Dicen que el futuro de la logística pasa inevitablemente por los drones, y, de hecho, el sueño de la Unión Europea es que estos dispositivos puedan ser utilizados de forma habitual en 2035 para el transporte y entrega de paquetes, por las ventajas que comportarían en cuanto a ahorro de combustibles y sostenibilidad. La actividad está permitida desde el 31 de diciembre de 2020, pero la realidad es que las limitaciones técnicas están impidiendo que se pueda llevar a la práctica, al menos a una escala significativa. Y ahí es donde entra en juego la empresa del sector aeronáutico Abionica Solutions, ubicada en las instalaciones de Distrito Digital en Alicante, que está trabajando en el desarrollo de una solución que permita a los drones sobrevolar de forma segura los entornos urbanos.

El proyecto en el que se encuentra inmerso Abionica Solutions ha sido financiado con 1,5 millones de euros por el Ministerio de Ciencia e Innovación, a través del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI). Está previsto que se pueda desarrollar hasta 2023 en colaboración con la compañía cántabra TTI Norte, la catalana Catuav y la madrileña Temai Ingenieros.

¿Y cuál es la realidad desde la que se parte? El gerente de la firma alicantina, Antonio Bedmar, destaca que «todo el mundo está apostando por el transporte de paquetería con drones. Se trata de construir carreteras en el aire, dando forma a una actividad que tiene futuro y un enorme potencial. El problema es que se trata de un mercado que en estos momentos no tiene productos maduros, porque vienen del aeromodelismo y no son seguros debido a sus componentes de baja calidad».

La principal dificultad, añade Bedmar, es que los drones «no tienen ojos. Por eso, el objetivo del proyecto en el que estamos trabajando es que sean capaces de detectar los obstáculos que puedan aparecer a su alrededor y, al mismo tiempo, diseñar rutas alternativas. De esta forma, reduciremos al máximo el riesgo de colisión».

El responsable de Abionica Solutions pone el ejemplo de las aeronaves tripuladas. «Los que las pilotan -subraya- están entrenados para ver otras naves y evitarlas, pero el problema en el caso de los drones es que no hay ahora mismo tecnología para que puedan hacer lo mismo. Se podría recurrir a un radar, pero es demasiado grande para unos dispositivos que, en líneas generales, son de pequeño formato».

La solución en la que se trabaja está basada en algoritmos, «pero -matiza Bedmar- demostrando que siempre funciona». De lo que se trata, añade, es de desarrollar un sistema bajo estándares aeronáuticos, de manera que los drones sean capaces de volar en entornos urbanos o, lo que es lo mismo, por encima de las personas, sin riesgo de que se produzcan accidentes. También en las cercanías de los aeropuertos, donde tendrían que convivir con los aviones. «Es el paso de un juguete a una cosa seria, de manera que la autoridad esté satisfecha con los resultados y la logística no tripulada con drones se convierta en una realidad a todos los efectos», enfatiza.

En estos momentos hay 45 ciudades que contemplan autorizar el transporte de paquetería aérea antes de 2030, entre ellas València, pero están esperando a que la tecnología esté suficientemente desarrollada. «Ojalá Alicante también se incorpore a esta iniciativa que, sin duda, es el futuro», subraya Antonio Bedmar.

El gerente es el pilar sobre el que se asienta Abionica Solutions, debido a su dilatada experiencia en el sector de la aeronáutica y las naves no tripuladas. Tras el contratiempo de la pandemia, en 2021 cuatriplicaron facturación y duplicaron plantilla, hasta alcanzar las 14 personas actuales. Este ejercicio se incorporarán cuatro más.