En Pikolinos las cosas nunca suceden por casualidad. El fabricante de calzado ilicitano hace años que adoptó la filosofía “kaizen” de mejora continua y constantemente analiza todos los escenarios posibles para, llegado el caso, poder tomar cualquier decisión con agilidad. Y es lo que volvieron a hacer cuando, una vez superado el golpe inicial de la pandemia, se encontraron, como el resto de empresas, con una subida de costes generalizada que amenazaba con frustrar la recuperación del negocio.

Fue entonces cuando la compañía decidió aprovechar su buena situación financiera para adelantar todo lo posible la compra de su principal materia prima, la piel con la que producen sus zapatos, y en octubre cerraron un pedido extraordinario que les permitirá respirar tranquilos, al menos, durante el próximo año y medio. Así lo ha explicado la vicepresidenta de Pikolinos, Rosana Perán, durante su participación este jueves en el ciclo “Historias inspiradoras”, que organiza el Hub Empresas del Sabadell, y en el que ha analizado la evolución del grupo familiar, junto al director de la Red de Empresas de la Territorial Este del banco, David Gómez.

“Este pedido nos ha permitido que el impacto del tipo de cambio haya sido cero y, además, el precio que conseguimos incluso fue mejor del que veníamos pagando antes de octubre”, ha explicado la también presidenta de la Federación de Industriales del Calzado de España (FICE).

Junto a este adelanto de compras, la compañía también se ha beneficiado de su política de contratar una tarifa fija anual en el suministro eléctrico, lo que también les ha protegido del encarecimiento de la energía y les ha dado tiempo para potenciar aspectos como el autoconsumo solar, pero también para aprender a “negociar” las tarifas con las eléctricas, según ha apuntado. Así, aunque el contrato actual vence la próxima semana, según ha apuntado la ejecutiva, han logrado cerrar un nuevo acuerdo con el que minimizarán la subida.

Rosana Perán, junto a su padre, Juan Perán, y los ejecutivos del Sabadell. Información

En la misma línea, Perán también ha compartido con los asistentes otras medidas que están contribuyendo al control de costes de la compañía, como la utilización de la Inteligencia Artificial para automatizar el almacén vertical de la zona de aparado de su fábrica, Pikokaizen, después de comprobar que esta actividad era la que consumía hasta el 60% del tiempo del proceso de producción. Gracias a la automatización han logrado reducirlo considerablemente, de forma que ahora pueden servir los pedidos de reposición fabricándolos prácticamente bajo demanda, sin necesidad de disponer de tanto producto en stock. “Cuanto más rápidos seamos, menos riesgo tendremos de llenar los almacenes”, ha señalado la directiva.

Covid

Por otra parte, Rosana Perán también ha explicado cómo la compañía logró adelantarse a la llegada del covid a España, y tenía todos sus equipos preparados para el teletrabajo antes del decreto del confinamiento. En su caso, según ha relatado, fueron conscientes de la situación cuando, tras el año nuevo chino, el 23 de enero, los trabajadores de sus proveedores en este país no regresaron a sus puestos y tuvieron que cerrar las 150 tiendas que tienen allí por las medidas que adoptó Pekín para frenar la pandemia. “Ahí ya empezamos a tomar decisiones”, ha asegurado.

Pero lo que les hizo actuar definitivamente fue cuando el presidente de la firma, Juan Manuel Perán, regresó de la feria de Milán “un poco constipado” y acabó dando positivo en covid. Fue entonces cuando, tras leer un artículo, apostaron por “proteger a todas las personas de la cadena de valor” y mandarlas a trabajar a casa. De esta forma, cuando el Gobierno decretó el confinamiento, Pikolinos ya tenía a todos sus trabajadores del área de administración preparados para realizar su tarea a distancia, lo que permitió que la compañía continuara funcionando. “Dentro de lo malo, sabíamos que financieramente estábamos bien, que teníamos hucha para aguantar”, recuerda.

Así, a pesar de que la facturación cayó de unos 129 millones de euros a 85 millones, la firma ha resistido con buena salud y ahora, por ejemplo, ha recuperado sus planes para seguir con la expansión de sus tiendas propias, que ya suman 55 establecimientos. Al respecto, y a preguntas de los asistentes al acto en el Hub Empresas del Sabadell, Rosana Perán ha reconocido que al inicio su decisión de abrir establecimientos propios levantó suspicacia entre algunos de sus clientes, que ahora se han superado al demostrarse que la mayor presencia de la marca en una plaza consigue aumentar las ventas de todos, según ha afirmado.

 Talento

Por otro lado, la vicepresidenta de Pikolinos ha anunciado que la firma va a poner en marcha en septiembre un plan para que los trabajadores del área de producción que se jubilan o prejubilan formen a los nuevos empleados. Una medida con la que la compañía quiere paliar la falta de mano de obra especializada que sufre el sector.