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Los fondos recuperan el apetito por las empresas de la Comunidad

La inversión en empresas de la autonomía repunta un 66% en el último año, hasta los 323 millones de euros, tras el bajón de la pandemia

Las instalaciones del fabricante de platos de ducha y otro mobiliario para el baño Nuovvo, que protagonizó una de las ventas del año pasado. Información

Tras la caída que se produjo durante 2020 como consecuencia de la pandemia, los fondos de inversión y family office han recuperado el interés por invertir en empresas de la Comunidad Valenciana, que cerró el año pasado como la tercera autonomía con mayor volumen de capital captado de todo el país, únicamente por detrás de los grandes nodos que suponen Madrid y Cataluña, en este último caso por la ciudad de Barcelona. Un apetito que se ha hecho aún más evidente desde que empezaron a escalar los precios, y cada vez resulta más difícil encontrar negocios que aporten una rentabilidad suficiente para batir a la inflación.

De esta forma, durante el año pasado la inversión directa de los fondos en negocios de la Comunidad ascendió a 323,3 millones de euros, de acuerdo con el anuario de la patronal Ascri, que reúne a los principales operadores del denominado "private equity" en España y que recientemente se ha rebautizado como SpainCap. Una cifra que supone un aumento del 66% con respecto a la registrada en 2020, aunque, eso sí, todavía lejos de los 784 millones que se contabilizaron en 2019, un volumen completamente inusual que se debió a la coincidencia de varias grandes operaciones.

Con esta cifra, la Comunidad Valenciana se sitúa como la tercera con mayor volumen de inversión, por detrás de Madrid, que acaparó más del 60% del total invertido por este tipo de vehículos, con 4.655,3 millones, y de Cataluña, que sumó 1.519 millones. Supera así a autonomías como Andalucía (170,1 millones) o el País Vasco (120 millones) con las que suele disputarse la medalla de bronce en este ranking. En total, los fondos inyectaron el año pasado 7.572 millones en el capital de las empresas españolas, casi un 20% más y su segundo mayor registro de la serie histórica.

Más operaciones

Estos 323 millones se repartieron en un total de 94 operaciones, 19 más que el año anterior y la cifra más elevada de los últimos tiempos. Destaca especialmente el gran número de startups en fase inicial que recibieron financiación, que acapararon más de dos tercios de esa cifra, con un total de 66 operaciones. Unas startups que recibieron el récord de 108 millones de euros, según las mismas fuentes.

"Hay un apetito tremendo en el mercado. Hay mucha liquidez y lo que cuesta es encontrar compañías que se ajusten a los criterios que buscan los inversores", confirma David Devesa, CEO del bufete Devesa & Calvo, uno de los más activos en este mercado y que acaba de abrir oficina en Madrid, precisamente con la intención de canalizar este tipo de inversiones por parte de family office de la capital hacia firmas de la Comunidad.

Al respecto, el experto señala que en estos momentos los objetivos más buscados son empresas de tamaño medio, con un ebitda de entre dos y tres millones de euros, y con potencial de crecimiento. En cuanto a los sectores, Devesa señala que existe gran interés por todo lo relacionado con la alimentación, ante la solidez que han demostrado este tipo de negocios durante la pandemia, pero también en la industria, siempre que cumpla con los criterios de rentabilidad. Igualmente, el sector hotelero se ve con buenos ojos, aunque el problema en este caso es que la mayoría de fondos quieren pagar precios mucho más bajos de lo que los actuales propietarios de los establecimientos están dispuestos a aceptar.

Además, Devesa señala que no son solo fondos y family office los que buscan en estos momentos compañías para invertir, también hay grupos empresariales que quiere crecer a base de adquisiciones y que también otean el mercado.

Entre las operaciones corporativas más destacadas del año pasado cabe destacar, por ejemplo, la compra del fabricante de platos de ducha Nuovvo, que fue adquirida en septiembre por el holding británico ES Group, propiedad del fondo Cranemere. También la inyección que recibió el productor de suplementos nutricionales Korott por parte de EuroVital Pharma, del fondo alemán Capiton, o los 25 millones que consiguió levantar la ilicitana PLD Space, para su proyecto de lanzar al espacio el primer cohete español.

En clave local, destaca las inversiones que el grupo ilicitano Alzis realiza a través de su sociedad de inversión Valectra que, por ejemplo, recientemente ha ampliado su presencia en el consolidador de viajes Grupo CDV.

Aunque muchos empresarios locales siguen siendo reacios a dar cabida a fondos en el capital de sus empresas, la situación ha empezado a cambiar con la incorporación de las nuevas generaciones, que ven en este tipo de inversores una forma de conseguir la financiación que necesitan para hacer crecer la compañía sin recurrir a la deuda bancaria.

¿Volverán los precios de derribo y los fondos buitre?

Aunque ahora los fondos siguen apostando por entrar en empresas viables y con una elevada rentabilidad, el abogado David Devesa no descarta que un posible empeoramiento de la situación económica haga aparecer de nuevo en el horizonte la figura de los fondos buitre, en busca de negocios en apuros, que puedan adquirir a precios de derribo. Este tipo de inversores se hizo tristemente popular en los años que siguieron al estallido de la burbuja inmobiliaria, cuando se quedaron con buena parte de los activos de las cajas de ahorros y las promotoras que quebraron. Eso sí, unas operaciones que más tarde dieron lugar a buena parte de los nuevos operadores que en estos momentos controlan y dinamizan el sector de la promoción residencial en España.


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