Tras el paréntesis de la pandemia, los compradores extranjeros vuelven a ser el principal motor del mercado inmobiliario en la Costa Blanca. El final de todas las restricciones impuestas para frenar al coronavirus permitió que durante el primer trimestre del año se formalizaran en la provincia hasta 7.164 compraventas de viviendas por parte de ciudadanos de otros países, lo que supone duplicar las cifras del mismo periodo del año pasado –cuando aún existían numerosas limitaciones a la movilidad entre los diferentes estados europeos-, pero también sobrepasa en un 35% el volumen de operaciones del año 2019, previo a la llegada del covid, de acuerdo con los datos facilitados por el Colegio Notarial de València.

Una recuperación casi en vertical de la demanda extranjera que, de esta forma, vuelve a superar a la protagonizada por los compradores locales y nacionales, que en el mismo periodo también incrementaron notablemente el número de viviendas que adquirieron en la zona -alrededor de un 24% sobre las cifras prepandemia-, pero que se quedaron en 6.783 operaciones. De esta forma se repite el esquema que se mantuvo en la provincia durante los años de la recuperación, en concreto entre 2013 y 2019, en que los extranjeros fueron los clientes mayoritarios de las inmobiliarias alicantinas.

Un negocio que supone una importante inyección de divisas para la economía provincial, sobre todo si se tiene en cuenta el importe cada vez mayor de las transacciones, que ya se sitúa de media en 171.680 euros por vivienda, frente a los 115.544 euros que gastan los españoles. Así, sólo en el primer trimestre del año la venta de viviendas a extranjeros movió en la Costa Blanca 1.230 millones de euros, más del triple de lo que sumaron las exportaciones de calzado, la principal industria de la zona.

Bloques de apartamentos en la cala de La Vila. David Revenga

"Había mucha demanda retenida de europeos que ya tenían pensado comprar una casa en Alicante y la pandemia ha convencido a otros muchos que no se lo habían planteado, y que ahora se sienten más atraídos por el clima y la calidad de vida de la zona", explica el vicedecano del Colegio Notarial de València, el alicantino Delfín Martínez, que asegura, además, que la mayoría de compradores están adquiriendo las viviendas para disfrutarlas, mientras que las compras como inversión apenas son significativas.

Un análisis en el que también coincide el secretario general de la Asociación de Promotores de la Provincia de Alicante (Provia), Jesualdo Ros, que señala que muchas empresas se han quedado prácticamente sin stock construido al haberse vendido hasta aquellas viviendas que normalmente cuesta colocar porque tienen una peor distribución o son las más pequeñas de la promoción. "Muchos compradores querían una casa de la noche a la mañana y era lo único que quedaba", apunta Ros, que recuerda que actualmente la mayor parte de los proyectos se vende casi por completo sobre plano.

Los promotores paran obras ante la subida de costes

A pesar del buen momento que vive la demanda, los promotores alicantino se encuentran con graves dificultades para continuar con las obras en marcha o iniciar nuevas promociones, ante la subida de costes que han sufridos, según el secretario general de Provia, Jesualdo Ros. Así, ya son varias las empresas que están planteando a sus clientes renegociar precios para continuar con los trabajos para no incurrir en pérdidas. Desde esta patronal temen que la situación actual lleve incluso a una reducción de la oferta ante la incertidumbre sobre la evolución de los costes del sector.

En cuanto a la procedencia de los clientes internacionales, los británicos se mantienen como los principales compradores, con un total de 1.114 viviendas en el primer trimestre. Unas cifras que no sólo duplican las 513 del año pasado -cuando lo tenían muy complicado para venir, por la cuarentena que imponía el Gobierno de Londres-, sino que también superan las 1.037 que se escrituraron en el mismo periodo de 2019. Es decir, antes de la pandemia, pero también antes de la entrada en vigor del Brexit, lo que demuestra la enorme fidelidad de este público con la provincia, a pesar de las dificultades que comporta la pérdida de la condición de ciudadanos comunitarios.

En segundo lugar se consolidan los belgas, que suman 685 operaciones, un 62% más que el año pasado y un 28% más que antes de la pandemia. Unos compradores que resultan especialmente atractivos por el elevado importe de las compraventas que realizan, con una media que supera los 225.000 euros.

Pero, sin duda, entre los casos más llamativos destacan la evolución de holandeses y alemanes, dos nacionalidades que antes de la pandemia no suponían un porcentaje demasiado significativo del mercado, en parte porque preferían otras zonas de la geografía española. Ahora, sin embargo, han multiplicado sus compras en la zona. En el caso de los holandeses, han pasado de 246 compraventas en el primer trimestre de 2019 a 677 en los primeros meses de 2022, mientras que los alemanes, que hace tres años compraron 290 casas, ahora han escriturado 623.

En cualquier caso, las subidas son generalizadas. Los franceses, por ejemplo, compran un 50% más que en 2019, con 464 operaciones; y los suecos, un 36% más, con 582 viviendas. Entre las pocas nacionalidades que sigue por debajo de los niveles prepandemia están los noruegos, con 280 operaciones en el primer trimestre, frente a las 245 de 2019.

Los rusos compraron 280 viviendas en el primer trimestre

Aunque el estallido de la guerra supuso la práctica desaparición de los compradores rusos del mercado, en los primeros meses del año –la invasión empezó el 24 de febrero- todavía se registró un importante volumen de transacciones protagonizadas por estos ciudadanos. Así, de acuerdo con los datos del Colegio Notarial, en el primer trimestre se formalizaron 280 ventas de viviendas en la provincia a ciudadanos rusos, lo que supuso incluso un incremento del 41% sobre las cifras del año pasado, pero, a diferencia de la mayoría de nacionalidades, se situó un 20% por debajo de las cifras precovid.

Unas cifras que, previsiblemente, se reducirán drásticamente cuando se conozcan los datos del segundo  trimestre, ya que, con la excepción de algunas compras realizadas por ciudadanos que ya tienen la residencia en España, apenas se han producido nueva transacciones ante las dificultades que ahora tienen los rusos para mover su dinero.

Lo que también reflejan los datos de los notarios es el aumento de compraventas realizadas por Ucranianos, que sumaron 150 operaciones (un 29% más que antes de la pandemia); y también por ciudadanos de los países bálticos. Así, los lituanos compraron 77 casas en Alicante en el primer trimestre (un 64% más que en 2019); los letones, 15 y los estonios, 11.