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El Corredor Atlántico solo arranca entre Ourense y Monforte para llevar el tren a Lugo

De los 532 millones previstos para invertir en la línea hasta 2025, de momento solo se han licitado 98, el 18% del total, y para un tramo aislado en el interior de Galicia

Tren de mercancías a su paso por Marín. | // RAFA VÁZQUEZ

Tras concluir la línea del AVE entre Galicia y Madrid, a falta solo de la variante de Ourense, el Gobierno se comprometió este año a lanzar el Corredor Atlántico de mercancías, una infraestructura ferroviaria destinada a conectar los puertos gallegos y las mercancías que se generen en el Noroeste español con el resto de Europa. Para ello, los presupuestos de 2022 recogen inversiones que suman un total de 276 millones de euros para modernizar las líneas de mercancías de este corredor. Mediado el año, el balance es que las obras del Corredor Atlántico están dando los primeros pasos, pero solo en el tramo entre Ourense y Monforte, mientras que entre Vigo y Ourense y desde Monforte a León los avances son prácticamente nulos. El hecho de comenzar por el tramo interior entre Ourense y Monforte, según los expertos consultados, obedece más que al hecho de impulsar el Corredor Atlántico en sí, a la necesidad de llevar el tren a Lugo desde la ciudad de las Burgas para compensarla por haberse quedado fuera de la alta velocidad, al igual que Ferrol.

La línea de mercancías que enlazará el Noroeste con la fachada atlántica europea se incorporó tarde a los mapas de transporte. Fue a mediados de 2018 cuando a Comisión Europea informó del cambio de planes que hasta entonces dejaba a Galicia, Asturias y la parte más occidental de Castilla y León fuera de los corredores, de las rutas de evacuación de las mercancías y de las fuentes de financiación comunitarias para costear la modernización de la red. Concretamente el itinerario aprobado para Galicia es A Coruña-Vigo-Ourense-León, que para acceder a los estándares de calidad exigidos debe electrificarse, reducir radios de curvas y pendientes, alargar hasta los 750 metros los andenes, adecuar los gálibos de los túneles o implantar sistemas modernos de seguridad y comunicaciones.

En comparación con los demás corredores, el Mediterráneo y el Atlántico original –que dejaba al margen todo el Noroeste–, el de Galicia –y también, por añadidura, el de Asturias– su desarrollo va muy por detrás.

Tramos

Entre Vigo y Ourense, por el Miño, las obras que se están ejecutando no responden a un plan concreto de mejora integral de la línea. Son pequeñas reformas, “gastos de mantenimiento”, que se van haciendo “sobre la marcha” que permiten mantener operativa una línea “debido al prolongado abandono sufrido en los últimos treinta años”, a juicio del ingeniero técnico de Obras Públicas, Xosé Carlos Fernández. La inversión prevista en el Plan Director del Ministerio de Transportes hasta 2025 para este tramo es de 193 millones de euros.

Entre Ourense y Monforte la modernización de la línea está dando los primeros pasos. La inversión programada asciende a 135 millones y se han adjudicado trabajos por unos 98 millones destinados a reparación de puentes y desmontes, mejora de la plataforma sobre la que se asentará la vía, suministro de balasto, traviesas y carril, renovación de la vía y alargamiento de andenes, aunque faltan todavía elementos capitales como las instalaciones de seguridad o el cambio del sistema de electrificación.

Y entre Monforte y León, para el que hay prevista una inversión hasta 2025 de 204 millones de euros, los único que se ha hecho hasta ahora es licitar la redacción de los proyectos para la mejora de la línea.

Isla interior

Así que de los 532 millones programados solo se comenzó la ejecución por importe de 98 millones, lo que apenas representa el 18% del total, con la particularidad de que el tramo que se está modernizando es una isla en la red interior que obedece a la necesidad de llevar un tren de pasajeros competitivo hasta Lugo, para que los viajeros puedan enlazar luego en Ourense con los servicios de alta velocidad que comunican Galicia con Madrid.

Mientras, en la vertiente mediterránea los poderes públicos, económicos y civiles no dejan de presionar al Gobierno para que acelere las obras. Periódicamente, los agentes de Cataluña, Valencia y Andalucía promueven foros para tirar de las orejas a Moncloa. De hecho, a principios de este mes se reunió en Barcelona la Mesa Estratégica del Corredor Mediterráneo, una iniciativa formada por más de 120 representantes del mundo político, social, empresarial y académico, para exigir “por enésima vez” acelerar el desarrollo de esta línea de mercancías.

Y hoy, la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, recorrerá el nuevo ramal ferroviario de Costablanca del Corredor Mediterráneo para inspeccionar las nuevas infraestructuras. Le acompañarán el secretario general de Infraestructuras, Xavier Flores y la presidenta de Adif, María Luisa Domínguez.

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