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Cuentas del FROB

La fusión CaixaBank-Bankia provocó 1.483 millones de pérdidas al Estado en 2021

Los números rojos no tienen impacto en el déficit y la deuda pública, pero reducen las ayudas consideradas "recuperables"

Retirada la marca Bankia en las Torres Kio de Madrid para que luzca CaixaBank.

La absorción de Bankia por parte de CaixaBank en marzo del año pasado ha sido la gran apuesta del Gobierno para tratar de aumentar el porcentaje de ayudas que podrá recuperar de los 24.069 millones de euros inyectados en el extinto grupo nacionalizado por los Ejecutivos de José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, un rescate por el que las arcas públicas hasta ahora solo han ingresado 346 millones. Sin embargo, la operación está provocando unas pérdidas multimillonarias al Estado a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) en sus primeros compases. A los números rojos de 3.556 millones de euros del 2020 se le sumaron el año pasado otros 1.483 millones, según ha podido confirmar este diario.

Se trata, eso sí, de unas pérdidas contables, que no aumentan la cifra del rescate estatal a la banca ni incrementan el déficit y la deuda públicas. La mayoría de estos impactos, así, se reflejaron en las cuentas del Estado cuando este desembolsó los fondos necesarios para salvar a las entidades quebradas en 2012. La normativa contable, con todo, obliga a ir reflejando cada año en las cuentas del FROB el importe considerado "recuperable" de la inversión pública en el banco. Dicho importe, que no ha parado de bajar en los últimos años por el entorno de tipos de interés cero y negativos, se ha reducido aún más y de forma notable por la fusión, al haber pasado el Estado de tener una posición mayoritaria y de control en Bankia (61,83% de capital) a ser el segundo accionista y minoritario en CaixaBank (16,11%).

Al ser el propietario de control tanto de BFA (matriz de Bankia) como de la filial (la propia Bankia), el FROB no contabilizaba su participación en ambas según su hipotético valor de mercado, sino en función del patrimonio neto de todo el grupo menos los intereses minoritarios (básicamente, la parte del patrimonio neto de Bankia que correspondía al resto de sus accionistas que no eran el Estado). En 2020, la inminente fusión del banco con CaixaBank obligó al grupo BFA a reclasificar su participación en Bankia como disponible para la venta y a recalcular a la baja el valor de los activos que iba a traspasar. Ello provocó que el patrimonio neto del grupo bancario bajase de 9.530 a 5.974 millones de euros, de lo que se derivaron las citadas pérdidas para el FROB de 3.556 millones.

Cambio de criterio

En las cuentas de 2021, que el fondo público presentará en unas semanas, se reflejará un nuevo deterioro de ese "valor recuperable". Al haber dejado BFA de formar un grupo con la desaparecida Bankia, el FROB tendrá que empezar a valorar su participación según el patrimonio neto individual de BFA corregido, de haberlas, por las plusvalías latentes de más fácil ejecución. BFA, precisamente, ha publicado este viernes sus cuentas del año pasado y de ellas se desprende que el fondo público registrará nuevas pérdidas, como adelantó este diario en noviembre.

La participación pública en Bankia estaba valorada en 5.974 millones, frente a los 4.491 millones en que se valora la de CaixaBank

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El patrimonio neto de BFA, así, subió el año pasado de los 4.029 millones de 2020 a 4.491 millones gracias al 14% de revalorización bursátil de su participación en Bankia y, tras la fusión, CaixaBank. Pero pese a ese incremento, el FROB sufrirá las citadas pérdidas de 1.483 millones en sus cuentas de 2021. Los 4.491 millones son inferiores a los 5.974 millones en que estaba valorada la participación al cierre de 2020 debido al citado cambio del criterio de contabilización provocado por la fusión y no hay plusvalías latentes que lo subsanen parcialmente.

Factura pendiente

Todo ello no implica necesariamente que dicha fusión vaya a ser un mal negocio para el contribuyente. Desde que se anunciaron los contactos entre Bankia y CaixaBank en septiembre del 2020, la participación pública ha duplicado su valor en bolsa, de los 1.965 millones a los 4.053 millones. De hecho, las acciones del banco de origen catalán han subido un 35% en lo que va de año con lo que, de mantenerse la tendencia, la participación en la entidad podría aportar beneficios al FROB en sus cuentas de 2022. Dichas ganancias tampoco disminuirían la cifra del rescate estatal a la banca ni reducirían el déficit y la deuda públicas, pero sí reflejarían un aumento de la cifra de ayudas considerada "recuperable".

La factura final del rescate, en todo caso, no se sabrá hasta que el Estado salga del capital (se ha dado hasta el final de 2023 para hacerlo, pero el Gobierno puede ampliar el plazo tanto como quiera). De momento, las arcas públicas solo han ingresado 346 millones de euros, el equivalente a un 1,4% de los 24.069 millones que se inyectó. Bankia devolvió 3.303 millones a BFA y CaixaBank le ha pagado otros 225 millones en dividendos, pero esos fondos nunca han llegado al Estado porque han servido para cubrir parte de la caída en el patrimonio de BFA provocada por la pérdida de valor de su participada y por los 2.634 millones que tuvo que pagar a los afectados de las preferentes y la salida a bolsa de Bankia. Ello ha impedido que el grupo comenzara a devolver el capital que se le inyectó a las arcas del FROB, como estaba previsto en el acuerdo alcanzado con la Comisión Europea en 2012.

BFA ganó 462 millones el año pasado

BFA, la sociedad a través de la que el FROB posee el 16,11% de CaixaBank, ganó 461,4 millones de euros el año pasado, frente a las pérdidas de 832 millones que registró en 2020 por la caída en bolsa de su entonces participada Bankia. El beneficio responde principalmente a que el valor que da a su participación en la entidad de origen catalán se situó al cierre del año pasado en 3.136 millones, frente a los 2.750 millones en que valoraba su participación en Bankia al cierre de 2020. Detrás de ello hay un cambio de criterio contable provocado por la fusión de ambos bancos. En 2020, BFA contabilizaba su participación en Bankia como 'activo no corriente disponible para la venta' (a valor de mercado), mientras que en 2021 comenzó a contabilizar su participación en CaixaBank como 'inversión en una empresa asociada a largo plazo' (los 3.386 millones de coste de adquisición de dicha participación menos los 250 millones de minusvalías acumuladas desde la fusión hasta el cierre del ejercicio por la caída en bolsa del banco catalán en la última parte del año).

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