la energía. "El gas se ha incrementado un 500% en solo un año, y eso no hay quien lo resista", lamenta.

En parecidos términos se expresa Jorge Sanjuan, CEO de Comersan, quien destaca que, "para nosotros, que trabajamos mucho el mercado del contract, la reanudación de la actividad en los hoteles había sido un balón de oxígeno, pero el repunte tanto de la inflación como de la energía se está convirtiendo en un problema muy grave para las empresas".

El otro problema es el laboral. El secretario de Industria del sindicato CC OO en las Comarcas Centrales, José Rafael López, alerta de que los ERTE por covid terminan el 31 de marzo y que todos los que se están presentando por incrementos de la energía no cuentan con la misma cobertura, "de manera que -destaca- los trabajadores afectados están consumiendo paro, y eso supone un grave problema". De ahí que en las negociaciones con las empresas "estemos intentando buscar la solución más adecuada para que la gente salga lo menos perjudicada posible", enfatiza.

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