A estas alturas, los Objetivos de Desarrollo Sostenible han venido para quedarse. No obstante esto, en muchas ocasiones, la repetición de un concepto hace que se desvirtúe su definición, perdiéndonos en matices poco significativos.

La Cumbre del Desarrollo Sostenible de la Organización de Naciones Unidas aprueba el 25 de septiembre de 2012 los Objetivos de Desarrollo Sostenible, con el compromiso de 193 países. Configurados en 17 puntos clave y 169 metas, vienen a completar los Objetivos del Desarrollo del Milenio (ocho en total), aprobados en el año 2000.

Los ODS se engloban dentro de la Agenda 2030, definida por la ONU como “un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia”. Estos objetivos, que se decidieron tras consulta pública de dos años, afectan a todas las actividades económicas del planeta.

Y hablamos de la economía porque los Estados miembro que apostaron por la Agenda 2030 decidieron poner en marcha planes especializados, con todos los recursos económicos disponibles, para hacer frente a los grandes problemas estructurales del mundo.

En España, si bien se lleva trabajando más de un lustro para la consecución de estas metas, lo cierto es que se han producido dos grandes hitos que han fomentado la aceleración de su implantación. Por un lado, el covid. Por otro, el conflicto armado en Ucrania.

Estos dos eventos mundiales han empujado a la Unión Europea a apostar por la reconversión de las principales actividades de su PIB, haciéndolas más sostenibles y justas. Este es el caso de la construcción, cuya participación en el Producto Interior Bruto de España se mantiene en torno al 5% en los últimos años (muy por debajo del 10% previo de la crisis económica de 2008).

Considerada uno de los sectores que mayor cantidad de materias primas consumen y que más residuos generan, la construcción ha de hacer los deberes. Si atendemos, concretamente, a los ODS, veremos que la Ingeniería Civil se identifica, de manera directa con los ODS número 7 (Energía Asequible y no Contaminante), con el 9 (Industria, Innovación e Infraestructuras) y con el 11 (Ciudades y Comunidades Sostenibles), tal y como establece el Pacto Mundial Red Española de Naciones Unidas.

Eduardo Vilchez, decano del Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas de Alicante.

De manera indirecta, como una disciplina transversal, la Ingeniería Civil incrementa la riqueza de las sociedades, aportando suministros básicos y de calidad, como es el caso del agua. Esta base, indispensable para la vida, es el principio para el desarrollo del resto de los objetivos marcados por la Agenda 2030.

Alicante

“En nuestra provincia, además, contamos con un reto adicional: mantener nuestro mar. No solo en lo referente a la preservación de las aguas, con la flora y la fauna que éstas albergan, sino en lo relativo a las costas”, explica Eduardo Vílchez, Decano del Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas de Alicante. “La Ingeniería Civil lleva décadas adelantándose al gran plan mundial. Entre otras acciones, las Obras Públicas realizan una labor fundamental para la adaptación de las costas y su preparación a los cambios meteorológicos extremos, evitando de esta manera la desaparición de nuestra línea de playa y permitiendo preservar el entorno”.

Los nuevos procesos en la construcción permiten llevar a cabo estos trabajos de una manera menos invasiva, con la colocación, en muchos casos, de tubos geosintéticos que mantienen las playas, que en nuestra provincia son, además, una fuente económica fundamental.

“Todas estas acciones, que en muchos casos no son visibles para el usuario, son imprescindibles para la preservación del Medio Ambiente, también para la conservación del desarrollo económico de la provincia”. Para ello, tal y como continúa Eduardo Vílchez, “es necesario el compromiso de todos nuestros profesionales, que ya desarrollan nuevos métodos para adaptarse a la Agenda 2030 y para permitir un incremento de la justicia social”.

Esto se consigue a través de las Obras Públicas con la mejora de las condiciones de vida de los habitantes de nuestra país, si nos centramos en Alicante: mayor eficiencia en la gestión de los transportes públicos, reducción del uso del vehículo privado con las Zonas de las Bajas Emisiones y con opciones sostenibles alternativas, la creación de zonas verdes y la rehabilitación consciente de nuestras construcciones. “Mínimos ejemplos de todo lo que la Ingeniería Civil está realizando para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, donde las infraestructuras son clave para el progreso social y económico”.

Esta labor se realiza desde el desempeño de nuestros profesionales, Ingenieros Técnicos de Obras Públicas e Ingenieros Civiles, en la Administración Pública y en la empresa privada. Mediante la optimización de procesos (donde se enfatiza en la digitalización del sector) y el uso responsable de materiales (cada vez más, reciclados), nuestros Colegiados apuestan por la adaptación total de la Ingeniería Civil a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, un reto que hemos de afrontar todos como sociedad y para el que no existe alternativa.